Anoche, el taller Vivencias compuesto por adultos y adultos mayores, dirigido por Hilda Guzmán de Kubiak, presentó la obra “Alegría… y algo más” a las 21, 30 en Casa de la Cultura. El público disfrutó de cuatro obras breves en las que participaron siete actores del grupo que año a año y desde el 2002, ingresan a la escena salteña con cualidades artísticas y ganas de vivir el teatro después de los 50 años. Un mérito.
El público, curiosamente, en su mayoría fueron jóvenes, además de los seguidores de este elenco, aplaudieron a rabiar la obra “Picardía criolla” en la que cuatro actrices protagonizan una extraña situación rural. Señoras mayores actuando de señoras mayores fue lo más entretenido a nivel compositivo; y a nivel argumental, la excusa del alquiler de una yegua sirvió para hacernos entrar en un juego de picardías.
En la primera presentación, con “La alegría de la viuda” , una actriz realizó un unipersonal en el que se luce exhibiendo pasitos de baile y cantando. Su historia es la de una mujer cincuentona y jubilada que tiene su primera salida nocturna a un boliche y vuelve a las 9 de la mañana. Cuenta cómo se deshilachó de tanto moverse en la pista con dos señores que la sacaron a bailar. La anécdota es que pese a la edad y los prejuicios familiares, cuando una mujer decide divertirse, es intensa y joven por dentro. Además, no ha perdido la ilusión de volver a enamorarse y de dejar de ser una carga para la familia. Halla un escape en la diversión.
“¿Una foto?” de Eduardo Rovner, está escenificada por una pareja de abuelos que cuidan al nene. El abuelo, César Saavedra, intenta sacarle una foto al bebé que está en el coche. Su esposa y él se desviven por encontrar la mejor sonrisa. Finalmente deciden dibujársela con un lápiz labial y ante la falta de respuesta del nene, el final abrupto plantea la posibilidad de creeer que unos “tiernos viejecitos” pueden ser muy perversos.
La obra está trabajada desde lo gestual y desde marcaciones que limitan los movimientos del abuelo para subir la silla. A nivel fantástico, la obra tiene pequeños gajs finos que condimentan la monótona búsqueda de “la mejor imagen”.
“La Adolfina” , al cierre de la presentación de Vivencias, nos sacó de las butacas en carcajadas desopilantes. Se trata de una versión libre de Hilda Guzmán basada en las poesías “Más anti” y “La Lindaura” de Julio Díaz Villalba. El unipersonal, estuvo protagonizado por un personaje femenino vestido como colla. La actriz que encarnó a Adolfina es Alcira Blasco, la mayor del elenco con 89 años. En todos sus parlamentos, trataba de justificar su soltería poniendo de malos ejemplos a la mujer de su hermano: La Lindaura, que ahora es una suerte de mezcla entre colla y cheta; además, narra cómo ve a las mujeres de los ranchos vecinos.
Su inocencia llega al extremo cuando expresa que no sabe por qué le dicen que tuvo muchas navidades y ninguna noche buena o cuando se burlan de ella diciéndole que nunca le vio al cara a Dios, si ella es tan cristiana. Un acierto interpretativo y argumental.
El taller Vivencias depende de la secretaria de extensión universitaria de la UNSa. y desarrolla sus actividades en el centro cultural Hólver Martinez Borelli en Alvarado 551.
La propuesta tiene como objetivo, utilizar el teatro como herramienta para una labor de promoción sociocultural, mejorando la calidad de vida de los mayores y desarrollando además la creatividad, espontaneidad e imaginación. La actividad tiene como cometido vivenciar diferentes roles, desarrollar y potenciar valores, la implementación de un lenguaje artístico de comunicación y la integración de pares.
Una buena selección de actores y de textos, se vio anoche. Les damos un aplauso respetuoso a los artistas del taller Vivencias que creen en sus capacidades artísticas y cumplen sus sueños a través del teatro. Año a año renuevan sus fuerzas y nos entregan sus pasiones en los escenarios.
– Foto: Hilda Guzmán