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domingo, noviembre 24, 2024

La superstición de la democracia

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Paul Joseph GOEBBELS (Ministro para la Ilustración Pública y Propaganda del Tercer Reich entre 1933 y 1945), acuñó el concepto de que él podía convertir un círculo en un cuadrado, si repetía eso la suficiente cantidad de veces.

La información es un conjunto organizado de datos que se difunden para llevar un mensaje sobre determinada cosa o suceso. Es una operación por la cual algo se conoce.

La propaganda en cambio es una forma de comunicación que tiene como objetivo influir en la actitud de una comunidad respecto a alguna causa o posición, presentando solamente un lado o aspecto de un argumento.

La propaganda es usualmente repetida y difundida en una amplia variedad de medios con el fin de obtener el resultado deseado en la actitud de la audiencia.

De esta manera los términos son casi excluyentes, pues frente al suministro de información libre e imparcial, la propaganda, en su sentido más básico, presenta información parcial o sesgada para influir una audiencia.

La propaganda presenta los hechos de manera selectiva, y omite otros de manera deliberada, para forzar una conclusión, y usa mensajes controlados que tienden a generar una respuesta emocional y no racional.

Por ejemplo en los últimos tiempos se puede observar cómo se repite goebellianamente las veinticuatro horas del día que el gobierno venezolano es “la dictadura” de Maduro, y que Leopoldo LOPEZ es un “opositor” encarcelado.

Si esos datos se difundieran como información y no como propaganda, deberían decir el gobierno constitucional de Maduro elegido con el 50,61% de los votos, y en relación al señor LOPEZ debería decir el condenado a 13 años y 9 meses de prisión por instigación pública, daños a la propiedad, incendio intencional y asociación para delinquir.

De conversaciones habituales que quien escribe mantiene con diversos grupos de ciudadanos de distintos ámbitos en la semana, se comprueba claramente que quien consume el repi queteo propagandístico de los llamados mass media, (medios de comunicación de masas, cine, radio, prensa, redes sociales) invariablemente hablan con total soltura de “dictadura” y de “opositor”.

Y la asimilación de esos conceptos no es una mera consecuencia gramatical, pues el convencimiento del influenciado no es que existe un error de escritura, sino que Maduro es un dictador y que en Venezuela se encarcela por pensar.

Dentro de la doctrina militar estadounidense que desarrolla la llamada “Guerra de Cuarta Generación”, se presta especial atención a los segmentos de propaganda, cibernética, población y política.

En los últimos años se ha comenzado a explorar la “guerra de quinta generación”, o también “guerra sin límites”, que por medio de la gestión de mass media y la utilización de las neurociencias, se aplica para el condicionamiento y manipulación de la opinión pública.

Este desarrollo publicitario es constante y aplicado tanto para simples estrategias de ventas –hay programas enteros de ventas- de las más inverosímiles ofertas de consumo masivo, como también para la captación de votos en la llamada elección democrática, acuñándose un término científico que se explica por sí mismo: neuropolítica.

En ese camino se ha llegado hoy a sustituir el ejercicio real de la vida democrática, por la simple actitud robótica de concurrir a sufragar periódicamente, y la legitimidad del ejercicio del poder lo da ese resultado matemático y no las gestiones posteriores.

De esta manera se puede observar fácilmente que las contiendas electorales no tienen como sustento actividad partidaria previa, militancia, participación, compromiso o vigencia de partidos políticos. De hecho las sedes partidarias permanecen cerradas como mudos testigos de esa decadencia.

Todo gira en torno a la exposición pública, la elección de frases cortas y efectistas para el repiqueteo mass media que hará el trabajo de cooptación, y así, el resultado electoral será ni más ni menos que el efecto directamente proporcional a la inversión efectuada en los medios.

De esta manera y siguiendo el manual de condicionamiento aplicado por los medios, se puede llegar a escuchar en estos días a candidatos que invitan a votar por Perón (Juan Domingo PERON, político argentino fallecido el 01 de julio de 1974), u otros que han crecido y envejecido en la política, hablando de renovación.

La esencia del verdadero sistema democráctico ha sido sustituido por puras estrategias con basamento neurocientífico, que es por cierto, un muy efectivo método. La presencia de Facundo MANES en las filas del oficialismo gobernante, no es –no puede ser-una casualidad.

Con este esquema y hasta tanto las variables del éxito sean el poder ya instalado y el dinero que ese núcleo de poder minoritario y elitista invierta cada vez, cualquier cantidad de elecciones que se lleven a cabo no servirán nunca para las mayorías, y sí para el reaseguramiento de las minorías.

Si no se desnuda esta estrategia perversa, las grandes mayorías postergadas seguirán eligiendo periódicamente a los representantes de las minorías privilegiadas, que los seguirán condicionando y limitando, y con el aval incontestable del número de voluntades cooptadas, que aportan los votos.

Por eso se puede escuchar como cantinela invariable que emana de los centros económicos del poder, que la maravilla insustituible para el bienestar de todos, es la elección democrática.

Y esos más que se creen todos, seducidos por la superstición y el mito de la elección democrática, seguirán siendo protagonistas de su propia frustración.

Don Arturo JAURETCHE enseñaba: “Hasta que un día el paisano acabe con este infierno, y haciendo suyo el gobierno, con solo esta ley se rija: o es pa’ todos la cobija, o es pa’ todos el invierno”

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