Juan Manuel Urtubey se metió de lleno en la la polémica generada en torno a Jorge Triaca por el despido, con insultos incluídos, de una empleada doméstica de su familia que, según denunció, trabajaba en negro y tenía un cargo en el intervenido Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU). El gobernador de la provincia de Salta consideró que dicho escándalo «dejó herida o complicada la reforma laboral».
En diálogo con Radio La Red, el dirigente justicialista señaló que la agenda laboral que impulsa la Casa Rosada «termina herida o complicada producto de este tipo de cosas que son evitables».
Si bien no pidió abiertamente la renuncia de Triaca, el mandatario provincial planteó: «Me han tocado casos de ministros de mi Gobierno que tuvieron una expresión desafortunada y ante las críticas de la gente ellos solos tuvieron que irse, no tuve que pedirles yo que se vayan».
Urtubey también le pidió al Gobierno que «aclare» la situación del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), al que habrían ingresado más de 200 personas designadas por funcionarios nacionales tras la intervención judicial.
El gobernador aseguró que el peronismo continúa siendo «un gran caos» y llamó a reconstruirlo «desde una idea común» para que «sea más grande que la cabeza de un nombre propio». En ese marco, ratificó su negativa a incluir en ese proceso a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y destacó a su exministro del Interior y Transporte Florencio Randazzo como «un dirigente que tiene muchísimo para aportar».
Urtubey advirtió además que el «problema de la inflación» no se resolverá «en la medida en que un plazo fijo sea por lo menos tres veces más rentable que la actividad productiva».
«Se está descuidando y no se está poniendo la prioridad en las cuestiones estructurales que le dan competitividad a los procesos» industriales, lamentó. Y agregó: «Están más preocupados en cómo se ordena la bicicleta financiera. Yo no lo veo tan cerca en el seguimiento de la competitividad de los sectores productivos». (Perfil)