El unipersonal de Quique Mailier “Yo te sigo a todas partes” se presentó ayer en el penal, anoche en el Arístene Papi, actualmente administrado por Jorge Renoldi, y anteanoche en La Fundación. Un poco de fútbol no viene mal para los hinchas.
En el marco del 32° Abril Cultural salteño, el teatro de Santa Fe de la mano del grupo Modus Vivendi, se hizo presente. Lo trajeron el Fat Ferrario, Jorge Renoldi y Guido Núñez, en un trabajo de coordinación y puesta en marcha de espacios alternativos.
Salta 21 dialogó anoche con Quique Mailier quien expresó que felizmente se hizo la obra en la cárcel para un público masculino que se enganchó con la propuesta y la temática de “Yo te sigo a todas partes”. «Esto forma parte de una serie de presentaciones y trabajos de este tipo en la comunidad»- señaló.
Viaja hoy a las 15 y se presentará con este espectáculo en Venado Tuerto y próximamente en Ecuador.
La mirada, según el propio “relator”, es una reivindicación al hincha de fútbol. Comentó que trabajó los textos junto a Walter Saavedra y Claudio Cherep, periodistas interesados en el fútbol, el primero comentarista y relator de partidos, y que actualmente están en diversos medios de comunicación.
El unipersonal inicia con el choripanero, testigo de todo lo que acontece en los partidos de fútbol, es el que carga una enciclopedia de “cantitos” de los hinchas y conoce a los más populares entre las tribunas.
Entre sus personajes está el marido fanático de fútbol a quien la esposa le reclama permanentemente sobre su afición ya que tiene “una pelota en la cabeza”. Pero la defensa de él es que trabajó como burro durante 15 años para tenerla como “reina”. Ahora le viene con lo del divorcio.
Incorpora muñecos en el monólogo: Clemente y un hincha, lo que agrega color a su actuación.
Quique Mailier cierra con “la mano de dios” en relatos de un hombre de bar que se siente identificado con el 10. Se trata de la mirada de un hincha que ve a un compatriota en el Olimpo, tan de barrio como él pero tocado por la fortuna. Y relata esa hazaña de Maradona que “vengó” a los argentinos de los urkas.
El teatro que propone esta obra es una reivindicación del hincha de fútbol-coincido- y sobre todo apunta a un receptor animado por este deporte. Cierta pasión se nota en la composición de los relatos y en la mirada popular que traza el actor y autor sobre los personajes visibles e invisibles de estos eventos masivos.
