El film en el que Ricardo Darín interpreta a Julián, un argentino radicado en Madrid que vive sus últimos días de manera intensa, ya tiene un Feroz Zinemaldia, premio que otorgan los periodistas cinematográficos de España en el Festival de Cine de San Sebastián. Junto a Javier Cámara como su amigo Tomás, la aventura no es la vida, sino la muerte. Y tiene un gran protagonista: Troilo, como Truman. Darín y Cámara compartieron la Concha de Plata como mejores actores en el cierre de la 63º edición del festival.
Cesc Gay dirige este film español argentino. Estoy segura de que amar o no esta historia depende del público. Por mi parte, debo confesar que el argumento no me llamó para nada la atención y en realidad cuando vi los avances sentí que había una conexión entre el film y “Aeroplanos”, la obra de teatro de Carlos Gorostiza. “Truman”, tiene una motivación esencial, y es la relación entre los amigos, amistad que no se trata sólo de relacionarse con humanos, sino también, con perros. El perro de Julián no se corre jamás de la historia, y tanto Truman como Tomás, ocupan el lugar de los vínculos en esta cinta. Desde este punto de vista, de la importancia de la amistad, sí encuentro algún intertexto con “Aeroplanos”.
Más que nada fui a ver “Truman” porque actúa Ricardo Darín. El actor está en el punto justo y es irreprochable. Junto a Cámara, equilibran muy bien la pantalla en cuanto a desempeño actoral. En trazos secundarios en los que interviene la actriz Dolores Fonzi como la prima de Julián, no conforma tanto ni convence. Fonzi está desaprovechada y su gesto de “indignada” de manera permanente, te saca del humor negro y te lleva al plano de lo áspero. No se justifica la irrupción de la escena de sexo entre Fonzi y Cámara, o sí, sólo para que ella cambie la cara.
Párrafo aparte merece Troilo, el perro que interpreta a Truman. Darín explotó en lágrimas cuando contó en el Festival de San Sebastián que el perro murió hace un par de meses. El director, Cesc Gay, tomó el micrófono y confesó ante la audiencia que Ricardo Darín y no él, había dirigido a Troilo en esta película: “Yo no dirigí al perro, lo dirigió Ricardo. Él asumió ese rol porque es un amante de los animales y tiene una mano especial”. La verdad que mantuvieron una química perfecta y eso se evidencia muy claramente. Quien reemplazó a Troilo en la entrega de premios fue su hija, una amorosa perrita. Increíble, no?
Julián, el protagonista, es un actor de teatro empobrecido, está divorciado y tiene un hijo que vive en Ámsterdam. Recibe la visita de su amigo Tomás, quien viaja a Madrid desde Canadá, y junto a él vive cuatro días únicos en los que prepara su funeral, se despide de su hijo y busca un hogar sustituto para Truman. El film dispara la reflexión acerca de cómo las personas te dejan solo en las últimas horas y se quedan a tu lado únicamente aquellos que te aman.
La historia finalmente te termina atrapando. Cuando sacaba las entradas, la vendedora me dijo “¿trajiste pañuelo?” No se olvide de llevar uno porque “Truman” toca la sensibilidad, si bien en varios pasajes la risa dramática surge. Cuando los amigos se toman de las manos me produjo una ternura infinita, del tipo que sólo las buenas películas logran hacerte sentir.