Doctor en Historia, Adrián López, profesor de la Universidad Nacional de Salta, batalla hace años por la resolución de acusaciones contra su persona por pensar «diferente». Un largo peregrinar de un profesional que lucha por su dignidad.
Hoy en día, para obtener justicia hay que ponerse al tanto de las leyes y hacerlas funcionar por cuenta propia, hasta esperar el dictamen que favorezca o no a la persona dañada. Si el obrero o el maestro quiere un sueldo digno, debe salir a la calle y recurrir al paro para obtener mínimos acuerdos salariales, por ejemplo. Cada uno, debe ser su propio guerrero y muchas veces termina por quedar navegando en discursos monológicos cuando en verdad, un problema parece ser común a muchos, salvo que unos pocos, se animan a seguir hasta las últimas consecuencias. Cuando comprendamos que la justicia es social seremos capaces de mirar al otro con una vara similar a la propia.
Enfrentarse a las Instituciones por razones nobles en defensa propia, parece tener un costado «subversivo» o peligroso y muchas veces la persona termina renunciando y se convierte en un solitario errante, sumido en su propia lucha.
Salta 21 tiene pocos meses de vida, y entiende que la batalla se da contra la injusticia, luchar desde abajo contra la ceguera del poder es nuestro objetivo. Nuestra página, aún en construcción, no se vale de seudónimos: todos los que colaboran en el sitio son personas reales, con entidad propia, quienes firman cada nota y se «atreven» a denunciar, criticar, opinar, comunicar e informar.
Alguien sabio me enseñó que ser «diferente» es lo que sostiene al ser humano, pues precisamente Hitler quiso anular las diferencias. Desde este punto de vista, lo diferente nos hace bien y nos construye a cada paso.
El caso Adrián López, puede significar alguna molestia si se tiene dentro algún gen de «Adolfito».
Escribe Adrián López:
Muchos de los que integran las «cofradías» que en la universidad, tienen capacidad para «digitar» los concursos, afectando su transparencia y su naturaleza de «concurso abierto», expresaron por «radio pasillo», que si esa era la imagen que poseía de la institución y si desde hace tanto tiempo, estoy en un conflicto permanente con ella, «no entendían» por qué no me iba y punto. La primera respuesta obvia, es que no tengo por qué irme. La segunda, es que con ese «razonamiento», por ser un militante marxista y comunista que anhela una sociedad sin clases y sin violencias, y a causa de vivir en un sistema capitalista, tendría que irme solito al monte o exiliarme en… Marte, por ejemplo.
Ahora bien, precisamente porque ser un militante de izquierda, no supone necesariamente «romper» de esa manera con el sistema que existe hoy en la mayor parte del planeta, así también efectuar críticas, si se quiere, ácidas,»contra» la universidad, no conlleva a tener que emigrar hacia otro lado. Pero en lo que se ventila, lo curioso no es sólo el deseo que allí se «esconde» (que me vaya de una buena vez…), ni que no se pueda realizar una crítica a la administración, dado que se la «denigra», sino que como los «bocones» parecen «no pertenecer» a la universidad, pues «deben» irse.
Esto es, lo llamativo radica en que el sentimiento de identificación que estructura a los miembros de «endogrupos», es tan fuerte, que para ellos es impensable e inaceptable que se desmantele la institución, puesto que entonces, se ataca a sus propias personas. Están tan alienados con la universidad, que es ella la que los sostiene en tanto que sujetos; se hallan entonces, sujetados por la institución.
Pues esgrimo yo el derecho, de no tener que construir mi subjetividad por los imperativos de un Padre Simbólico, cuyo nombre es «UNSa.», lo que es un gesto de rara «normalidad», ante la locura de aquellos que se cobijan en el regazo de semejante Amo y que, siendo autoritarios y mediocres, vienen a hablar de mi propia «mediocridad».
Por supuesto, lo anticipado se enmarca en el tema que «nos convoca»: el del hostigamiento concretado por verdaderas «hordas», contra el que no se ajusta a la pulsión de Identidad que enreda a los miembros de las «camarillas». Va entonces, un documento acerca del «acoso laboral».
Un problema con nombre propio: mobbing,
que enferma a 1 de cada 6 personas en el mundo
Por Andrea Gentil
(www.saludyciencias.com.ar) Más allá de la investigación puntual llevada a cabo por investigadores británicos en Londres (Ver nota Sentirse maltratado en el trabajo aumenta el riesgo de tener un ataque cardíaco), la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que una de cada seis personas se enferma debido a sufrir maltrato en su trabajo. En términos técnicos, ese abuso psicológico se denomina mobbing.
¿A qué se le puede denominar de esa forma? A una centena de situaciones; por mecionar sólo las más comunes: presión y mal diálogo repetitivo de un jefe, abuso de autoridad e indiferencia por parte del mismo, mal clima por parte de los colegas de la misma jerarquía, persecución para quedarse con el puesto que una persona tiene o para lograr ese ascenso que le correspondería, gestos y palabras por parte de las jerarquías superiores que hacen a alguien sentirse un verdadero inútil (sobre todo, cuando no lo es).
Todo esto y mucho, mucho más, es considerado como maltrato laboral, sin mencionar los aumentos negados de salarios, o las promociones denegadas más de lo normal o de lo que corresponde, los expedientes inventados sobre supuesto incumplimiento o mala conducta.
Bautizado, y pisando fuerte
Ya en la década del ´80 el psicólogo Heinz Lehimann describía al mobbing como la violencia sufrida en el trabajo por lo menos una vez por semana, durante seis meses o más. Algo así como una gota que va y va a la fuente, horadándola, hasta tener el poder llegar a romper el cántaro.
«El mobbing puede abarcar desde agresiones manifiestas ya sea verbales (que buscan desacreditar a la persona, burlándose de ella, de su pelo, de su religión, de su vestimenta, ridiculizándola, descalificándola), o inclusive más sutiles, como no hablarle, no darle trabajo, dirigirle la palabra mientras s se mira a otra. De modo que puede tomar la forma de violencias groseras hasta crueldades muy refinadas.»
«La violencia en el trabajo es una epidemia. Desde la salud pública se dice que va a causar más enfermedades y muertes que las patologías infecciosas», asegura la psiquiatra Elsa Wolfberg, presidente honoraria del Capítulo de Psiquiatría Preventiva de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).
«Los síntomas corporales que puede sufrir el maltratado laboral pueden ser muy amplios. Puede sufrir desde trastornos digestivos, que se inician con diarrea, después se transforman en colon irritable y terminan en una colitis ulcerosa. O puede tratarse de una inflamación gástrica que culmine en una úlcera y hasta en una perforación del órgano. Además, hay aumento de la presión arterial, y si esto persiste puede derivar en un infarto o en un accidente cerebrovascular.»
A esto se le suman una variedad de cuadros: depresión reactiva, problemas con el sueño, mareos, pérdida de la concentración, irritación, propensión a los accidentes, Síndrome de Fatiga Crónica, ansiedad, angustia, ataques de pánico.
Incidencia
Es difícil hallar datos de cuánto incide esto en América Latina, pero al menos en Inglaterra, un 53% de los trabajadores padece un acoso psicológico real. En Alemania, más de 800.000 empleados de todo nivel son víctimas de mobbing y en España cerca de 22% de los funcionarios públicos sufre violencia laboral. En Finlandia, el 40% de los empleados municipales sufrieron coacciones.
Otro dato: la Organización Internacional del Trabajo (OIT), señala que en un país tan desarrollado social como económicamente como puede ser Suecia, el maltrato laboral origina nada menos que el 15% de los suicidios.
En la Argentina, el mobbing no está en la lista de las 189 enfermedades profesionales y sólo tres provincias Tucumán, Buenos Aires y Jujuy además de la ciudad de Buenos Aires sancionaron entre 2002 y 2004 leyes que contemplan el maltrato, pero sólo se aplican en el ámbito de la administración pública.
– Lectura de la Historia de Adrián López en
– http://blogadrianlopez.blogspot.com
Comentario
Pensar diferente
Existen personas rescatables como el DR. Adrián López en la universidad, quisiera recordar que es el primer salteño graduado en historia con el título de doctor, y demás está decir que lo respalda una solvencia intelectual que estudiantes y colegas le reconocen.
Lamentablemente cometió la estupidez en el buen sentido de la palabra, de pensar diferente a los grupos facciosos y reaccionarios enquistados en nuestra casa de altos estudios, totalitarios y muchos de los mismos devenidos en progresistas cuando es vox populi que fueron orgánicos durante la etapa más oscura y sangrienta de nuestro país. Estos inescrupulosos al igual que una señora gorda de barrio norte se escandalizan ante el rótulo de marxista (no es para menos recordemos que muchos fueron abiertamente amantes de las botas) sin tener un mínimo de tolerancia por aquellos que tienen una visión distinta de como funciona el mundo .
Puede alguien no querer la revolución ni compartir muchas cosas con el doctor López pero es en el marco del respeto y del diálogo que supimos valorar la amistad con el mismo a tal punto que él es marxista y yo radical.
– Tadeo Nicoleno
Estudiante, fue en 2007, Consejero del Consejo Superior por la agrupación Franja Morada.
Adrián López denuncia «acoso laboral» o mobbing en la UNSa
_Estimado profesor, soy docente de la Universidad Nacional de Santiago del Estero y quiero comentarle que en esta casa de altos estudios ocurren las mismas situaciones, personalmente he sido sacada de todo tipo de tribunales, de materias que pertenecia, tengo 23 años de antiguedad y me siento tan miserable porque por pensar diferente politicamente en las elecciones llevadas a cabo durante el año 2009 he pasado a pasar a formar parte del grupo de profesores mediocres, no pensantes, y que estorbamos. Por eso quiero adherirme a su situacion y exponer que en muchas universidades ocurren estas situaciones y que no son denunciadas.
Adrián López denuncia «acoso laboral» o mobbing en la UNSa
Estimado profesor, a pesar de ser abogada con 25 años de antiguedad en la Universidad Nacional de Santiago del Estero, estoy sufriendo acoso, solo ami me controlan el horario de llegada pero no me permiten firmar planilla, tengo una coordinadora delincuente, que se dedica exclusivamente a difamar, y es la unica campana que escuchan la rectora y el vicerrector que es quien ejecuta la persecucion, con distintas acciones que se traducen en amenazas improperios. Quisiera contactar con Usted para explicar el caso.
Adrián López denuncia «acoso laboral» o mobbing en la UNSa
Hola, soy alumna de la Facultad de Economicas de la UNSa y estoy haciendo mi tesis respecto a este tema. Por ello me gustaria contactarme con vos.
Espero tu respuesta muchas gracias.
Laura Gallegos
lauraiguale@yahoo.com.ar
156848739
Adrián López denuncia «acoso laboral» o mobbing en la UNSa
buenas noches, estoy intersado en reunir todo tipo de antecedentes y jurisprudencia sobre el tema soy empleado del servicio penitenciario que se encuentra a disponibilidad en espera de funciones por mas de 3 años, sin que existiere causal para ello, me interesa donde radicar la denuncia y si me puede recomendar un abogado honesto, que entienda el tema. gracias
Adrián López denuncia «acoso laboral» o mobbing en la UNSa
Existen personas rescatables como el DR. Adrian Lopez en la universidad, quisiera recordar que es el primer salteño graduado en historia con el titulo de doctor, y demas esta decir que lo respalda una solvencia intelectual que estudiantes y colegas le reconocen.
lamentablemente cometio la estupidez en el buen sentido de la palabra, de pensar diferente a los grupos facciosos y reaccionarios enquistados en nuestra casa de altos estudios, totalitarios y muchos de los mismos devenidos en progresistas cuando es vox populi que fueron organicos durante la etapa mas oscura y sangrienta de nuestro pais.estos inescrupulosos al igual que una señora gorda de barrio norte se escandalizan ante el rotulo de marxista( no es para menos recordemos que muchos fueron abiertamente amantes de las botas) sin tener un minimo de tolerancia por aquellos que tienen una vision distinta de como funciona el mundo .
Puede alguien no querer la revolucion ni compartir muchas cosas con el doctor Lopez pero es en el marco del respeto y del dialogo que supimos valorar la amistad con el mismo tal punto que el es marxista y yo radical