«El hombre más peligroso de Europa», Otto Skorzeny, tal su nombre real, era insoslayable no sólo por la bestialidad inherente a su oficio: guardaespaldas de Adolfo Hitler. También por el terror que inspiraba su cuerpo: 1,93 de altura, 114 kilos: una mole entrenada para matar con ventaja… Y hasta su cicatriz completaba el cuadro: un profundo tajo que nacía en el borde de la barbilla y, como un río de cauce desigual, llegaba hasta su oreja. La orilla izquierda de ese río sangriento…El 25 de julio de 1943 y en una Alemania que empezaba a crujir, recibió su máxima orden: al frente de un pelotón de máquinas de matar similares a él, le ordenaron rescatar a Benito Mussolini. Y lo hizo. En fuga, durante la caída de Hitler, el gigantón se filtró en Buenos Aires y llegó a convertirse, ¡oh casualidad! en amanuense de Perón… y en guardaespaldas de María Eva Duarte. Por supuesto, no faltó el rumor nacido en los sótanos opositores: una relación romántica entre ambos. Pero jamás hubo una prueba. (Infobae)