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viernes, abril 19, 2024

“YPF era la vaca lechera de Repsol”

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Pierre Salama descalificó a quienes hablan de populismo “cuando no se hace lo que piden los mercados financieros.” Y dijo que, para combatir la desigualdad, la Argentina debe llevar a cabo una “revolución fiscal”.

Reconocido latinoamericanista y estudioso en profundidad de los procesos socioeconómicos en la Argentina, elogió la recuperación de YPF y consideró que debió haberse hecho antes porque la firma española sacó el máximo de beneficios con la menor inversión.

Muy tempranamente, ya en 1967, antes de doctorarse en la mítica universidad parisina de La Soborna, Pierre Salama emprendió en un trabajo académico el estudio del “modelo de desarrollo de substitución de importaciones en Argentina”.

Desde entonces, y a pesar de la distancia geográfica –reside en Francia, donde es Profesor Emérito de la Universidad Paris 13– Salama dedicó su extensa carrera académica a seguir de cerca los procesos sociales y económicos de Latinoamérica en general, y de Brasil, la Argentina y México en particular.

En diálogo con Tiempo Argentino, habló sobre la recuperación de YPF, los desafíos que debe encarar el gobierno y hasta del resurgimiento de la extrema derecha en Francia.

– A pesar de contar con un enorme consenso social y político, la nacionalización de YPF hizo resurgir con fuerza la visión que identifica a algunos gobiernos de la región como “populistas”. ¿Cómo lo explica usted?

– La de populismo es una expresión típica de la derecha. Si ustedes aumentan los salarios, ustedes son populistas, si nacionalizan, ustedes son populistas, si no están del lado de los mercados financieros, son populistas. Forma parte de una vieja política que hoy en día no tiene más sentido. La gran pregunta es saber cuál será el nivel de compensación que deberá pagar Argentina. España está demasiado metida en Argentina y Latinoamérica en general para que tenga una posición tan dura. Ahora están haciendo subir la apuesta hablando de populismo, pero hoy en día lo que creo es que es una cuestión de relación de fuerza para negociar las indemnizaciones.

– ¿Cómo vio el proceso de expropiación de Repsol?

– Desde mi punto de vista es un acto muy fuerte. Cristina Fernández está tratando de recuperar el manejo de los recursos naturales que explotan empresas multinacionales. El balance es compartido. Repsol se sirvió de la Argentina como una “vaca lechera” para sacar el máximo de beneficios invirtiendo el mínimo posible. Eso es condenable porque el petróleo es un recurso estratégico que en países como México –desde la presidencia de Lázaro Cárdenas o Brasil, con Petrobras, se encuentra nacionalizado. Y creo que Argentina también lo debía hacer. Lo que me sorprende no es la nacionalización, sino que no se haya hecho antes. Lo que yo espero es que Cristina haga lo mismo que Dilma Rousseff en Petrobras, es decir, que no ponga amigos en YPF. Que no use la nacionalización para poner amigos. El clientelismo es una tendencia bastante fuerte en Argentina, poner gente conocida.

– A pesar del alto crecimiento sostenido de los últimos años, las desigualdades sociales al interior del país descienden pero muy lentamente. De hecho, Latinoamérica sigue siendo la región más desigual del planeta. ¿Cuál es el principal camino para superar esta problemática social?

– La desigualdad social bajó un poco, no mucho, pero bajó. La primera cuestión hoy, no sólo para Argentina, sino también para los países más grandes como Brasil y México, es una reforma fiscal. Pero no se hace. Todos los estudios hechos por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) muestran que se trata de sistemas impositivos sumamente regresivos. Es decir, después de pagar los impuestos –directos o indirectos– las desigualdades son aun mayores que antes de hacerlo. Por ejemplo, si tomamos el caso de Europa, las desigualdades son mucho menos importantes después de pagar impuestos que en América Latina, salvo para el 1 o 2% de la población más rica. Lo que falta en Argentina es una profunda reforma fiscal que haga, por ejemplo, que los impuestos indirectos sean menos importantes que los directos. Hay una revolución fiscal para hacer en Argentina.

– ¿Cuál es el principal origen de la inflación en la Argentina? ¿Es un problema monetario?

– No, no se trata de un problema monetario, no creo en eso. El problema viene de que Argentina sufrió un proceso de desindustrialización muy fuerte, especialmente en la década del noventa durante la gestión de Carlos Menem hasta que explotó la Convertibilidad. Entonces, se encontró hacia el fin de la Convertibilidad en una situación bastante favorable en relación a las exportaciones de materias primas y también porque su aparato industrial no estaba del todo obsoleto. Protegió su industria nacional y exportó el resto, sobre todo a Brasil. Ahora bien, hay una tensión muy fuerte a nivel industrial. Y, en consecuencia, esto repercute directamente en los precios. La inflación no viene de la demanda sino del lado de la oferta, de la incapacidad para ofrecer suficiente y vender a la tasa de cambio que tiene con los mercados internacionales. Puedo ir más lejos. Para mí en Argentina faltó una banca pública, que está pero no existe realmente. Y faltaron proyectos industriales durante la época de Néstor Kirchner. Las infraestructuras están en un nivel lamentable. Faltaron grandes proyectos industriales, lo que hizo que la inflación se siga desarrollando.

– ¿Por qué le cuesta tanto a la Eurozona salir de la crisis? ¿Peligra el euro?

– Estuvimos muy cerca con Grecia de la desaparición, también con España e Italia. Cuando uno es chico es fácil morir, cuando uno es más grande la cosa es más difícil. Con esto quiero decir, si el sistema de la zona euro explota es todo el sistema financiero internacional que estalla. Miren la estrategia de Néstor Kirchner: impuso un determinado tratamiento de la deuda externa; intercambió bonos por títulos que apenas valían la mitad. Y por eso es que fue marginado de los mercados financieros. Eso fue uno de los secretos del crecimiento que tuvo Argentina. Y en mi opinión, tuvo totalmente razón de hacerlo. En cambio, en Grecia recibieron planes de austeridad cada vez más fuertes. Hay muchos intereses de todos lados, muchas reticencias en los bancos, que prefieren jugar la carta de la peor situación. Creo que estamos frente a un gran cambio del funcionamiento en Europa. Hay que mirar la propuesta de François Hollande, de que los países puedan pedir plata al 1% cuando España pide créditos al 6 por ciento. Es una idea que puede avanzar hoy.

De economistas y prostitutas

– ¿Hay alguna responsabilidad de la ciencia económica predominante en la actual crisis financiera?

– La responsabilidad es de los que tienen más fuerza. Los economistas son como las prostitutas, es decir, dicen lo que quieren escuchar sus dueños. Lamento decirlo de un modo tan brutal, pero desde un punto de vista social muchos de los economistas son impostores. Nos aprovechamos del desconocimiento de los ciudadanos para aparecer como una “ciencia” económica que dice que hay una única solución para distintos tipos de problemas.

En lo que a mí concierne, me escandaliza que muchos de mis colegas economistas se presenten como profesores cuando en realidad son representantes de entidades bancarias. No son los economistas quienes deciden, son sirvientes o prostitutas que sirven a los intereses de otros, como bancos, gobiernos o instituciones financieras diversas. Suena brutal, lo sé, pero ya es tiempo de decir la verdad sobre este tema.

Extrema derecha en Francia y Europa

“La extrema derecha ya está presente en Francia, no es algo que resurja o reaparezca con las actuales elecciones”, aseguró Salama al referirse al reciente proceso electoral en Francia, donde François Hollande superó en el ballottage a Nicolas Sarkozy. No obstante, el Frente Nacional que dirige Marine Le Pen –hija del histórico referente de la derecha nacionalista– obtuvo cerca del 18% de los votos. “La extrema derecha está muy fuerte, con porcentajes altos, no sólo en Francia sino también en el norte de Europa, en Italia, si bien todavía no lo suficiente como para tomar el poder. El tema del nacionalismo estuvo muy presente en la campaña, basta ver cómo Sarkozy utilizaba el término ‘frontera’ todo el tiempo en su discurso para darle el gusto a la extrema derecha de Francia”, concluyó Salama.

– Tiempo Argentino – 13-05-12

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