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lunes, noviembre 25, 2024

Valiosa música de Cámara

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Feliz idea la de realizar un concierto de música barroca con cuatro de sus más conspicuos representantes.

Salta, Miércoles 18 de 2012. Teatro Provincial Salón Victoria. Festival de Música Barroca. Rita Corces (flauta traversa). Eduardo Corces (guitarra). Irena y Aleksandre Urushadze (violines). Jorge González y Martín D’Elía (violonchelos). David Benítez y Julio Menéndez (piano y teclado como clave). Obras de Telemann, Boismortier, Bach y Vivaldi.

Me senté en la primera fila. ¿Qué tiene de particular? Me tocó estar al lado de una nena de cuatro años que estaba en las rodillas de su joven madre y que fue quien me cedió su asiento. Hasta aquí, nada. De pronto no sabía si mirar los ejecutantes o la nena. Cuatro años y marcaba el compás de 3 x 4 con tal precisión que asombraba. Su madre me dijo que en poco tiempo más estudiará música. El comentario viene a cuento para señalar que entre muchos otros aspectos, estos grupos de cámara, uno de los cuales, este precisamente, liderado por Marcelo Gutiérrez, clarinete de la sinfónica local, sirve también para despertar vocaciones escondidas como la de esta nena, que estaba arrobada con lo que escuchaba.

Feliz idea la de realizar un concierto de música barroca con cuatro de sus más conspicuos representantes. Barroco alemán, italiano y francés. Atractivo muestrario a cargo de la musicalidad de Rita Corces, el tremendo oficio de su padre Eduardo, la solvencia de Jorge González, la excelente compañía de David Benítez, la buena técnica de los hermanos Urushadze y la predisposición de los músicos invitados Martín D’Elía y Julio Menéndez.

No pasó a segundo plano la música sino que esta sirvió para unir los mencionados talentos y los aspectos complementarios de un buen recital, como el mencionado en el primer párrafo. Todas obras atractivas. Algunas breves, otras más extensas. En algún caso, como en la Suite en Sol mayor de Boismortier, sea posible discutir la velocidad de ejecución en dos de sus movimientos, pero todo es tan subjetivo en el barroco. Las costumbres actuales, las bibliotecas, los análisis, las tradiciones de los grandes ejecutantes nos dicen cómo debe ser la música barroca, aún haciendo la distinción, por ejemplo, entre el austero barroco alemán con el fulgurante barroco italiano de Vivaldi, que llegó con un tema y veintidós variaciones o el ligero barroco francés. Desnuda el repertorio otros asuntos como las páginas del autodidacta Telemann que a pesar de su poderosa inventiva, tuvo la desgracia de vivir en tiempos de Bach que luego, por supuesto, lo opacó. Todo cerró con ese portento que es el bello Concierto en re menor BWV 1043 del último compositor nombrado, en una eficaz reducción de dos violines y el ripieno trasladado al piano.

Es un esfuerzo del grupo, sin duda, pero aún más valor tiene la seriedad y el placer con que trabajan lo que asegura continuidad. Por suerte.

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