Así lo informaron los desarrolladores del inoculante, cuya versión inyectable está siendo usada en más de 70 países, pero aún no cuenta con la autorización de emergencia de la OMS
El Ministerio de Salud de Rusia registró la versión nasal de la vacuna contra el COVID-19 Sputnik V, desarrollada por el Instituto Gamaleya de ese país. El inmunizante inyectable fue el primero en ser utilizado en Argentina y es aplicado más de 70 países, pero aún no recibió la autorización de emergencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni de las principales agencias de control, como las de Estados Unidos (FDA) y de la Unión Europea (EMA).
“El Ministerio de Salud de Rusia registra la versión nasal de Sputnik V, la primera vacuna nasal del mundo contra el COVID-19″, informó este viernes el desarrollador del inmunizante ruso a través de la cuenta oficial de Twitter.
En 2020, la revista científica Lancet publicó un estudio realizado en más de 20 mil personas que indicó que la Sputnik V inyectable no tenía efectos nocivos y contaba con una eficacia del 91% contra la infección de la cepa original del SARS-CoV-2. Pero hasta ahora los desarrolladores no lograron que la OMS le dé su visto bueno. El organismo internacional anunció el pasado 16 de marzo que postergó su evaluación de la vacuna rusa contra el coronavirus debido a la invasión de ese país a Ucrania.
En diciembre pasado, el Instituto Gamaleya había informado que sacaría al mercado su vacuna de administración nasal contra el COVID-19 en el primer trimestre de 2022. “La vacuna nasal Sputnik será suministrada al mercado en el primer trimestre de 2022″, informó entonces el centro en su cuenta oficial de Twitter.
En varios centros científicos del mundo se viene estudiando qué tan eficaz es la aplicación nasal de una vacuna contra el coronavirus. En este tiempo se comprobó que la replicación del SARS-CoV-2 se dirige a las células ciliadas nasales en las primeras etapas de la infección por COVID-19. Los estudios epidemiológicos centrados en los mecanismos de infección viral pueden proporcionar información sobre el desarrollo de tratamientos preventivos eficaces. Así, el establecimiento de la inmunidad de la mucosa nasal contra el SARS-CoV-2 a través de una vacuna nasal podría ser la forma más eficaz de combatir la infección por COVID-19. Comprender cómo se produce la infección vírica puede proporcionar pistas importantes para que los investigadores desarrollen estrategias de prevención de la transmisión vírica y desarrollen agentes terapéuticos y vacunas eficaces.
Así, por ejemplo, conducidos por el director KOH Gou Young, científicos del Centro de Investigación Vascular del Instituto de Ciencias Básicas de Corea del Sur descubrieron recientemente los procesos que intervienen en las fases más tempranas de la infección por COVID-19. Este estudio pudo determinar que las células multiciliadas del epitelio nasal son las primeras células a las que se dirige la infección temprana por COVID-19. Esto implica que dirigirse a estas células mediante tratamientos específicos, como por ejemplo a través de sprays nasales, puede ser una estrategia ideal para frenar la infección por COVID-19 en las primeras fases.
Según el Centro Gamaleya, la vacuna nasal, sobre cuyo desarrollo Rusia informó a mediados del año pasado, “será especialmente efectiva contra la altamente contagiosa variante Ómicron, ya que no solo protegerá contra la infección, sino que prevendrá la transmisión”.
Sputnik V inyectable, la primera vacuna rusa registrada contra el COVID-19, y la monodosis Sputnik Light, probaron ser altamente eficaces contra la variante Ómicron del coronavirus, según ese centro científico y el Fondo de Inversiones Directas de Rusia (FIDR). “La vacunación con Sputnik V y la revacunación dentro de seis meses con Sputnik Light ofrecen a día de hoy una buena protección contra la variante Ómicron”, dijo el director del Centro Gamaleya, Alexandr Ginzburg, en una rueda de prensa a fines del año pasado.
También en marzo de 2021, científicos argentinos presentaron un nuevo proyecto de vacuna nasal contra el SARS-CoV-2 a base de proteínas (RBD), que es una porción de la proteína S del virus y nanopartículas, que genera anticuerpos. Gracias al trabajo que vienen llevando adelante hace tres años dos equipos de investigación del Instituto de Estudios Inmunológicos y Fisiopatológicos (IIFP, CONICET-UNLP) y el Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas (INIFTA, CONICET-UNLP), nació ARGENVAC 221, el potencial y posible nombre con el que se bautizaría al inoculante pensado y desarrollado por la ciencia local, particularmente por un grupo de científicos multidisciplinario de La Plata, integrado por químicos, bioquímicos e inmunólogos entre otros. El desarrollo se basa en el uso de fragmentos de la proteína S, que se encuentra en la cubierta del virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad, y es el arma que este utiliza para invadir e infectar las células blanco, que son las del epitelio nasal y, principalmente, pulmonar, donde en contacto con distintos tipos de receptores se divide y multiplica para invadir otras células.
También en Francia, un grupo de expertos del Instituto Nacional de Investigación para la Agricultura, la Alimentación y el Medio Ambiente de Francia (INRAE), que trabajó junto a sus pares de la Universidad de Tours, presentaron en enero la patente de un nuevo tipo de vacuna candidata contra el coronavirus, un desarrollo que podría tener un rango de utilización más amplio que las actuales en el mercado.
El proyecto de vacuna nebulizada, un logro francés luego de tantos retrasos, podría encontrar toda su utilidad dadas sus características originales. Es una vacuna basada en proteínas, pero no dirigida únicamente a la proteína Spike, que está sujeta a múltiples mutaciones. Este inyectable nasal suma otras proteínas mucho más estables, lo que le confiere cualidades de vacuna universal, es decir poco sensible a mutaciones.
También en Israel científicos mostraron que el uso de un aerosol nasal redujo las tasas de infección por coronavirus en una reunión masiva durante Rosh Hashaná en la comunidad altamente endémica de la ciudad de Bnei Brak, de 210.000 habitantes en Israel, según una nueva investigación preliminar publicada en Researchsquare en febrero de 2021.
A mediados de septiembre, antes del Año Nuevo judío (una reunión intensiva de dos días para orar), las tasas de positividad de PCR eran del 17,6% y subieron al 28,1% dos semanas después. En medio de esos festejos, 83 miembros de una sinagoga ultraortodoxa en Bnei Brak utilizaron el spray nasal “Traffix” durante los servicios de Rosh Hashaná, y después de dos semanas, solo el 2,4% de los usuarios del producto estaban infectados con el coronavirus, frente al 10% de los no usuarios que estaban infectados con el coronavirus.
Según los científicos que lo probaron, el medicamento es un inhalador de polvo nasal innovador que crea una capa protectora de gel sobre la mucosa nasal y bloquea eficazmente que los virus infecten las células nasales. Está aprobado para su uso en Europa e Israel. Los estudios in vitro demostraron que el medicamento bloquea los virus (incluido el SARS-CoV-2) para que no infecten células humanas (<99%).