Al periodista Darío Illanes, en licencia médica por los golpes que recibió de policías de la Comisaría del Menor, le hackearon el mail para convocar a una «batucada». ¿Un operativo de inteligencia que busca sembrar confusión?. Las lesiones del periodista son más graves de lo que se pensaba
El periodista agredido por personal policial en la Comisaría del menor y que resultara con lesiones graves, no convocó a una batucada ni reunión alguna ni manifestación por ningún motivo relacionado a la conformación del nuevo sindicato de comunicadores de ASPRENSA. La noticia se desparramó desde sus correos, en lo que opina fue una usurpación indebida de su e-mail; “me hackearon el correo”, señaló. Por su parte, el Ministerio de Trabajo anuló la resolución de elecciones pasadas por la conformación del nuevo sindicato, en la que quedaba una lista opositora a la anterior. ¿El ataque a Illanes fue para dejarlo fuera de combate o una advertencia? Y ahora piedra libre para el disuelto sindicato de Marocco.
Darío Illanes se mostró preocupado por este hecho que genera confusión: “Es mi nombre el que convoca a una batucada o un tipo de reunión del nuevo sindicato para este viernes, lo malo del caso es que desde mi correo se lanzaron mensajes a los colegas que no emití”- dijo a Salta 21. “Esto es una muestra de un operativo serio que da cuenta de un tipo de inteligencia al que no estoy acostumbrado”(…) “Usan mi nombre porque tengo credibilidad”.
Se enteró debido a que Marta César lo llamó para preguntarle acerca de la convocatoria. Hasta ese momento no tenía ni la más remota idea de qué se trataba ni entendía cómo era posible que esa información saliera de sus dos correos, el laboral y el personal.
Asimismo, el periodista de El Tribuno, sostiene que su licencia médica perjudica su situación laboral y económica: “no puedo realizar horas extras y lo que cobro no me alcanza”. Además, el aire de “algo habrá hecho” infunde un ambiente enrarecido que va en sintonía con la mentalidad represora puesto que, de ser víctima de una golpiza que le causó lesiones graves pasa a ser el hombre que disfruta de unas “vacaciones”.
Mentes viciadas y enfermas pueden pensar que un hombre que recibe tratamiento médico tras los severos daños corporales que le propinó el cuerpo de policías no identificados pueda estar disfrutando de vacaciones. Se encuentra en estos momentos con fisioterapia por contractura muscular. La lesión fue grave, de ser leve le hubieran dado apenas veinte días. Y su tratamiento continúa, la licencia sigue hasta el 14 de este mes, faltan ver aún los resultados de la resonancia magnética, que debe realizarse.
Un tanto sojuzgado y en especie de “tapete” psíquico, lo mandaron con una psicóloga. La psicóloga usa los argumentos esgrimidos por Illanes, acerca del relato que hizo sobre su padre, quien fuera secuestrado en épocas de la dictadura. Esto sirve para que la curadora de- mentes le diga que hace una regresión a esos episodios y que tiene un streés post traumático.
Como si esto fuera poco, la anulación de las elecciones por las cuales el sindicato contaría con un aval de 25 miembros elegidos, pone en jaque la conformación del gremio opositor al anterior, que funcionaba en forma complaciente con Tito Romero.
Darío Illanes tenía, hasta el momento del ataque en la Comisaría del Menor, una notable participación en el nuevo sindicato. Presentó proyectos además de convocar a los colegas a reuniones. Esto avalaría una de las hipótesis por las que se sospecha que el ataque al periodista fue por su participación en el sindicato. Ahora bien, puede ser parte de una estrategia para despistar. Pero por qué usarían su nombre, con qué intenciones y qué argumentos darían ante la ausencia de Illanes en tal batucada. La respuesta es casi obvia.
Sea o no sea hipótesis confirmada, Illanes está en tratamiento médico por un ataque físico con lesiones graves mientras el Ministerio de Trabajo anula resoluciones de hechos legitimados y la gente de Marocco se mueve en forma veloz.
No existe la casualidad.
En esta provincia para no escaparnos a lo nacional, el que es abusado termina siendo el sospechoso. Si a Darío Illanes le hubiesen cortado una mano y a cambio lo hubiesen indemnizado, alguien, no cabe dudas, hubiese dicho que fue la mejor manera de obtener riquezas en forma lícita. Por suerte lo golpearon entre diez, lo patearon, lo privaron de su libertad, lo intimidaron y lo humillaron. Tenemos que agradecer a los represores. Y para sumar, a título administrativo no se hizo nada pese a la denuncia y a las buenas intenciones de funcionarios “preocupados” por la salud del periodista de El Tribuno.
Vale recordar las palabras de Sergio Poma: “si esto le hicieron a él, a un periodista del diario del gobernador, que nos puede pasar a nosotros”. Poma enfrenta una condena a un año de prisión en suspenso y un año de inhabilitación para ejercer el periodismo (dictada el lunes 3 de setiembre).