La traición de la palabra…
Homenaje a la letra «o», orgullo de hombres bien plantados *, que colocan en su lugar a la afeminada «a«, identidá (con a) de esas muchas mujeres que según Froid no saben lo que quieren…
En realidá, todo empezó con «modisto», hace ya unos cuantos años. Una estúpida concesión de algunos académicos (aquí va lo de Juan Carlos Dávalos: aca de mico), que la blanquearon incluso en varios diccionarios.
Miguel Seco, igualmente académico pero vacunado, lo explicó bien en su «Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española» (Aguilar, 1961), con precisa definición:
– Modisto. «Falsa forma masculina creada para designar al hombre que hace, crea, vestidos para señoras. La formación ‘modisto’, obedece al deseo (!)… de diferenciar bien al varón que ejerce una profesión considerada más específicamente femenina, en que la terminación ‘ista’ ha sido tomada erróneamente como propia del género femenino».
O sea, pa’ evitar que si cosés y no tenés tentaciones igualitarias no te digan maricondemierda (frase cuyas palabras van siempre muy juntas).
Por mi parte siempre sostuve, en el mismo plan de defensa de la palabra bien entendida, que para el caso habría que escribir / decir periodisto, electricisto, masajisto, y usté vea qué le agrega…
Por todo esto, siguen insistiendo los maestro/as-profesores/as-lingüistas, etc. con los que uno puede tropezarse por el camino, que para que la lengua sea un instrumento »
igualitariamente» útil, existen – por ejemplo – los participios activos, derivados de los verbos; y que de atacar deriva atacante, de cantar cantante, de existir existente; o sea, ese «ente» que te permite tener «presidente«, prescindiendo de que sea hombre mujer o lo que le apetezca a la persona del caso… y no presidenta. Y mejor no agregar nada en este específico rubro. En fin, recordando que sobre este tema ya disertaba el Señor Radragaz, personaje que conocía y usaba una sala vacal, y que su papá – todo con a -Lino Palacio ambientaba en la revista Rico Tipo, o Billiken, no me acuerdo bien……
* Corrección necesaria: «orgullo de hombros bon plontodos…»
– Por Luciano Tanto
Publicado en su red social de Facebook.
