El Partido Obrero podría constituirse mañana en referente político de peso en unas elecciones reñidas entre el romerismo y el urtubeysmo. Ambos grupos de poder muestran signos de agotamiento. Una señal de preocupación: la campaña lanzada contra el PO.
El receptor del voto bronca en las elecciones anteriores fue un personaje siniestro, por cierto mucho más siniestro que Urtubey y Romero juntos: el empresario Alfredo Olmedo.
Esto mostró que la bronca es ciega y no mira hacia dónde apuesta cuando quiere castigar al gobierno de turno y a quienes usan el poder democrático para beneficio de sus personas y sus grupos de amigos y familiares.
En un acto del PO en su sede de la calle Pellegrini, a comienzos de la campaña para las elecciones de mañana, el referente nacional Jorge Altamira hizo un análisis lapidario de la gestión (de algún modo hay que llamarla) del gobernador Juan Manuel Urtubey a quien trató de imberbe. Claudio del Plá rechazó el criterio según del cual los 36 mill sufragios recogidos en las anteriores elecciones son el producto del «voto bronca».
«Por supuesto que yo también siento bronca por este gobierno de ladrones», explicó el maestro que representa el máximo liderazgo del PO en Salta. Pero dijo que su partido crece porque hay conciencia entre los salteños de que es la única alternativa real de poder frente a la camarilla de corruptos e incapaces que encabezan Romero y Urtubey.
No hay sin embargo entre la izquierda pensante un apoyo unánime al PO. «Los del partido obrero son unos chantas, no tiene propuestas reales de gobierno», se queja Ricardo (45) -productor de cine que trabaja con grupos alemanes para hacer películas independientes de bajo presupuesto en nuestra provincia- mientras tomamos champán en un ágape previo a un concierto en la Fundación Salta.
«Yo soy de izquierda y me pareció una chantada total que en el programa de radio del PO afirmaran que los servicios deben ser gratuitos -señala el productor- . En todo el mundo y dentro de cualquier sistema político y económico el gas, el agua, la electricidad tienen un costo, de algun modo hay que financiarlos. El tema es cómo se realiza un redistribución de la riqueza para una sociedad más justa. Se lo pregunté a del Pla al aire y lo reté a un debate, pero se fue al mazo. Esto prueba que no son serios», lamentó. Y entonces nos entregó la fórmula de la justicia social que -según él- del Plá desconoce. Esta se logra a través de los impuestos. Los que tienen más deben aportar más. Por ejemplo con gravámenes a los bienes suntuarios. Así es como sociedades ultracapitalistas como las del norte de Europa, en Escandinavia, llegaron a una suerte de socialismo con los niveles de vida más altos del mundo.
Saénz es una mierda, pero hay que votar por él
El crecimiento de la intención de voto del PO en los barrios de clase media e incluso en barrios de mayor nivel socioeconómico (el voto bronca ya le dió el triunfo en una ocasión al Partido Obrero nada menos que en Tres Cerritos!) preocupa al oficialismo y desde el Grand Bourg pasaron al ataque para tratar de «desinflarlo».
Un integrante (casado, 30 años, una hija) de los comandos que promovieron barrio por barrio y casa por casa el voto a favor del oficialista Gustavo Saenz (candidato de Isa y de Urtubey) reveló a Salta 21:
«En San Carlos hacíamos una encuesta, pero los resultados eran muy malos. La gente tiene bronca contra todos los políticos. Entonces nos dijeron que paremos con la encuesta y nos concentremos en entregar folletos y votos»
¿Y vos qué opinás de los candidatos del gobierno?
No sé. No los conozco, pero deben ser una mierda, como todos.
¿Y por qué entonces trabajaste para Sáenz?
Es que necesito un laburo y me prometieron que si gana me van a dar trabajo en la municipalidad.
Y es entonces que el joven desocupado nos implora: «haceme el favor, votá por Saenz, que necesito ese laburo».
Hay que desinflar al PO
Desde el poder detectaron el crecimiento del PO ante la bronca y la decepción que genera el gobierno de Urtubey. Entonces pasaron al contrataque y realizaron miles de fotocopias de una presunta «denuncia» contra el PO, que tiraron en cada casa en los barrios del sur de la capital.
Es una «carta abierta» en la que un tal Gustavo Andrés Murillo cuenta que se fue del Partido Obrero porque en el Norte (Tartagal y Mosconi) obligan a los militantes a realizar un aporte para sostenerlo. Denuncia además que el PO se alió con el gobierno corrupto del intendente Leavy.
Pero… veamos. Un partido sostenido por sus afiliados ¿no es algo loable, frente a los partidos de gobierno sostenidos con fondos desviados del estado?. Además: ¿resulta verosímil una alianza entre el PO y Leavy?.
A cuántos convencerá la fotocopia de que el PO es «más de lo mismo» para que no canalicen hacia ese partido su «voto bronca» o «voto alternativo» es algo difícil de medir. Pero seguro que no fue un desocupado de Tartagal el que se vino hasta la ciudad de Salta para que -con una inversión cuantiosa- cada vecino de El Tribuno, Intersindical, Bancario, San Carlos y Santa Ana quede convencido de que no debe votar al PO.
Lo que esa jugada muestra es que hay preocupación en el gobierno ante el crecimiento de la intención de voto por el Partido Obrero en barrios de clase media de la capital de la provincia.
Temor en el Grand Bourg ante el crecimiento del PO
Todos los partidos polìticos de la Argentina padecen de la idèntica enfermedad: sus propuestas para sacar al paìs de la anòmia y del descalabro econòmico son poco interesantes. Sin embargo, son mejores las propuesta poco interesantes que las inviables, y las propuestas del PO son totalmente inviables. Los discursos del PO, aparte de repetitivos- «crisis del capitalismo», «dictadura del proletariado», «lucha de clases», etc, etc. – no son màs que slogans gastados, o discursos de barricada, vacìos de contenido. Tanto que, sì Lenin y Marx revivieran y escucharan lo que pretenden los del PO, despues de reirse de ellos, preferirìan morirse nuevamente, ya que lo que los del PO efectivamente pretenden es repetir la Revoluciòn Rusa del 1916. O ir màs allà, hacer desaparecer el Estado, que es lo que dijo una vez la Sra. Fofani. Por otra parte, aunque lo usan como caballo de batalla, se ve que los del PO leen poco a Marx y lo entienden menos. En efecto, si lo hubieràn leìdo, sabrìan que el marxismo es, en realidad, una teorìa del capitalismo y no una teorìa del comunismo. Es una buena teorìa del capitalismo y una pèsima teorìa del comunismo. En efecto, acerca de èste, solo dice que es mejor que el capitalismo, sin aportar prueba alguna al respecto. De esta manera, el marxismo presenta una limitaciòn principial, absoluta: como no es una teorìa del comunismo, resulta imposible, a partir de èl, elaborar teorìas cientìficas acerca de còmo ADMINISTRAR èse comunismo, o sea, un paìs comunista. Por ese motivo, cuando Lenin tomo el poder, no supo que hacer para hacer funcionar al paìs que conquistò. Se encontrò con la terrible sorpresa de que de los libros de Marx no podìa extraerse ni un solo consejo, ni una sola regla acerca de còmo ADMINISTRAR Rusia. Asì se instalo un caos econòmico-polìtico que, a mediano plazo, iba a anular absolutamente todo lo bueno que podìa haber tenido la propuesta teòrica. Como Lenin era brillante, se diò cuenta inmediatamente que esa falencia del marxismo es absoluta. Por eso, inmediatamente (a los dos años) de haber tomado el poder, hallò la soluciòn: renunciar a las teorìas de Marx (y a las propias). Asì, Lenin estableciò el Nuevo Plan Econòmico (NEP, por sus siglas en inglès). El NEP consistia en hacer de Rusia un aliado econòmico de los paises capitalistas. Se trataba de establecer empresas mixtas, «Joint Ventures» , con capitales externos para explotar conjuntamente los recursos naturales y las industrias rusas y dividir las ganancias. Infelizmente, en el interìn Lenin muriò y Stalin (que no creìa ni en Marx ni en Lenin, ni en nadie, sòlo en èl mismo) tomo el poder y el NEP pasò al olvido. Stalin no creìa en el marxismo, por tanto, no le importò para nada carecer de teorìa alguna para administrar la URSS.¿Que hizo entonces? Se dedico a improvisar, a improvisar y tratar de poner en pràctica sus propias ideas, tan ealejadas del marxismo como de las galàxias. Los que le siguieròn hicieròn lo mismo y no dejaròn de hacerlo hasta que Gorvachov diò por terminado el «experimento», previa muerte de decenas de millones de personas.
Volviendo a Salta y el PO, se trat de un partido unifamiliar, es el partido de Del Plà y de su esposa: Fofani y de nadie màs. El resto de sus miembros son sòlo comparsas. Tampoco puede ser un partido «obrero»: hay muy poca presencia obrera y ninguna en el nivel dirigencial. En realidad, no es mas que un partido de «pequeños burgueses» de clase media ilustrada. En cuanto a la dirigencia nacional, aparte de ser «eterna», es antidiluviana en sus conceptos; èse Resnick , por ejemplo, parece que tiene un disco duro rayado en la cabeza, de lo ùnico que se le escucha hablar es de la «crisis del capitalismo». Parece que no se enterò de que el comunismo ha muerto. Si no me cree, que le pregunten a teòricos del marxismo com Agnes Heller, o a miembros del PCs, como Teitelbaum de Chile, y Santiago Carriloo de España, que, en sendos comunicados, han «decretado» que abandonan el marxismo. El PO no es, pues, alternativa a nada, ese lugar comùn es falso.
Temor en el Grand Bourg ante el crecimiento del PO
Verdaderamente usted que dice ser un periodista democrático, y amplio, se dedica simplemente a violar la veda electoral con tal de defender a su partido, el PO, mientras que por otro lado sabe ocultar perfectamente las crisis que dentro de este se desarrolla, como por ejemplo el alejamiento del actual diputado provincial Pablo López, de las filas del PO, o el hegemonismo totalitario de Del Pla dentro de este partido.
Por otro lado, los rumores podrán ser ciertos o no, lo que sí es cierto es que los diputados de PO se negaron a colaborar con el fondo de huelga del Ingenio El Tabacal, como ya lo habían hecho en el 2005 con la huelga d elos docentes, a lo mejor usted no está enterado de esto, al igual que el sospechoso nombramiento del Sr. Del Pla como docente, por un decreto del Gobernador Romero, 2 días antes de dejar el gobierno.
Le quiero dejar claro, que no tengo nada contra el PO, que no tengo militancia política, pero me produce rechazo el abuso que usted hace desde esta página de la libertad de prensa, ya que la misma es para todo y no sólo para el sector con el que usted simpatiza.
Un saludo cordial.
Alejandro López
Temor en el Grand Bourg ante el crecimiento del PO
Es verdad que Romero siempre eligió al PO como contrincantes por sus características. Son un partido monolítico y personalista que responden a un tipo controvertido como Altamira con ideas a veces delirantes y que jamás hacen frentes con nadie. Por eso cuando se menciona a la oposición de izquierda siempre son mencionados. Están contra el gobierno pero también contra todos los partidos progresistas de América Latina. Desde este punto de vista en el concejo deliberante son buenos porque son honestos y no se dejan comprar, pero después sólo sirven para romper y deteriorar a los sectores progresistas. Y no habiendo dinero ni medios de expresion… ningún otro grupo de izquierda o progresista puede expresarse.Estos comentarios políticos tardíos no contribuyen a clarificar nada. Hubiera sido bueno que hace un par de meses hubieran abierto un foro de debate y se hubieran escuchado voces que normalmente no pueden expresarse y menos que menos debatir en los medios salteños. adela
La veda, el trabajo de la prensa y la libertad de expresión
Estimado lector. La veda es para propaganda política, no para el periodismo que todo el tiempo puede realizar análisis y brindar información. Claro que podría usted tener razón si interpreta mis notas como mera propaganda de lo que supuestamentes es «mi partido». Pero yo no estoy afiliado al PO ni soy simpatizante ni militante de esa agrupación. Tampoco pretendo hacer un análisis de la crisis del PO o de sus virtudes, aunque también podría hacerlo, sino simplemente estoy tratando con estas notas de registrar un fenómeno que observo en la sociedad como sensación previa a los comicios. Es usted quien está atentando contra mi libertad de expresión si pretende silenciar mis notas en tanto yo no soy un político que hace propaganda sino un trabajador de prensa que cumplo con mi rol social de informar, analizar y opinar (que por otra parte puede hacerlo también cualquier ciudadano). Si la labor de la prensa quedara restringida al punto que usted pretende esta debería silenciarse totalmente y no cubrir -como se hace- cada paso del acto eleccionario desde los minutos previos hasta el cierre de las urnas.