En vacaciones todos quieren lucir un bonito bronceado. Que no es sino un proceso de defensa natural protagonizado por la melanina. Es verdad que el sol tiene un efecto benéfico para el ser humano, pero también es el principal enemigo de la piel
Exposiciones poco frecuentes de corta duración si la intensidad lumínica es muy alta y exposiciones prolongadas con intensidad lumínica muy baja ayudan a la piel a regular la secreción sebácea y a sintetizar la vitamina D, fortalecen los huesos y combaten la osteoporosis.
Además el sol aporta calor y bienestar físico y mental, levanta el humor, estimula la glándula pineal y combate el trastorno emotivo invernal asociado al aburrimiento y la depresión.
Pero si se toma en exceso y sin la protección adecuada produce el deterioro de la piel, el envejecimiento precoz, el debilitamiento del sistema inmunológico y hasta la predisposición a desarrollar algunos cánceres de piel. Las dosis altas ponen en marcha la producción incontrolada de radicales libres, resecan la piel haciendo que sea menos elástica y empeoran su aspecto estético.
Claro que -además del sol- la piel también tiene otros enemigos: el humo, el tabaco, las drogas, el alcohol, el uso excesivo de jabones… Una dieta bien balanceada, en cambio, es beneficiosa.
En los días de verano la acumulación de rayos ultravioletas deteriora la piel. No hay que exponerse al sol entre las 10 y las 16. No debemos pensar que una “crema” puede protegernos totalmente del sol. El mejor antídoto para evitar todos los problemas que el sol pone en marcha, es tomarlo de manera gradual, moderada y con la protección adecuada. De momento, ésta es la única garantía para evitar las manchas, el eritema y el fotoenvejecimiento.
El sol emite radiaciones ultravioletas, o rayos UV, que son los responsables de nuestro bronceado, pero también son los responsables de quemaduras y a veces de ampollas. Las quemaduras solares se previenen iniciando la exposición paulatinamente, sin abusar de los bronceadores. Aquellas personas especialmente predispuestas deben usar cremas con alto índice de protección. Cuando se han producido las quemaduras, las ampollas no se deberán romper nunca. Las compresas de agua fresca o con un poco de vinagre alivian el trastorno de forma notable. En los casos leves, las pomadas con antihistamínicos pueden disminuir los picores nocturnos de las personas que padezcan las quemaduras.
Los especialistas aconsejan usar adecuadamente los protectores solares, ya que reducen hasta un 80% los problemas epidérmicos.
Aplicarlos 30 minutos antes en cantidades no inferiores a 2 gramos por centímetro cuadrado. Usarlo cada dos horas y después de haber transpirado o de haber estado en el agua más de 40 minutos. Las cremas hidratantes resultan muy útiles para combatir la sequedad de la piel que producen el sol, los baños o el viento.
Los protectores solares funcionan siempre que no se abuse de las horas de exposición y se utilicen correctamente. Si se desea conseguir una piel bronceada sin correr ningún riesgo, lo mejor es utilizar el spray bronceador o la crema de autobronceado. Para mantener el color bastará con repetir las aplicaciones cada dos o tres días.
El grado de bronceado también es importante. Una piel ya tostada corre menos riesgo: el moreno es la mejor protección. Los primeros días es mejor exponerse menos tiempo y con más protección. La piel tarda unas 72 horas en acostumbrarse al sol.
Cuidar al bebé y a los niños
Los bebés menores de 6 meses deben ser resguardados de toda exposición a los rayos UV. Evita exponerlo al sol en el horario de riesgo. Nunca debe estar bajo el sol entre las 10 y las 16 hs, cuando los rayos caen más perpendicularmente a la superficie terrestre. Hay que vestirlo con ropa liviana de colores claros y gorrito o sombrerito. Es recomendable para los más chicos el uso de anteojos de sol con protección UV. Cuando crezca y pueda participar en actividades fuera de la casa cubrí su piel con cremas protectoras solares con filtros de factor de protección de más de 30. Tras la exposición solar colocale al niño crema hidratante infantil. Con los chicos hay que extremar los cuidados. Tienen la piel más vulnerable y delgada y poseen menos melanina, que es un protector natural.
Maravilla de la naturaleza
La piel es el mayor órgano del cuerpo humano. Ocupa aproximadamente dos metros cuadrados y su espesor varía entre los 0,5 mm en los párpados a los 4 mm en el talón. Su peso aproximado es de 5 kilogramos. Actúa como barrera protectora que aísla al organismo del medio que le rodea, protegiéndole y contribuyendo a mantener íntegras sus estructuras, al tiempo que actúa como sistema de comunicación con el entorno. Consta de tres estratos principales que, de superficie a profundidad, son: la epidermis, la dermis y la hipodermis. De la piel dependen los pelos, las uñas, las glándulas sebáceas y las sudoríparas.
A cada cual su protección
Con respecto a los Factores de Protección Solar es importante localizar cuál es el fototipo de cada uno en función de sus características físicas para escoger el factor de protección adecuado.
Los especialistas, informa el sitio Mundogar, distinguen seis diferentes:
Fototipo I. Ultraprotección. Personas de piel sensible que se queman siempre y nunca se broncean. Suelen tener ojos claros, al igual que el pelo. Pueden tener pecas y piel muy blanca. Su factor de protección debe ser de 30 a 60. Vestir gafas y sombrero.
Fototipo II. Máxima. Se queman con facilidad, consiguen un bronceado mínimo. Pueden tener ojos azules o pardos y el pelo rubio o pelirrojo. Factor de 20 bajando de 15 a 10 una vez moreno.
Fototipo III. Extra. Se queman moderadamente, consiguen gradualmente un bronceado ligero. Suelen tener la piel blanca y el pelo y los ojos castaños. Factor de 6 a 15.
Fototipo IV. Moderada. Se quema ocasionalmente pero siempre se broncea. Suelen tener ojos y piel oscuros. Piel blanca o un poco tostada. Factor de 4 a 10.
Fototipo V. Mínima. Se queman raramente. Obtienen un bronceado intenso y duradero. Suelen tener una piel amarronada. Factor de 2 a 4.
Fototipo VI. Ninguna. Nunca se quema. Puede o no oscurecerse. Raza de piel negra.
Fuentes: sitios especializados en internet y enciclopedia virtual Wikipedia