Las tecnologías han modificado los procesos de enseñanza y aprendizaje y los métodos a través de los cuales educadores y alumnos acceden a la información. Las nuevas tecnologías son grandes aliadas y herramientas indispensables, gracias al uso de las mismas se pudo continuar educando, con sus ventajas y desventajas, durante la cuarentena.
Sin embargo, cuando estas tecnologías no son utilizadas correctamente o se usan en exceso en el ámbito educativo pueden perjudicar los procesos de aprendizaje. Un ejemplo de esto es la existencia de perfiles en instagram y facebook que ofrecen el servicio de realizar tareas a alumnos de nivel primario, secundario y universitario. Entre los ítems que se promocionan se encuentran: realizar tareas y trabajos prácticos, rendir exámenes online y ahora, hasta presenciar clases virtuales en nombre de quien contrate el servicio.
Este tipo de “vivezas” no son nuevas, muchos perfiles existen desde hace más de 3 años. Sin embargo, en los meses de cuarentena, sin clases presenciales, ha habido un notable aumento del número de cuentas que buscan tentar a los alumnos a cambio de un precio.
“Hago tus tareas”, “Tareame”, “Resuelvo tu tarea”, son algunas de las cuentas que se pueden encontrar en las redes sociales. Si uno ingresa, observa que la mayoría de los seguidores son adolescentes, estudiantes de secundaria. Todos a estos perfiles permiten diversas formas de pago y promociones para aquellos que necesiten más de una tarea o trabajo práctico resuelto.
MDZ habló con una profesora de física y matemáticas de nivel secundario quien contó que ni ella ni sus compañeros de trabajo conocían estos perfiles de ayuda a alumnos, pero manifestó “no nos sorprende que esto pase”. «Mirá el nivel de flojera para estudiar al que hemos llegado», expresa alarmada otra docente.
En los colegios privados en los cuales ella trabaja se llevó a cabo un relevamiento para conocer la situación de los alumnos, al corroborar que todos tenían acceso a internet y contaban con los medios para conectarse el equipo educativo decidió controlar la actividad. “Confirmamos que todos podían conectarse y a partir de ahí les exigimos que cuando hacemos las clases por meet (plataforma para reuniones virtuales) si o si el estudiante debe tener la cámara activada”, explicó la profesora y continuó: “Sino puede hacerlo debe presentar un justificativo por escrito a los preceptores, aquellos alumnos que no presentan esto son expulsados de la clase”.
Además de los perfiles en redes sociales también existen otras herramientas que intentan hacerle la “vida más fácil” al estudiante, según la profesora existen aplicaciones que permiten resolver ejercicios matemáticos, las cuales no son nuevas pero “en estos meses hay un boom de este tipo de apps”. Una de ellas es Photomath, esta permite sacar una foto del ejercicio y obtener los resultados del mismo.
Esta problemática se repite en los diversos niveles educativos y en todo el país, pese a eso no hay manual para docentes sobre cómo actuar en estos casos. No hay una directiva desde la Dirección General de Escuelas o desde los colegios sobre qué deben hacer los profesores en caso de detectar que un alumno ha recurrido a estos medios para resolver actividades escolares.
Cada docente toma sus decisiones cuando se encuentra con una situación como esta, la profesora contó su experiencia y dijo: “cuando detecto una situación así hablo con ambos alumnos para conocer cuál de los dos fue el que realizó el trabajo primero. Luego les envío otro trabajo diferente al que realizaron para que recuperen o los cito a ambos por la plataforma meet y les tomo el examen oral”.