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domingo, noviembre 24, 2024

«Mi pésame al teatro salteño…»

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«Kilomberos» es la palabra que emplean en la Casa de la Cultura cuando un teatrista protesta. Todo queda entre familiares y entre familiares no se puede pasar factura. Vaya mi pésame al teatro salteño por el espacio perdido por lo que creo, no es culpa de los artistas sino de quienes intentan manipularlos.

Mas allá de lo frontales de muchas de tus consideraciones, ( en respuesta a Romina Chávez Díaz) estoy de acuerdo con ellas en su gran mayoría.

Además la frontalidad no es algo que para mi sea un defecto, al contrario sensu de la opinión salteña mayoritaria. Creo que lo que ocurrió este año en la Fiesta puede leerse como el resultado del típico hartazgo. Que no te hace falta ser demasiado inteligente para darte cuenta que viene ocurriendo desde hace años.

Los teatristas salteños estamos hartas de todo. Algunos hasta de hacer teatro.

Aunque vistamos un sin número de disfraces (ello en el escenario porque en la realidad nos cuesta demasiado disfrazar nuestros sentimientos, nuestros impulsos, o esconder nuestra personalidad) los actores… (insisto: los verdaderos, no los truchos) nunca podrán negar su espíritu sensibilero, altruista y desinteresado, pero que en la triste realidad del mundo actual por lo general se la pasa haciendo corto circuito con el hambre, la educación de tus hijos, el transporte, las deudas que no se cubren con lo que cobrás por función, si tenés suerte de cobrar algo… Porque somos artistas pero también somos humanos, también necesitamos comer, vestirnos, educarnos, tener buena salud, etc. Y empezamos a vestirnos de etéteras.

Porque a la hora de mostrar en la Fiesta nuestros productos (es decir nuestras obras) hay muchos etc. inconclusos. Y estamos hartas de esos etc.

La gente no va al teatro nunca y cuando lo hace, espera la fiesta del teatro para pagar $2=, así se libran de pagar los $5, $8, $10, $15, que se cobran en las funciones comunes y de ese modo pueden ahorrar para pagar los $30, $50 o $100, que cobran los productores porteños para mostrar las partes púdicas de las famosas al descubierto, haciéndoles creer a los salteños que teatro es un seno o una nalga con brillo y lentejuela. Y la Fiesta termina siendo una verdadera competencia desleal para nosotros mismos.

Sin embargo conversando con los organizadores sobre este tema, muchos coinicidieron en decir que «no les podemos privar a la gente la oportunidad de ver teatro en la fiesta por $2, porque la mayoría son chicos que no tienen dinero para ver teatro y por eso sólo vienen cuando es la fiesta» – argumento poco convincente para mi, que después de tantos años en esto, he visto señoras encandilando con sus joyas y señores de traje hacer cola por una entrada en la Fiesta- pero que no aparecen en los estrenos comunes, y sé perfectamente que durante todo el año ofrecemos funciones a las escuelas por $2 o menos y nunca las quieren comprar o las compran a medias porque «los chicos no están interesados».

Poco convincente además cuando pienso que no es mi profesión, ni mi obligación, como tampoco es justo que se nos obligue a adherirnos a una caridad impuesta, para poder estar en la fiesta, más teniendo en cuenta que cuando pongo mis obras nadie, ni la sala, ni el autor (que es otro artista) ni el estado, me tienen compasión y me cobran todos sus aditamentos sin ningún miramiento, valga para armonizar la rima involuntariamente obtenida.

Otro aspecto es el sin número de requisitos y, con el perdón de la grosería: estupideces que nos obligan a presentar encarpetadas y anilladas como inscripción; soporte magnético y filmación de la obra, que ahora como estamos todos modernizados ya no bastará con un video, habrá que llevar un dvd, o cd, o vcd, o cosa por el estilo, que dicho sea de paso en eso no más ya se pierde mucho dinero (cuatro carpetas anilladas con todo el material fotocopiado, cuatro fotos originales en cada carpeta, más el diskett y el video, perdón: cd, dvd, vcd. Al rededor de $50 por carpeta más otros $50 por la filmación y capáz que me quedo corta, no sé, hace dos años que no participo de esta … Fiesta)

Y el jurado ni mira esa carpeta, y si la mira, de nada sirve a la hora de juzgar, pues puede ser muy bonita la carpeta pero pertenecer a un espectáculo que no sea el más calificado para representarnos. No digo que no sea necesario un registro de los espectáculos, pero que gaste el I.N.T. que para eso lo organiza y dispone de dinero destinado esclusivamente a esta fiesta, o la Secretaría de Cultura ya que cuenta con un presupuesto por lo que se ve bastante generoso, porque si pueden pagar un balet o una orquesta en los que todos los meses se abona más de $2.000= por bailarina o músico (la mayoría EXTRANJEROS por cierto) bien pueden organizar una fiesta en la que los actores SALTEÑOS no tengan que gastar ni un centavo, total es una vez al año, y no les hablamos de pagarles a los actores, sino de no dejar que gasten.

Despues de todo a los pobres actores les devuelven un chiste a la hora de la repartija, por actuar, representar a la provincia en la fiesta regional en algunos casos, y PROTAGONIZAR una fiesta en la que los más beneficiados son los políticos organizadores (ya ni artistas se les puede llamar) que la usan de rédito a sus gestiones.

Me dirán «¿No era que los actores son desinteresados?». Bueno, desinteresados no significa idiotas. Porque hay que ser idiota para dejarse usar de ese modo y encima pagar para que se lo use a uno impunemente.

Por otro lado, por ser desinteresados ¿tenemos que dejar de comer?, ¿dejar de pagar nuestras deudas? y encima soportar a los que se despachan diciéndonos qué no crecemos porque hacemos espectáculos pobres?, y cuando nos quejamos o subimos un poco el precio de las entradas nos retrucan que el verdadero artista tiene que ser pobre? ¿Me están cargando?

Sólo con estos dos puntos analizados, ya hasta pareceríamos tontos si encima seguimos participando. Y no me vengan con la respuesta archi repretida de: «¡Por lo menos sirve para promover el teatro!».

Sí claro, yo nací ayer para creérmela. Si ni siquiera un artículo como la gente se vio en el diario este fin de semana, apenas informaciones tan comunes como cualquier otra de cualquier obra en cualquier época del año. ¡Y eso que al diario lo dirige el hermano de la Directora de Cultura! Deberían pedirle a los productores de «Monjas con Humor» que les den una clase, ellos sí que supieron pomover y publicitar su obra. No les hubiera costado nada esa clase, si el mismo protagonista de esa obra es el delegado del I.N.T. y el administrador de la Casa de la Cultura, el productor. Todo iba a quedar en familia y entre familiares no se pueden pasar facturas.

Eso creo.

Lo malo es que esto es de todos los años y todos los años los que organizan la fiesta son los mismos. ¡No aprenden che!. ¿O no les conviene aprender? Y no me contesten que los que criticamos no nos ponemos las pilas para organizar la fiesta mejor que ellos, porque la verdad de la milanesa es que cuando queremos que las cosas se hagan bien y tratamos de impedir manipulaciones, nos tachan de revolucionarios, o para usar sus propias palabras: Kilomberos. Ese es el léxico que emplean en la Casa de la Cultura por lo menos. En fin.

Con respecto al tema del Jurado, ya di mi opinión anteriormente por este mismo medio. No es la primera vez que no se está de acuerdo con que fulano o mengano sea jurado.

Sin embargo los que critican no hacen nada, y los criticados no dejan hacer nada para que estas cosas dejen de ocurrir. Ello sin olvidar que siempre habrá inconformistas que lo único que quieren es ganar la Fiesta o no soportan que otros ganen, o están cansados que siempre ganen los mismos. También los hay oportunistas que usan sus políticas de relaciones públicas para intercambiar favores y lograr de ese modo cargos, premios o subsidios.

Eso se llama crisis de valores. Se perdió el rumbo. La fiesta de teatro ya no es una muestra del quehacer teatral salteño. Los valientes artistas que siguen participando y que en definitiva nos representan en la regional, han dejado de ser verdaderamente representantes del teatro salteño, porque de a poco estas mediocridades han traído como consecuencia el éxodo de grandes artistas salteños o la abstención de la mayoría de los grupos de teatro, que cansados de luchar prefieren quedarse en casa y hacer teatro lejos de los manejos competitivos y nefastos, propiciados por los que tienen el poder político y que por no ser artistas (o por haber dejado de serlo) poco pueden valorar y hacer respetar el producto artístico.

No hablemos de crecimiento profesional gracias a la Fiesta, porque mal puede haber un crecimiento en un espacio donde no hay nunca un lugar para el debate y el intercambio de experiencias o conocimientos.

Pocos asisten a los cursos y pocos son los cursos que aportan algo realmente novedoso. Pocos son incluso, los que pueden asistir si se tiene en cuenta que hay cupos, que hay precios, y que estos precios multiplican por veinte el precio de las entradas, y que los deben pagar los actores que no cobran un mango porque «el actor debe ser pobre» y si es gratis en menos que canta un gallo se acabaron los cupos y quedan muchos afuera sin poder aprovecharlos. A más de los horarios incoherentes si se piensa que muchos de los que no somos tan pobres, es porque tenemos otros trabajos en los que debemos cumplir horarios, etc. Y siguen los etc.

Ni siquiera se puede crecer debatiendo con el jurado sobre nuestros trabajos, porque esa idea de «no se discute lo que dice el jurado» terminó por imponerse y ahora ni siquiera devolución hacen.- Por tanto muchas veces no se puede saber ni siquiera cual es el criterio de análisis.- Y va otro etc.

No sé si ésta sea la correcta lectura de lo sucedido en la Fiesta. No tengo la verdad absoluta ni pretendo tenerla, sólo busco respuestas a mis eternas preguntas y no logro reducir los etc. porque ahora debo preguntarme además como artista responsable, después de tanta experiencia ¿Qué número de fiesta era esta? ¿Qué aprendí de esta fiesta?

Soy una actriz que participó alguna vez y ha dejado de hacerlo, no sólo por lo que analicé, sino por muchos otros motivos que para charlarlos habría que estar días enteros y elegir con quién hacerlo, porque también están de moda los chantajes, las vendetas y las represalias, lo que me hace recordar otras épocas de nuestro país en las que por opinar distinto o cuestionar, desaparecías. Cosas, razones, motivos, que desgraciadamente no se pueden charlar porque hoy en el mundo, pululan muchos oídos atrofiados (no sordos) que no quieren escuchar fundamentos (no palabras necias).

Los resultados están a la vista. El tiempo siempre tiene la razón y el tiempo nos está diciendo que lo que alguna vez predije, por la razón que elijas, desgraciadamente se está cumpliendo «Si esto sigue así, los grupos de teatro no sólo dejarán de participar en la Fiesta, como ocurrió con el mío. Desaparecerá la Fiesta«.

Vaya mi pésame al teatro salteño por el espacio perdido por lo que creo, no es culpa de los artistas sino de quienes intentan manipularlos, y mis enormes felicitaciones a los grupos seleccionados para representarnos, merecen todo nuestro apoyo, porque a su manera, luchan por nuestro teatro.

– Nena Córdoba.- Actriz

– Leer el artículo relacionado que dio origen a la nota de Nena Córdoba.

El tratro en la regional con dos obras

www.salta21.com/spip.php?article287

– Nota de redacción: Salta 21 agradece profundamente la opinión de una actriz-profesional del arte escénico- que participó con su voz para erigirse en una proclama en defensa del teatro de Salta.

jpg_Tragedia.jpg

– Nota de redacción: La actriz autora del cometario crítico, participa de la obra «Una tragedia argentina». ¿Presagios?

– Fotos de la obra «Una tragedia argentina»

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