(Bs. As.) El rock sobrevoló el Monumental y rompió el muro. All in all you’re just another brick in the wall. Dedicó el concierto a las Madres de Plaza de Mayo y a Ernesto Sábato, por su notable investigación sobre desaparecidos.
El sábado 17 de marzo por la tarde, la gente colmaba los alrededores del popular Estadio de River Plate en largas caravanas para ingresar por los accesos correspondientes a sus ubicaciones para el show político del año. Waters lo había anunciado. Al ingresar, el clima de paz que se vivía en el Monumental era increíble: tiene que ver sin lugar a dudas, con lo que comunica el ex líder de Pink Floyd.
The Wall atraviesa el espíritu y te parte la cabeza: desde el inicio, 21.30 hs. en que un avión se estrella contra el muro, se abre una magia casi indescriptible. ¿Fuegos artificiales o bombas? Un juego de luces y colores que la mirada captura y que no cesa de desplegar una tensión expectante durante todo el espectáculo. Los hologramas y la música te preparan para dar forma a una crítica contra el capitalismo, la guerra, el poder de los grandes mercados, el monopolio económico, la globalización, el terror y la muerte, la mala educación, el abandono, la violencia en todas sus formas. El show te introduce en una película donde la reflexión es la parte que le toca al espectador. Te abarca por completo en una dimensión extraordinaria de lo artístico: nada escapa a la mente para crear un sentido de la existencia.
Los monstruos se corporizan en gigantescos muñecos y persiguen a sus víctimas… Los aviones de guerra atraviesan la pared. Alguien se va quedando solo en una inmensa oscuridad poblada de miedos. Un 
mundo decadente. Los temas de la I Parte son In the Flesh?, The Thin Ice, Another Brick in the Wall Part 1, The Happiest Days of Our Lives, Another Brick in the Wall Part 2, Mother, Goodbye Blue Sky, Empty Spaces, What Shall We Do Now?, Young Lust, One of My Turns, Don’t Leave Me Now, Another Brick in the Wall Part 3, The Last Few Bricks, Goodbye Cruel World.
Goodbye… es la última palabra que se escucha… La música sigue sonando, ya no desde afuera…
A medida que el show avanza, el muro se va terminando de construir en vivo.
La segunda parte inicia a las 22: 40 hs. después de un intervalo. Los efectos aumentan y la tensión continúa in crescendo. Él está en el muro, solo, atravesado por su propio delirio, casi fuera de sí, expulsado del mundo. Esta imagen es una de las más logradas en la que el efecto es real: un habitáculo pequeño está incrustado en la pared, allí, el cantante ejerce una teatralidad impresionante. Waters se vuelve el personaje de su show conceptual; Roger quedó atrapado en el muro. Arriba o abajo, empequeñecido de tanta absurda violencia.
Escritos sobre el muro: Bring the boys back home: lucha para que estos chicos vuelvan a casa. Todo está bien, sólo sigue consumiendo. Un cerdo negro inflable sobrevuela por nuestras 
cabezas con mensajes escritos: “quien muere de hambre muere asesinado” o “¿Deberás confiar en el gobierno?”
Hay algún paranoico? Pregunta Waters. Las imágenes de la película The Wall van anunciando el final de un recital inolvidable, absolutamente. El muro estalla, todo se termina.
Los temas de la II Parte son Hey You, Is There Anybody Out There?, Nobody Home, Vera, Bring the Boys Back Home, Comfortably Numb, The Show Must Go On, In the Flesh, Run Like Hell, Waiting for the Worms, Stop, The Trial, Outside the Wall.
Gracias en inglés, suena a las 23. 30 hs. como eco en el Monumental. Para Waters, el único mundo posible es el de la paz, donde se oigan canciones y se salven las vidas de los inocentes.
Cuando las luces se encienden, el público estalla. Pero el silencio posterior es un protagonista del recital más importante del año, que logró convocar a un público de todas las edades durante 9 noches en River con entradas anticipadas y vendidas casi en su totalidad el año pasado: el 7 (en el que hubo 50 mil espectadores), 9, 10, 12, 14, 15, 17, 18 y 20 de marzo. Salta 21 asistió al séptimo concierto.
Creatividad, despliegue escenográfico, teatralidad manifiesta, música de alto nivel con clásicos de The Wall, efectos, ideología y un buen uso de lo simbólico, son las claves de esta propuesta artística que dejará al visitante una suma aproximada de más de tres millones de dólares.
El británico había causado polémica cuando un periodista chileno le preguntó “Las malvinas, ¿Son británicas o argentinas?”. Y Roger Waters respondió: “debieran ser argentinas”. Sus letras, como dijimos en una nota anterior, son antibélicas y en uno de sus discos más importantes (que le costó la ruptura con la banda) critica a la dama de hierro y a Galtieri, entre otros, por desatar la guerra en Malvinas. Recordemos que su padre murió durante la Segunda Guerra Mundial y ese hecho marcó para siempre la vida del músico.
La Wall-manía llegó de esta manera a nuestro país. Mensaje enviado.
Una obra verdaderamente maestra.
– Fotos del show tomadas por Salta 21.
