Andando dia tras dia, semana tras semana, buscando el pan familiar, uno recorre todo tipo de “súper” y de hecho se echan las redes a la pesca de alguna oferta o promoción para hacer el intento de llenar la canasta para el deglutir diario.
Con toda franqueza es increíble la creatividad que tienen los marketineros de estas cadenas alimenticias, muchas internacionales, para ofrecer el oro y encajar el plomo a los inofensivos e inocentes consumidores, es decir a la gran mayoría…porque ya no se trata de doña Rosa que va al almacén de compras para ver por la alimentación de su núcleo familiar , el que otrora fuera esposo e hijos, sino que se trata de jóvenes, turistas, jubilados, hombres, alguna que otra pareja, trabajadores públicos, “elite tarjetera”, etc…es decir una diversidad de clientela que se la suele clasificar para las propuestas de promociones, ofertas y en definitiva de enganche. Jé! Uno tira la red y estos te pescan ¡jajajaja!…mejor reír que llorar, cómo decía el temita musical de mediados del siglo XX cambalache.
Es así que se ofertan descuentos a jubilados de un 10% y al empleado público de un 15%… ¿será que este último necesita más que los pobres viejos y pensionados?
Otro temita resulta ser la habilidad para cambiar los precios de los productos para que de esta manera quede nivelado con el descuento, es decir que lo que ayer estaba a ocho pesos y hoy tiene un descuento, pues está a diez…y cosas por el estilo.
No tiene explicación el racionamiento que se hace de ciertos productos, ¿qué digo? Bueno, parece que algunos centros de venta tienen escasez de uno que otro producto, mientras que otros no y así tenemos que el aceite solo se vende dos por cliente en algunos súper, en otros no hay drama; del azúcar ni que hablar, rotan los precios, las marcas, las cantidades de manera totalmente incoherente. A decir verdad el hilo conductor es mantener el precio alto y la psicosis de la escasez para alentar la compra y el acopio por las dudas se ponga más bravo el desabastecimiento.
La verdad que como consumidores normalmente los súper terminan haciéndote sentir bastante estúpido porque te toman el pelo vuelta a vuelta. ¿Súper dije? ¡Súper qué!. No se entiende que cuesta ser franco en la propuesta de ventas. La gente está harta que la engañen y le mientan. Para ser Súper se debe comenzar por ser honesto, transparente y lineal como es la gente sencilla.
Atte. Mar. Gar.
