Hubo rigor y musicalidad en la conductora Yeni Delgado que produjo una interpretación liberal donde la orquesta mostró sus virtudes (de allí el título de esta nota), libre de ataduras.
Salta, sábado 11 de 2011. Casa de la Cultura. Solistas: Andriy Chornyy y Carolina Pineda Andrade (violonchelos). Orquesta Sinfónica de Salta. Directora Invitada Mª Yeny Delgado. Obertura de La Flauta Mágica (W.A.Mozart 1756-1791). Concierto para dos violonchelos y orquesta (A. Vivaldi 1678-1741). Sinfonía nº 3 “Renana” (R. Schumann 1810-1856). Aforo 100%.
Cuando el público sale tarareando pasajes melódicos de alguna obra es porque ésta ha calado hondamente no solo en su oído sino en sus neuronas inhibidoras de tristezas o depresiones. Esto pasa en general con la música de Mozart y la hermosa obertura de una de sus famosas óperas, La Flauta Mágica, es un fiel ejemplo de lo que digo. Excelente, limpia, transparente, pulida, que además contiene referencias filosófico-religiosas ya comentadas anteriormente. La página mereció una plausible traducción.
Vivaldi escribió no menos de tres docenas de conciertos de cámara. En realidad, creo que es uno de los creadores de este género, al tomar uno o más solistas acompañado/s del grupo instrumental también llamado “ripieno”. Su tradicional forma; rápido-lento-rápido dio marco a esta definición camerística del significado del llamado “concerto”. El programado tiene un rítmico “allegro” inicial, arrollador, de vital empuje, repetido luminosamente al final. En el medio un “largo” en forma de danza a cargo de los dos notables solistas que con fondo del continuo, rayaron a gran altura, cantando con un instrumento de espeso sonido que por momentos hasta carraspea con atractiva simpatía. El sostenido aplauso, generó un buen arreglo del Reverié (uno de los famosos números de Escenas Infantiles) del autor que vino después.
Final para la mejor sinfonía de Schumann. Cuando menos, para mí. La llamada “Renana” no se hacia por la orquesta local desde hace ocho años. En ese lapso se tomó conciencia verdadera del ánimo, la solemnidad y el lirismo del compositor alemán que escribió un “scherzo” y un animado final, ambos sin desperdicio. Hubo rigor y musicalidad en la conductora Delgado que produjo una interpretación liberal donde la orquesta mostró sus virtudes (de allí el título de esta nota), libre de ataduras, merced a lo cual la conductora se mostró oportuna en la marcación y en la elección de los “tempi” para solaz de los seguidores que colmaron la antigua sala de la Casa de la Cultura.
Un detalle final; por descanso del actual asistente de concertino, tomó su lugar el joven Nicolás Atampiz. La mención es obligada porque cuando tenia 10 años, tocaba en aquella vieja orquesta juvenil que había en Salta y ya se mencionaba en mis críticas como una promesa, hoy, una realidad.
– Foto ilustrativa (Y. Delgado)
Un mecanismo aceitado
Estimado José Mario Carrer:
Le agradezco la crítica de éste concierto.
Quería añadir una observación. La obra que interpretamos de bis, no era el «Rêverie» de las Escenas Infantiles de R.Schumann, sinó un arreglo en homenaje a J.S.Bach, del Preludio de la IªSuite para Violonchelo y de «El Cisne» del Carnaval de los Animales de C. Saint-Saëns.
Atentamente,
Carolina Pineda Andrade.
Un mecanismo aceitado
Tiene usted razón. Lo conversé luego de haber escrito mi crítica con el maestro Andriy Chornyy en verdad no tuve tiempo de hacer la aclaración. La presencia de Horacio Lavandera, su padre, su representante y la gente de la empresa auspiciante absorbieron mi atención. Reitero que salí muy conforme con su Vivaldi. Un cordial saludo.
Un mecanismo aceitado
Estimado José Mario Carrer:
No se preocupe,es comprensible. Es un placer tocar con Horacio Lavandera. Sólo su presencia, es una experiencia que altera los sentidos.
Muchas gracias otra vez por su crítica y espero tener la ocasión de conocerlo personalmente.
Atentamente,
Carolina Pineda Andrade