Del 15 al 19 de noviembre, organizada por el Instituto Nacional de Teatro cuyo representante en Salta es Manuel Agüero, se realizó la Fiesta de este año con Obras en competencia, Obras invitadas y Obras en adhesión, además de Charlas, Talleres, Desmontajes a cargo de Rodrigo Cuesta y un homenaje a José Antonio Lázzari.
El Jurado para la selección de Obras estuvo integrado por Haidée Isabel de León, Claudio García Bes (Salta) y Adrián Giampani, quienes, entre 11 obras participantes, seleccionaron en 1er. término a “La Moribunda” (Grupo La Mortadela R.I.P.), obra ganadora; en 2do. lugar a “Alicia en el País de las Maravillas” (La Morisqueta); y en 3er. puesto, se ubicó “Los Cuentos de la Abuela Serapia” (Huacalera Teatro).
Las obras se realizaron en el Salón Auditórium Dr. Rafael Villagrán, en la Casa de la Cultura, en la Sala Hólver Martínez Borelli, en C.C. América y Sala Wayar Tedín de Mitre 23 y en La Ventolera.
Con una destacada organización, una cuidada realización del Programa-Libro que se entregó al público y un creativo Comecocos con motivos teatrales, el Teatro tuvo su Fiesta, una celebración provincial que culminó anoche con la entrega de diplomas por parte de Manuel Agüero, a todos los participantes del evento. Finalmente se leyó el Acta elaborada por el Jurado con las tres obras seleccionadas. La primera representará a Salta en la Fiesta Nacional de Teatro y las otras, en orden de mérito, podrán ser suplentes.
Hagamos un recorrido crítico por algunas obras que vi:
El 15 de noviembre, la emoción llegó de la mano de “Ese maldito momento” (Obra en adhesión) para el arranque, como para ir calentando los motores. El elenco
Una de las grandes apuestas de la Fiesta que además coronó la noche de la apertura fue “El reñidero” (Obra invitada), de Sergio De Cecco, con el elenco de La Comedia Catamarqueña bajo la dirección de Idángel Betancourt. La dramaturgia es una versión bien porteña de “Electra” de Sófocles. La puesta de Idángel remonta el drama a los finales del siglo XIX o principios del XX en un lugar de Catamarca, época del guapo y de los cuchilleros con la pronta aparición del “puntero político” que mata por encargo y con una intrincada historia de pasiones que derivan en un matricidio perpetuado en la familia de “Los Morales”, apellido que genera una paradoja por ser justamente, todo lo contrario: amorales. Helena, la Electra griega, cumple su cometido de la manera menos esperada. Con una iluminación sugerente, vestuario acorde al luto y a la sangre de los humanos animalizados que pelean como gallos de riña, la tragedia se consuma. Actuaciones brillantes, puesta exultante y atractiva escenografía. Una obra exquisita, de lenguajes estéticos, de voces atronadoras, de finuras dramáticas. Un director en auge y crecimiento. Excelente.
“Los años no vienen solos, tampoco pasan en vano” (Grupo El Laberinto) y “Las González” (Cuarta Pared Teatro), son las obras de Güemes a las que el Jurado fue hasta esa localidad para verlas. Hasta este año, las obras de Güemes llegaban hasta las salas de la capital salteña, esta vez, se trasladó al jurado.
Uno de los textos más profundos de la Fiesta, fue quizá, el elegido por el G.I.T. “Flores arrancadas a la niebla” (Obra en competencia) del dramaturgo Arístides Vargas con dirección de Jorge Renoldi. ¿Cómo abarcar la guerra, el hambre y el exilio en una propuesta minimalista en penumbras?
“Suegras Bárbara’s” (Obra en competencia) del Grupo El Altillo, dirigida por Marisa Ruiz, es una comedia no apta para intelectualoides que se rasgan las vestiduras ante “la insoportable levedad del ser”.
Desde mi punto de vista crítico, la comedia es una muy buena propuesta para sacar la risa a relucir. La escenografía es aparatosa como las comedias porteñas, de corte realista, un espacio estéticamente armonioso por donde transitan los personajes de esta comedia.
Se destacan las actuaciones de Natalia Martínez, Estela Ortiz, Susana Urrestarazu, Jaquelinne Minati y Gabriela Mangogña, mujeres que encarnan a jovencitas o adultas mayores cuyas composiciones actorales elevan la calidad artística de la obra. Me resultó simpática la actuación de José Antonio Manenti, un actor muy suelto, quien apunta al gajs y cuela bocadillos emulando al Negro Olmedo, entre otros. Muy cuidada la presentación de las actrices, elegantes en sus diferentes estilos.
El título tiene dos significados justamente opuestos, que tienen que ver con una parte positiva de las suegras y una parte negativa. La fusión perfecta de una mujer que puede ser un ángel o un demonio.
Lo mejor para los más chiquitos llegó con “Alicia en el País de las Maravillas” (Obra en competencia del Grupo La Morisqueta), con dirección de Cristina Idiarte. La espectacularidad y la belleza se unen para crear esta versión de Alicia que trabaja con la transformación, para lo cual su directora propuso dos actrices: Zoe Subelza, Alicia en su tamaño grande; y en esta oportunidad, Manuela Subelza (al rol de Alicia también lo realiza Mía Subelza), Alicia en su tamaño pequeño. La niña, al ingerir una pócima se hace muy pequeñita para atravesar una puerta y luego se agranda para perseguir al conejo. Los personajes fluyen como de una galera.
La magia se consuma.
Sebastián Simón como el Sombrerero es alucinante, ni qué decir de Laura Casco como La Reina, tan encantadora como hilarante. Sensacional la música (Fernando Subelza) y la escenografía (Andrea Di Salvo).
Las Alicia son exclusivas de La Morisqueta, niñas actrices cuya frescura no se actúa, viene de fábrica. Excelente!
La versión de “Decir sí” de Griselda Gambaro (Obra en competencia) que el Grupo Kerkis Baco presentó en la Fiesta, en mi opinión, no representa el esencial planteo de Gambaro.
La obra de mayor vuelo fue, a mi modo de ver, “Pájaros esenciales” de Lila José (Obra en competencia presentada por el Grupo Candilejas), dirigida por Andrea Yacuzzi y Carlos Delgado.
Las actrices Alicia Rina Rib, Doris Fuchs, Lila José, María Esther Alonso, Marta Lo Celso, Stella Maris Abdenur y Roxana Coledani estuvieron magníficas. Fueron como grandes alondras.
Cuatro adultas mayores viven en una Institución, pero no son felices, aunque una de ellas ve con el corazón a sus pájaros esenciales mientras su compañera le recita poemas de nostalgia que escribe para no morir. Las demás, sueñan a su manera o pelean para sobrevivir a la soledad. Quien debiera cuidarlas no lo hace y solo se interesa por el dinero que puede sacarles. El planteo produce cierto encantamiento y verlas allí, mucha ternura.
La Fiesta había arrancado fuerte, entonces había que cerrar de igual manera. Pero esta vez, con humor, lejos de la tragedia. Y quién mejor que tres actrices como Soledad Pérez Fernández, Mary Gervino y Graciela Valls, dirigidas por Carlos Delgado, quienes en esta oportunidad interpretan a tres hermanas a las que se les acaba de morir la tía Belinda.
“Tres mujeres, una valija” se deshace en un humor negro que las consolida como muy buenas intérpretes del género, graciosas y dúctiles, capaces de arrancar diferentes emociones al público, quien se deleita con los disparates que hacen tres mujeres grandes criadas con prejuicios, tabúes y exceso de religiosidad. Hacia el final, qué mejor que comenzar de nuevo sin importar la edad. Excelente!
– Foto de portada: Fiesta Provincial
– Portafolio: Fotos tomadas por Salta 21
