Cada vez se aprecia con mayor claridad que en el sistema de elecciones periódicas político liberal democrático que impera por estas tierras, son los medios masivos de comunicación los que termina definiendo la voluntad del electorado.
Indague Usted aleatoriamente en la calle o en su círculo de amigos sobre las diferencias programáticas o las propuestas económicas de los diferentes candidatos, y ninguno o muy pocos podrán responderle.
Sí en cambio, podrá comprobar que todos ellos están al tanto de la última denuncia de unos contra otros, de los contratos irregulares firmados, de los casos de enriquecimiento ilícito, hoteles de lujo, casinos, contratos con periodistas deportivos o compra de autos de alta gama.
Y cada uno de los sectores que se presentan estos días con posibilidades de ganar los próximos comicios del 25 de octubre conocen perfectamente y manejan este concepto, y lo explotan con ríos de tinta en los mismos medios masivos que, a no dudarlo, a río revuelto ofician de pescadores gananciosos.
Ninguno de los operativos de prensa montados por el oficialismo o la oposición unificada para denunciar a sus contrarios, lleva adelante esta sospechosa tarea en forma gratuita, ya sea cobrando constante y sonante para ese negocio, o generando futuras facturas a pagar en la próxima gestión.
Y el panorama periodístico se visualiza claramente entre militantes y opositores, respondiendo abiertamente cada uno de ellos a los intereses del sector al que representan.
Tan poderoso resulta en definitiva el loby periodístico con el que se termina influyendo sobre la opinión pública, que imitando otra vez el espectáculo circense norteamericano y por presión de los mismos medios opositores, se ha logrado instalar el famoso debate de presidenciables el próximo 4 de octubre.
En ese escenario perverso se echa mano de cualquier estrategia para mostrar los peores aspectos de los contrincantes, y todo gira sobre la estrategia de llegar a la hora de la veda con la mejor o la peor imagen. Y en ese instante se definirá la elección.
En este camino la oposición aggiornada en lo que se ha denominado recientemente como el círculo rojo (el viejo y glorioso establishment del poder económico) ha instalado en sus medios organizados la palabra fraude.
Y lo ha hecho a partir del recuento electoral de las denominadas PASO (primarias abiertas, simultáneas y obligatorias) del pasado mes de mayo, cuyos resultados marcaron puntualmente que en octubre el oficialismo ganará.
El tibio inicio de esa campaña sucia fue en Salta, por boca del frustrado candidato Juan Carlos ROMERO, pero el sistema de voto electrónico les impidió consolidar el brulote.
Y la misma estrategia se puso en marcha en Tucumán, llegando a lograr que un tribunal de dudosa competencia como la Cámara Contencioso Administrativa de la Provincia, contrariando todo el sistema legal imperante dictara un fallo anulatorio, pasando por sobre la Cámara Electoral que era el tribunal natural de origen por la materia. La familia judicial no es ajena a estos operativos.
En la provincia del Chaco se llevarán adelante las elecciones a gobernador el próximo domingo, y conociendo que el oficialismo lleva quince puntos de ventaja, el plan desestabilizador de esos medios y sus candidatos propios –Mauricio MACRI en particular- ya han presentado cuatro denuncias de fraude, cuatro días antes del inicio del comicio.
El arco opositor ve con desesperación que la imagen de corrección y ética pública que habían logrado instalar con MACRI, se cayó a pedazos con la noticia de los contratos para desvío de fondos con el hoy renunciado NIEMBRO, nunca publicados en el boletín oficial, es decir, ilegales hasta el tuétano.
Afirmar que el frustrado candidato ha dado un paso al costado –elipsis para no mencionar que ha renunciado por trucho- por ser un hombre de bien, solamente evidencia la carencia de argumentos y que no se mide con la misma vara cuando los corruptos son de la tropa propia.
Y en forma directamente proporcional al escándalo por esos ilícitos, se aumentan las letras de molde de los portales para desviar la atención, con la palabra fraude.
La receta es tan vieja como inútil para cambiar el inevitable próximo futuro eleccionario. El oficialismo ganará las próximas elecciones y es de esperar que estos grupos concentrados de la economía y los medios que en un círculo cerrado se sostienen mutuamente, aumenten su plan desestabilizador.
Grupos como CLARIN, Sociedad Rural, Bilderberg, Círculo Rojo y otras, y las encubiertas ONG´s que difunden e instalan sus estrategias bajo la apariencia de docencia, no van a resignar sus apetencias, y la batalla no terminará en octubre.
Elecciones, Circo y Medios
Muy bien Daniel Tort, así se hace! Qué es eso de tomar distancia y opinar desde un espacio neutral; el 25 de Octubre se acerca y hay que ponerse la camiseta ya, mucho más cuando en tu caso estás convencido que el oficialismo ganará las elecciones. Si no nos definimos a tiempo alguien después va a querer pasarnos factura.
Qué se piensan estos tucumanos pitiyanquis -como diría el Comandante Chávez- que salieron a la calle a manifestar en contra de personas honorables como el compañero José Alperovich, que en sus años en la Gobernación jamás tomó un solo peso de las arcas públicas. Hay de dejar la tibieza de lado y plantarse como lo hizo la compañera Beatriz Rojkés, esposa de este benemérito ciudadano, cuando le dijo al tipo que le recriminó por no recibir ayuda en medio de las inundaciones: “No tengo una sino diez mansiones, vago de miércoles”. ¡Qué se pensaba ese negro patas con barro que se atrevía a increpar a esta dama patricia, a esta luchadora hecha de la estirpe de Macacha Guemes!
Tucumanos desagradecidos, hablar mal de don Juan Luis Manzur, un médico prestigioso que en sus años al frente del Ministerio de Salud de la Nación salió con el cuchillo entre los dientes a pelearle a la mortalidad infantil, a la desnutrición de los niños, al mal de Chagas y a las vinchucas, a las letrinas y al agua de los pozos como no lo hizo nadie. Hasta el inolvidable Doctor Ramón Carrillo, si viviera, se hubiera muerto de envidia con un colega de estos kilates.
¿Quién dice que quemaron las urnas, que adulteraron las actas de los comicios, que apretaron a los fiscales de la oposición? La gilada no llega a entender que esas cosas la hacían los gobernadores conservadores de la década del ‘30 y la policía provincial que ellos manejaban a piaché. Esas cosas en un gobierno nacional y popular como el que hoy tenemos no se hacen ni se harán jamás; los muchachos que acompañan al cumpa Alperovich son unos santos más buenos que el agua mineral. Las cajas que vimos quemarse son las que traían los fideos y el arroz que Beatriz repartía entre la gente humilde, y lo que parecían actas con el logo de la Junta Electoral son deformaciones de la pantalla de la tele. Son todo invento de Clarín, de la Sociedad Rural, de Macri que es la encarnación misma de Lucifer. Además, para qué quieren los funcionarios tucumanos el voto electrónico de Urtubey; eso es para que los salteños no puedan hacer trampas, en cambio en Tucumán el sistema electoral es hoy inmaculado.
Tenés razón en repudiar a la Cámara que anuló las elecciones por este supuesto fraude. Estos jueces son unos cuatro de copas que se habrán recibido de abogados en alguna academia de dos años y medio y ahora nos quieren dar clases de derecho. En cambio en la Corte Suprema Provincial los tucumanos tienen a un grupo de jueces honorables y más republicanos que Abraham Lincoln, que justamente por eso el Gobernador los puso en ese lugar, personas tan dignas como él. No me queda duda que esta Corte Suprema prestigiosa resolverá todo dentro de la provincia y pondrá las cosas en su lugar.
Ahora vienen por el compañero Coqui Capitanich; no le perdonan que haya puesto fin a la mortalidad infantil en la provincia, que haya tirado los ranchos y construido casas decentes con agua y cloacas para todos y todas, y solucionado el hambre en el Chaco. Pero no hay que amilanarse, hay que salir a enfrentarlos.
Hay que convencer a la gente que deje de ver los programas anti populares del gordo Lanata y los de TN, que no lea más Clarín, y opte por programas más revolucionarios y honestos como los de Víctor Hugo, 6-7-8, los canales y radios de Cristóbal López, los medios de Szpolski y, por qué no, las columnas de Verbitsky y Forster en Página 12 con su lenguaje tan llano, comprensible y fresco, como para debatirlo con la militancia de las barriadas obreras y las villas.
En el Kirchnerismo hay ciudadanos honestos a toda prueba como Ricardo Jaime, Amado Boudou, Julito De Vido, Máximo Kirchner, Lázaro Báez y Gildo Insfrán, y no ladrones de la calaña de Fernando Niembro. Y tenés razón, nunca se mide con la misma vara cuando los corruptos son de la tropa propia.
Estoy con vos Tort, la batalla contra la oposición no terminará en Octubre. Como exclamaba “La Pasionaria” en el fragor de la Guerra Civil Española: “¡No pasarán!”.