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domingo, noviembre 24, 2024

Una música contrasignificante

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«Al contrario de lo que supuse en ‘Un escritor rebelde en Los perfiles de Marx Tomo IV’ * donde hablaba de publicar unos trabajos acerca de Hobbes, Freud e Hipócrates, difundiré un artículo sobre los nexos entre teoría de juegos e Historia».

Reporteando al Dr. López, que atraviesa uno de los momentos de mayor producción, conversamos acerca de su nuevo libro y de proyectos escriturarios. «Multiplicidades semiósicas y chorros deconstructivos. Una música contrasignificante», es el título del libro que motiva un nuevo encuentro con Adrián López.

Palimpsesto

Dice el escritor:

– El libro que va lento porque es bastante laborioso es uno que había anunciado en torno a Marx, el cual es un enfoque sobre el “Primer Manuscrito” de los Manuscritos de París, Manuscritos de 1844 o Manuscritos: economía y filosofía, asunto acerca del que ojalita podamos concretar la entrevista oportuna, cuando sea el momento. Por eso, elegí trabajar sobre dos nuevos proyectos: una síntesis en torno a la Fenomenología del Espíritu de Hegel, resumen muy explicativo que llega hasta la primera parte de la Figura de la Razón, que es una de las macrodialécticas más complejas de la Fenomenología…, palimpsesto que es uno de los más difíciles de la historia de lo que podría bautizarse “pensamiento occidental”. En virtud de ello, decidí escribir un comentario propio sobre ese libro que ayude a los que se interesen en Hegel, el viejo Titán.

El otro proyecto son unas glosas a la Tesis Doctoral de Marx que versa alrededor de las diferencias entre las Filosofías de la Naturaleza en Demócrito y Epicuro, obra que es la base de mi planteo de una dialéctica del Desvío en el amigo de Engels y que me permitió ubicarlo como iniciador del Paradigma de la Complejidad, al contrario de lo que escupe Edgar Morin, al que idolatran en la Carrera de Ciencias de la Educación –tal cual se enunció por otros motivos, en la presentación de ¿Todo sobre las drogas? del psicoanalista Ernestro Sinatra, en el Colegio de Psicólogos el pasado 13 de agosto de 2010, a las 21 hs., empleo a Marx, que vendría a ser “lo mismo” para mí, como fue lo mismo Freud para Lacan, pero con el propósito de gestar otros efectos, incluso, en eso mismo, en Marx, desligándome, desprendiéndome de Lenin y del leninismo (Trotski, Stalin, Mao, etc.).

El hecho es que estoy laburando en los dos libros de manera simultánea; cuando me aburro con uno, sigo con el otro y así… –no sé cuál saldrá editado primero.

La obra que nos convoca, Multiplicidades semiósicas…, es un desgajamiento de mi Tesis Doctoral, a la cual fragmenté luego de que la universidad estatal local gestionara su ISBN, número de codificación internacional por el cual se registra un libro –el trámite de copyright o de registro de propiedad intelectual específico se encuentra todavía pendiente, pero es algo que no me preocupa debido a que, entre otras cosas, no creo en absoluto en el copyright (si alguien me concediera el honor de plagiarme, vería en ello no un acto de piratería sino que apreciaría que mis ideas se esparcen, aunque de un modo “extraño” y por vías inusuales…).

Aunque no lo parezca y en particular, por el título, la obra trata de hacer una pequeña reseña de las múltiples corrientes de la Semiótica, disciplina que al igual que con el Psicoanálisis y otras líneas de las Humanidades y Ciencias Sociales, vengo especializándome desde hace 20 largos años –cuando enuncio eso, desde la mediocre facultad en la que me toca trabajar se me espeta que me creo un “todólogo” (lo raro es que los que son tan caraduras como para dictar desde Semiótica de la cultura hasta Semiótica Audiovisual en la Carrera de Ciencias de la Comunicación –carrera que co fundé y co armé, aunque en secreto, junto a la genial Prof. Amalia Carrique– no se los tacha de “todólogos”, ¿no?).

Semiótica

Dice el escritor:

– En lo que podríamos denominar la corriente europea, la Semiótica fue una parte de la Lingüística pero luego se independizó de ella, a tal punto que, junto a la Pragmática y la Semántica, son las áreas de las Humanidades y Ciencias Sociales más formalizadas, incluso, en términos matemáticos.

En la medida en que la Semiótica originariamente y en su línea europea, dependió de la Lingüística, se ocupó de las distintas clases de lenguajes y de los diferentes tipos de signos asociados a esos lenguajes. Hoy, sus áreas van desde la Semiótica Audiovisual –que acá, en el noroeste argentino, co fundamos en 1996 con la Prof. Amalia Carrique–, hasta la Semiótica de la danza, de la música, del teatro, del espacio, de la arquitectura y del diseño urbano, etc., etc.

En realidad y concretando algunas salvedades para no hacer que todos los gatos sean pardos, casi cualquiera de las ciencias podrían considerarse como Semióticas particulares que enfocan objetos determinados: la Biología sería una Semiótica de los seres vivos; la Geología, de las formaciones terrestres; la Física, de las leyes elementales que sirven para interpretar el funcionamiento del cosmos; la Antropología, una Semiótica de las organizaciones sociales etnográficas; etc.

En simultáneo y aunque esto no lo plantee en la nueva obra y sí en otros sitios –e. g., en un artículo alrededor de un semiólogo de la “semi periferia” europea llamado Lotman (http://www.avs.com.ve/index.php?option=com_content&task=view&id=10&Itemid=14)– la Semiótica es un instrumento de análisis que puede servir para el abordaje de los objetos de saber más insólitos y alejados entre sí, dándonos la percepción exacta de que todo es Semiótica y semiotizable.

Au fond, la Semiótica tiene una quíntuple dimensión:

– 1. es una ciencia social independiente de la Lingüística;
– 2. es apta para efectuar epistemología de sí misma;
– 3. pero como puede hacer crítica, epistemología y metodología, es un conocimiento que está más allá de su carácter de ciencia social, acercándose a lo que con respecto a Marx, dije que era la instancia de la crítica deconstructiva;
– 4. es un archivo de métodos que pueden ser empleados no sólo por las Humanidades y Ciencias Sociales, sino por el resto de las ciencias, en la escala en que toda ciencia, sin importar su objeto de estudio específico, es una Semiótica no consciente y presupuesta;
– 5. puede ser una guía para ayudarnos a horadar el Imperio monótono del Sentido y acercarnos a la hermandad y belleza de las cosas –es lo que propone un gran semiólogo al que sigo, cuyo nombre es Greimas, en un maravilloso texto denominado De la imperfección.

Corrientes

Dice el escritor:

– Para que la exposición ordenara lo que investigué, decidí dividir el volumen en tres partes.

En la primera, se efectúa un racconto de los antecedentes históricos de las preocupaciones por el lenguaje, el significado, el sentido y el signo, precedentes que arrancan como es obvio, con los griegos.

En la segunda parte, son agrupadas las líneas de la Semiótica con base en tres conjuntos.

En la tercera y como si fuese un “fuera de libro”, se habla de las aporías que contaminaron la exposición de la obra, y se alude a las paradojas que ocasionaron parecido efecto en la Tesis Doctoral y en los tomos de la serie Los perfiles de Marx.

Regresando a las corrientes de la Semiótica, digo que resultaron agrupadas en tres conjuntos: la línea norteamericana, la centro europea y la de la semiperiferia, que es la ex URSS, básicamente.

De la corriente yankee, el semiólogo que se destaca es por lejos, el insólito Charles Sanders Peirce, cuyas obras completas en inglés están traducidas a lo sumo, en un 10 %.

Lamento caer en una jerga de especialistas y aunque a eso no lo despliegue en detalle en el nuevo libro, lo que sí hice en Boceto para un estudio de los nexos
entre metáfora, discurso y teoría
http://www.scielo.org.ve/pdf/op/v25n58/art02.pdf, sostengo que el modelo del signo en Peirce contiene, además de lo que denomina “Representamen”, “Interpretante” y “Objeto”, el “Fundamento” y el “Precepto de Explicación”. Los elementos del signo son pues, cinco y no tres, como tradicionalmente se considera –asimismo, las clases de semiosis infinitas que se entablan no son una sino que son varias, pero me es imposible detenerme en estos aspectos, Romi – tampoco puedo soslayarlos y de ahí que deba enunciarlos aunque sea telegráficamente…

De la semi periferia europea, lexema que adoptamos de Immanuel Wallerstein, un marxólogo neoyorquino al que le hice una que otra crítica, descollan Lotman, Bakhtine y Hjemslev –este último es danés, por lo que no pertenecería a la ex URSS…

Del grupo de la Europa central, se yerguen Barthes, Kristeva, Benveniste y Greimas. Explicar en qué consiste cada uno de tales nombres, implicaría desarrollar acá el contenido de mi obra, por lo que no me queda más remedio que aconsejar que los interesados lean el libro, que es una especie de “manual”, aunque me desagraden los manuales, en particular, por los efectos desastrosos que suelen ocasionar en grandes pensadores al estilo de Foucault, Deleuze, Marx, Derrida, etc.

Lo que se puede constatar en lo rápidamente descrito, es que no hay forma de interiorizarse de lo que escribió cada uno de aquellos semiólogos – Bakhtine, Lotman, Kristeva, etc.-, sin ser especialista. A su vez, la especialización en Semiótica se debe a que me encuentro desplegando concienzudamente, lo que escuché de boca de la Prof. Carrique, respecto a lo que presuntamente, habría dicho la prestigiosa semióloga Josefina Ludmer: que una formación académica integral en el ámbito de las Humanidades y Ciencias Sociales, tiene que partir de la consulta exhaustiva de las obras completas de Marx, Nietzsche, Peirce, Freud y Lacan. Son los “zócalos discursivos” de la contemporaneidad…

Lamentablemente, los colegas historiadores, por ser miopes y considerarse historiadores químicamente “puros”, observan con desprecio y sorna lo que acabo de enunciar. Hace poco, un colega de quien prefiero ahorrarme su nombre, su burló de mis lecturas de Lacan, lo que francamente, es inaudito: sea que se piense como Bunge o no, lo primero que se debe hacer para desestimar a alguien, es conocerlo.

Desde que fui un estudiante de grado en mi triste carrera, ponderé que la Historia, al contrario de la opinión del establishment historiográfico vernáculo, que sigue las directrices de la Dra. Sara Mata o de la Prof. María Elina Tejerina, es una ciencia social –que es además, un discurso…– que exige una formación cuasi enciclopédica en la esfera de las Humanidades y Ciencias Sociales, e incluso, en el resto de las ciencias –por eso, me ocupo de estar al tanto de las investigaciones en Termodinámica, en el campo de la Relatividad, en la Física de partículas de alta energía, en la Mecánica cuántica, en la Ecología, etc. (mas, no es únicamente por un mero estar informado de lo que acaece en otras áreas, sino que es el intento sistemático por explicar a Marx y la Semiótica por medio de otros saberes, tal cual se enunció el viernes 13 de agosto de 2010, en la reunión ya citada y con referencia al Psicoanálisis –Lacan es empleado por Sinatra no para dar cuenta de otros saberes sino que los otros conocimientos son utilizados con el objetivo de explicar a Lacan, echando nueva luz en torno a él y su enseñanza).

Chorros

Dice el escritor:

– Es completamente deleuziano y no me avergüenza mi falta de originalidad: la idea es que una disciplina cualquiera, por ser eso, una disciplina, no puede contener lo que desde dentro la desborda y se chorrea o derrama por los cuatro costados. El ejemplo de la Semiótica es paradigmático en ese sentido, dado que existen infinitas líneas semiológicas en su seno, disputándose el predominio: f. i., son proverbiales los enfrentamientos entre greimasianos y peircianos –en mi Tesis Doctoral, usaba a Peirce para interpretar la dialéctica del clinamen y por eso, trajeron a una semióloga greimasiana con el ánimo de que me reventara por haber optado por una línea no greimasiana (a Greimas lo empleé en realidad, allí donde lo ponderé ineludible…).

Se trata también, de melodías que recorren las ciencias, de vertientes musicales que no se dejan encasillar en un único estilo.

En lo que se refiere a mi profesión de historiador, me fijé en lo que en mi disciplina –no únicamente en Salta sino en el resto del país–, chorreaba, se derramaba y así descubrí que lo que no puede ser bloqueado por la Historia ejercida de un modo tradicional, son los posestructuralistas como Derrida, Serres, Guattari, Deleuze, Foucault y por supuesto, Marx, que también es postestructuralista, aunque no posmoderno. Encaramándome en esos flujos intelectuales que desbordan la Historia en Argentina, podría tener alternativas de devenir yo mismo, de ser atravesado, sacudido por esos derrames incontrolables, bieneaventurados. La Semiótica, que fue uno de mis primeros amores, antes de Marx, incluso, me ayudó muchísimo a aprender a fluir, a dejarme llevar por lo que escapa de los compartimentos estancos de las disciplinas… Y acá estamos…; chorreando…

– Leer Multiplicidades semiósicas y chorros deconstructivos. Una música contrasignificante

http://www.eumed.net/libros/2010e/812/index.htm.

– La última obra, la número 13, dedicada en parte, a los estudiantes de Sociología 2007, de la que hablaremos en otro reportaje, se denomina Arlequines y desencajes. Introducción a los problemas de una reformulación de la teoría foucaultiana del poder

http://www.eumed.net/libros/2010e/813/index.htm.

* Un escritor rebelde en Los perfiles de Marx Tomo IV

http://www.salta21.com/Un-escritor-rebelde-en-Los.html

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