Su concierto «Inolvidable», en mayo, fue del bolero al pop sinfónico; acaba de editar su disco «Idolo» -en la línea de Bocelli y Shapplin- y cerró con un recital lírico navideño un año fecundo. Un diálogo con el tenor salteño Guillermo Romero Ismael.
¿Que expectativas tenés con este nuevo disco?
Todas. Tenemos mucha expectativa con este disco que se genera en los Estados Unidos, donde el mercado es importantísimo y de a poco vamos ingresando a ese templo mayor de la música como es Nueva York
¿Residir en Salta es una desventaja para tu carrera internacional?
Si, realmente. Esto no me ayuda en nada. Solo me permite hacer un trabajo de composición ya que el tiempo me deja trabajar y puedo crear y preparar los nuevos conciertos y el material que luego grabamos.
Pero indudablemente mi vida artística está fuera de esta ciudad. Es por ello que estamos volviendo a pensar en radicarnos en el exterior.
Estuve viviendo afuera 15 años. Volví 5 años y estoy pensando en volver a radicarme en el exterior. Estoy con un representante de Filadelfia, con quien firmé contrato, el señor Oscar Rodríguez Vega.
¿Coincides con Dino Saluzzi en que es muy difícil para un músico vivir de su arte en Salta?
Comparto plenamente con el maestro esos conceptos, ya que hacer música en nuestro país es muy difícil, puesto que en estos últimos años ha prevalecido una música comercial ajena al caro sentimiento de la jerarquía de aquella música heredada en los años anteriores donde un Guastavino, Ginastera, López Buchardo, Falú, Jaime Dávalos, un Cuchi Leguizamón nos llenaban de gozo con su creación magnífica. Ese nivel se ha perdido y estamos atravesando un triste momento que espero pueda ser superado.
El Cuchi se quedó en Salta. Pero claro, él más que intérprete fue un gran compositor…
Pero él no vivía de la música. Era abogado, profesor, daba clases. Compuso mucho, pero eran otras épocas. A un Cosquín no iba cualquiera, y él desde acá podía desarrollar su arte. Hoy hay grandes artistas, genios musicales que se han tenido que ir de sus provincias si han querido realmente crecer, progresar y ser reconocidos.
¿Vos tuviste o tenés alguna cercanía con Juan Carlos Romero o la Iglesia Católica o alguna empresa o fundación que te apoye en tu carrera?
No. Ningún apoyo de ninguna índole. Siempre estuve al servicio del arte, de mi provincia, de mi gente y de todo aquello que realmente sea importante para reivindicar el valor social y cultural de Salta. Esto no quiere decir que en cada emprendimiento encarado por mi persona no haya recibido el apoyo para solventar los gastos de sonidos, luces, escenarios, músicos. Pero que al finalizar el concierto, a veces, no nos quedaba ni para un café.
Pero mi ilusión se remonta y espero con mucha fe la posibilidad de un reconocimiento por parte del gobernador Juan Manuel Urtubey que por su juventud y sus ganas de ver crecer a Salta pueda brindarme una ayuda. Yo pedí una audiencia, pero todavía no la obtuve. En ella voy a solicitar el apoyo para poderme preparar para ingresar a esa catedral de la Opera que es el Metropolitan de Nueva York. En el 2.006 estuve muy cerca de lograrlo.
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