La pintoresca y cálida jornada matutina nos reveló un clima de respeto por las opiniones encontradas, más allá de algún discurso por altoparlante de la juventud socialista que interrumpía escuchar las exposiciones en las Cámara pero que no encontraron repuesta dialéctica según lo predecía el legendario Marx.
Antes de ayer, alrededor de las 11 hs., comenzó la exposición de las posturas de distintas asociaciones y personas de la sociedad (se anotaron 157) ante los Senadores de las Nación sobre la unión indiferenciada del sexo (podría interpretarse in diferenciación de contrayentes ya que justamente esta es la palabra que reemplazaría a la de los géneros tradicionales: contrayentes que se podría interpretar la unión de todo lo que sea: personas, niños, animales, padres e hijos, hermanos, todos entre si, etc. etc.). También se escucharon las opiniones sobre la adopción de los niños a favor de estos indiscriminados contrayentes o en el mejor de los casos, adopción de las parejas gay o lesbianas que desean contraer matrimonio o precisando mejor que desean hacer su unión civil similar a la de los heterosexuales, con sus raras derivaciones en función de la práctica sexual y de la redefinición adquirida por la persona de su cuerpo (transexual, bisexual, travesti, etc. etc.)
Se mostró de manera destacable la presencia de las Iglesias Cristianas que trabajaron de manera mancomunada y con la solidaridad de otros credos religiosos como sectores del Judaísmo y algunas presencias que sonaban como oportunistas como lo fue la de la confesión o cuasi secta de los Testigos repartiendo o vendiendo sus escritos proselitistas.
¿Qué se puede sacar en limpio de estas exposiciones de la sociedad ante el Senado de la Nación?
La propuesta del Senador por Salta, Dr. Juan Carlos Romero, de abrir los oídos a la sociedad llevando el debate a las provincias, tiene como finalidad sacar a la legislación nacional de su miopía portuaria y recordar que el país también tiene forma desde su interior y quizás, yendo más adentro, intentar salvar el apresurado voto de la Cámara baja Nacional cediendo con tanta facilidad a la propuesta de la minoría.
De hecho el derecho positivo debe ver, también, por las demandas minoritarias para el ordenamiento de la vida social en orden al bien común y para ello necesita de las herramientas que son las leyes dictadas por el Congreso Nacional en este caso.
Esta fórmula tan simple y básica en la actualidad hace aguas por todos lados ya que se arrasa con el bien común en función de los deseos o cuasi derechos de algunos. Bajo esta óptica la familia, los niños y por ende la sociedad, verán socavados sus cimientos, ya que la familia y desde esta el niño, principalmente, son la base de la sociedad actual y futura.
Algo peor sucede con el concepto de persona que subyace en estos pedidos de derechos, que pretenden igualdad, la misma se ve hundida en el añejo y deteriorante concepto dualista de cuerpo y conciencia (“yo soy una mujer en un cuerpo equivocado o viceversa, como bien lo destacaba el Dr. Pbro. Raúl Méndez, Catedrático de la UNSa, UCaSal y actual Rector del Profesorado Mñr. Tavella en una conferencia llevada a cabo en la semana pasada en el aula magna de dicho profesorado). La persona humana se presenta en esta postmodernidad no sólo partida en dos partes incongruentes, sino atomizada y alienada en sus dimensiones más ricas y fuertes, como por ejemplo: la afectiva, la productiva, la sexual evidentemente, la trascendental, la fraternal, etc. etc.
Se sigue desmoronando la natural dignidad del ser humano, y como alguien en un discurso de hoy recordó, la naturaleza no deja pasar nada graciosamente ni gratuitamente, es decir, es como ir contra uno mismo cuando se toman caminos extraños al natural, lo raro es que sólo el hombre procede así en tamaño universo. ¿Será que de Rey de todo lo que se ve quiera convertirse en un simple vasallo de vicios, frustraciones y muerte?
La salteñidad al palo
Y sí, luego de seguir hace tiempo las publicaciones de Salta 21, últimamente a diario, no podía ser de otra forma, que la postura (felizmente) de sus directores no está expresada en esta nota que democráticamente se da a conocer, en este medio que considero realmente democrático.
Es también un hecho que la postura de los que apoyamos la lucha por la igualdad de derechos de una de las tantas minorías, injusta y perversamente discriminadas, en este caso la de los homosexuales, sea “minoritaria”. Y por eso la lucha.
Para que quede claro, apoyo expresamente el proyecto de ley que permitirá a personas del mismo sexo, contraer matrimonio, con todo lo que ello implica.
Si hay algo de lo que estoy convencido es que la condición u orientación sexual de una persona, no determina su valor o desvalor como ser humano. Eso no lo hace mejor o peor persona, ciudadano, padre, madre, hijo. No es una enfermedad, ni física ni mental, no es una patología, ni degeneración, deformación o abominación, o algo por el estilo.
De la misma manera que ser negro, rubio, amarillo, boliviano, peruano, paraguayo, argentino, salteño, jujeño, porteño, provinciano, flaco, gordo, lindo, feo, morocho, yuto, judío, protestante, comunista, zurdito, ateo, joven, viejo, casado como dios manda, o divorciado como lo normado por ley, o mujer, madre soltera, fértil o estéril, huérfano, rico o pobre, etc., etc., etc., te hace superior o inferior a nadie.
Nuestra sociedad está atravesada por todo tipo de prejuicios, preconceptos, hipocresías, sobreentendidos, de discriminaciones dogmáticas, de “naturalizaciones” que se pretenden eternas e inmodificables, sin posibilidad de discutirlas o debatirlas, y por eso dogmáticas. Y ahora, felizmente, se debaten.
Yo nací y crecí en Salta, y mi formación es netamente salteña, y no por eso me siento representado por los actuales legisladores (senadores y diputados nacionales) salteños. Y me parece que esa postura, paradojalmente, es mayoritaria entre los salteños.
Tampoco me siento representado por la “salteñidad” expresada por distintos componentes de nuestra sociedad que tuvieron su posibilidad de expresarse en el debate, sobre todo por aquellos que hablan de “gauchos viriles” y “mujeres fértiles”. No reniego de las tradiciones (hay que tener en consideración que por el solo echo de ser “tradiciones” no significa que sean buenas), disfruto de muchas, y ello no me impide estar abierto a los cambios.
En fin, tal vez será que pienso de esta forma (y lo quería expresar democráticamente), porque soy salteño… soy argentino… y soy homosexual, negro, judío, comunistas, travesti, transexual, lesbiana, tortillera, yuto, gordo, feo, puto, reputo, y gay!!!
¡La salteñidad al palo!
Dalilo Vica.
Lo que es, está primero
Estimado Dalilo:
No comparto la discriminación en ningún sector de nuesta sociedad, sea minoría o mayoría, en el ámbito homosexual la discriminación hoy por hoy no exite, más bien es una autodiscriminación.
Creo firmemente en el sistema Democrático por más que no pocas veces haya demostrado estar viciado y corrupto. Es un sistema perfectible y el mejor que se conoce hasta ahora para la organización social en cuanto a la legislación, justicia y gobierno de un Estado.
No exite el homosexual como tal, existe el acto homosexual, el comportamiento o conducta homosexual y sobre esto es que se intenta legislar. La persona es la persona y se define como tal, la conducta es lo que de alguna manera da indicadores de su valoración cualitativa. No es lo mismo un violador que una mujer que cuida a sus hijos o no es lo mismo aquel que fabrica armas para la guerra que aquel que trabaja con los médicos sin fronteras.
En el matrimonio tardicional, según la naturaleza de las personas, cada uno en la pareja tiene un rol inato. Entre los homo sexuales el rol se autoasigna por lo tanto no son pareja y esto explica las crisis tan rápidas y la poca posibilidad ,que demuestran las estadísticas, para la convivncia de las personas del mismo sexo, algo que evidentemente juega en contra para la adopción.
Creo que hay un gran drama en esta opción de vida y es que realmente la naturaleza en el tiempo reclama lo que debe ser para la persona, este se orienta al bien de las personas y no es un reclamo tiránico o demagogico como muchas veces se cree y expresa.
Estoy de acuerdo que los dogmatismos deben dialogarse y modificarse cuando no están orientados a la verdad y el bien común,pero por favor no relativicemos lo que es verdad porque esto nos conduce solamente al engaño de nuestra existencia.
Lo que es, está primero
SOMOS PERSONAS,LA SEXUALIDAD NO MODIFICA EL GENERO HUMANO.
Apoyo la igualdad de género, y la lucha por la no discriminación de los homosexuales. Lo de la adopción nada tiene que ver. Hoy cualquier soltero puede hacerlo mas allá de su condiciòn sexual. Es harina de otro costal.
Lo que es absurdo es negar una realidad humana y social, aunque sea minoritaria. Tambien fuimos, y en gran parte lo seguimos siendo, minorías las mujeres, los negros, los ateos, los zurdos, y los homosexuales. La homosexualiad no contagia y la degración humana tampoco.
En nombre de la heterosexualidad se cometen crímenes y no solo comportamientos aberrantes. Abandono, mal trato, corrupción, violencia familiar, abusos sexuales.etc. No es la condición sexual lo que asegura la dignidad humana. Existen homosexuales repudiables, y heterosexuales también.
Felizmente las sociedades no son «naturales» son convenciones humanas dinámicas. Todo cambia permanentemente.
Alguna vez las mujeres fuimos incapaces de hecho, dependiamos de los padres y luego como objeto pasabamos a la potestad del marido. Alguna vez no podíamos votar, eramos » animales con pelo largo, y sin neuronas, y piernas bellas». Alguna vez el matrimonio fue solo religioso, y para toda la vida.
Alguna vez para ser Presidente de la Nación era obligatorio ser católico, apostólico romano.
El voto femenino, el divorcio y tantos otras cuestiones modificaron la sociedad para hacerla mas justa.
¡Basta de hipocrecía!. Las tradiciones salteñas, muchas de las que deploro, consideran más hombre a aquel que tiene esposa y varias amantes. Los curas, celibato mediante, en Salta, tienen hijos(bravo por ello) y nadie se rasga las vestiduras.
Lo del matrimonio entre distinto sexo es una imposición católica que tiene que ver con la procreación. Para los católicos los matrimonios infertiles no son «normales», ni tampoco el sexo por placer, por eso debe ser que hay tanta pedofilia entre los sacerdotes y tantas vidas paralelas.
El amor no conoce de sexualidad. Miles de niños abandonados por sus padres heterosexuales piden a gritos una familia. Se la vamos a negar solo porque para algunos no es normal que no tengan mamá y papá? Pues tendrán padres y ello es suficiente para que tengan amor.
No hagan decir a los niños,lo que nunca dijeron, pregúnteles si prefieren los hospicios, las casas cunas, o una familia, sin importar el sexo de los que la integran. Vale mas la caricia de un gay, que la hipocrecía de los «normales».
Yo apuesto por gente como Dalila Vica, que tiene el coraje de develar los mantos de la hipocrecia salteña. Ojalá su opinión sea contagiosa.
En el mundo hay sociedades poligámicas, otras que extirpan el clítoris de las mujeres para que no conozcan el placer. ¿Eso es aplaudido por los normales? Ninguna de ellas ha transferido sus tradiciones a quienes no quieren asumirlas como propias. Con la homosexualidad pasa y pasarà lo mismo, como pasó con el dirvocio que cuando fue ley, no generó mas separaciones.
Todos somos humanos, luego hombres o mujeres. La sexualidad es lo de menos.
El engaño de nuestras existencias.
Estimado Hugo:
Antes que nada me parece destacable su respuesta, a todas luces respetuosa y sincera, que permite un debate en condiciones dignas, más cuando históricamente, nuestra salteña sociedad, prefiere ocultar o disimular los temas tabúes, en vez de tratarlos y superarlos, y termina desbordada recurriendo a la censura y la represión como finales respuestas.
En lo personal parto de la idea que la “discriminación” a la que nos referimos, tiene como fundamentos, para los que la ejercen, el sentirse primero que nada, distintos, diferentes al discriminado, e inmediatamente superiores, mejores que el discriminado, y por eso lo discriminan. “Éste es homosexual”, “yo” no lo soy, “yo” soy normal, respondo a la naturaleza de las cosas, “él” es anormal, antinatural, y no es bueno ni aconsejable, y por lo tanto no está en condiciones de tener “mis” mismos derechos.
Este razonamiento es igual en todas las “discriminaciones” dogmáticas, prejuiciosas. Se aplica para discriminar al que no es religioso, al que no responde a los cánones de las modas (porque es gordo, feo), de la política (por ser zurdo o comunista), de la moral y buenas costumbres imperantes. Todas construcciones y convenciones sociales, que como tales cambian con el tiempo y con la evolución de la sociedad.
¿Realmente los homosexuales nos auto discriminamos? ¿Los gordos y feos nos auto marginamos? ¿Luego de la imposición de la educación religiosa, los no religiosos o ateos nos auto excluimos?
Si no existe el homosexual como tal, por ser un acto, comportamiento o conducta, entonces tampoco existe el heterosexual como tal, que también es un acto, comportamiento o conducta.
Lo que sí es evidente que existe es el juicio, el concepto de que el acto, la conducta o comportamiento homosexual es malo, es antinatural, antisocial, que conspira contra la naturaleza humana y social, de la familia y los niños, y por eso el que realiza un acto, o tiene un comportamiento o conducta homosexual, no merece ser respetado en su dignidad como persona, o no le alcanza su “persona” para tener igualdad de derechos que los heterosexuales, que son mejores, naturales, normales, por el solo hecho de ser heterosexuales.
Por supuesto que no es lo mismo una mujer que cuida sus hijos, que aquella que los maltratan, los abandonan y hasta los matan. Y son mujeres las dos. ¿Y si alguna de ellas tiene comportamientos homosexuales? Y un violador es un violador, sea con conductas o comportamientos heterosexuales u homosexuales. ¿O el violador homosexual es más violador?
Es absolutamente loable el comportamiento y la conducta de los médicos que trabajan en “médicos sin fronteras”. Ahora ¿Es más loable si además ese médico no tiene conductas o comportamientos homosexuales?
Los roles, en cuanto a roles, no son innatos, en todo caso se acuerdan y se asignan. Dentro del matrimonio, de la familia o de la sociedad. O en todo caso se determinan e imponen.
En relación al derecho y la ley, se pueden destacar por lo menos dos posturas o tesis, una que dice que el derecho está constituido por las normas jurídicas, aquellas normas de conducta impuestas por el Estado con carácter necesario para regir las relaciones de los hombres en su vida social. Esta tesis hace de la norma jurídica su objeto de estudio. En cambio, la otra postura desarrollada por el pensamiento egológico del maestro Carlos Cossio, plantea que el derecho es la conducta humana en interferencia intersubjetiva. Su objeto de estudio se desplaza de la “norma jurídica” a la “conducta”, y todo derecho legisla o norma sobre la conducta humana.
No conozco estadísticas que determinen que un matrimonio homosexual tiene menos posibilidades de subsistir que otro heterosexual. En todo caso, si no fuera por la discriminación ejercida, estarían en las mismas condiciones de ser estudiados estadísticamente y ver qué pasa con temas como la adopción, y sus posibilidades de desarrollarse como familia.
En cuanto a que si la homosexualidad es una opción de vida, le aseguro mi estimado Hugo, que así como no se elije ser heterosexual, tampoco se elije ser homosexual, y viceversa. Y le reitero, eso no me hace mejor o peor persona. El componente dramático está dado, en todo caso, por la discriminación impuesta por la sociedad que nos hace padecer la desigualdad, y entonces deja de ser un “drama” para transformase en una lisa y llana injusticia, llevada a cabo en forma conciente, razonada, premeditada, y no “dramática”.
Y finalmente, si hay algo en esencia relativo, eso es la “verdad”. ¿Qué es la verdad, o cuál es la verdad? ¿La suya, la mía, la de ellos, la de nosotros? ¿Dónde está el engaño de nuestras existencias?
Lo que puedo afirmarle sin temor, sin miedo, es que si se aprueba el proyecto de ley en cuestión, ello no va a implicar que todos nos volveremos homosexuales, ni se va a desintegrar la sociedad, ni la familia, ni el matrimonio. Será en todo caso un triunfo en la evolución de la humanidad, por alcanzar sociedades más justas, integradoras, sin dogmatismos ni discriminaciones absurdas. Y seguiremos luchando por esos objetivos. Y tendremos oportunidad de seguir debatiendo, ahora sí para combatir la pobreza, la miseria y las muertes evitables.
Y discúlpeme, por a pesar de todo, sigo siendo homosexual, trolo, marica, gay o como quieran llamarme.
Un cordial saludo.
Dalilo Vica.
El engaño de nuestras existencias.
Dalilo te aplaudo de pie!
Por la claridad de la respuesta.
Quería agregar que las familias con padres y madres homosexuales ya existen. Ya existen niños y niñas con padres y madres homosexuales. La ley lo que hace es pertimir que esas familias tengan los mismos derechos y además beneficios que las otras familias. Los derechos son una lucha nunca se regalan. Y si se está pidiendo un derecho es porque existe una comunidad que los necesita y no al revés.
Por eso creo que esto es una lucha que a la corta (ojalá) o a la larga se va a ganar y depende mucho de la lucha que realicemos tod@s para que tod@s estemos lo antes posible en condiciones de igualdad.
Aquí la comunidad homosexual no está pidiendo permiso para tener hij@s o para formar una familia. Eso existe ya. Y son familias como cualquier otra y punto.
El engaño de nuestras existencias.
Estimado Dalilo:
No pretendo confrontar tu pensamiento y menos tu postura ante la vida pero, si me permites, quisiera expresarte algo con relación a algunos temas que expones.
Mucho se puede hablar sobre lo que uno quiere ser pero también está permanentemente, como un silbidito al oido, lo que debemos ser.Y este deber ser está orientado no solo a dar repuestas a uno mismo, sino más bien al otro.
De los ejemplos discriminatorios que escojes te diré que el tema de la educación religiosa, tan guillado por estos tiempos, no es una obligación impuesta, sino ofrecida por el Estado para dar repuesta a una demanda social y cultural. Este espacio curricular es elegido por los padres o tutores de los alumnos y no afecta en nada el rechazo.
Todas las personas merecen ser respetadas en su dignidad, aunque personalmente creo que ese respeto debe merecerse ya que un asesino violador realmente da asco y repulsión y un ladrón de la cosa pública merece fuerte condena, etc. quizás el merecimiento de la dignidad en estos casos y en muchos otros, deban ir acompañados de una enmienda o cambio de vida.
Con respecto a las buenas acciones de las personas y a su vida privada, con todo respeto, me parece que la coherencia en estas dos dimensiones hace a una persona más valiosa. Ej. se dice que Maradona es un gran futbolista, pero que como persona no sirve…ojalá se podría decir de él que es un gran futbolista y una gran persona! sería mucho más edificante para todos, pero la petulancia y soberbia frecuentemente lo traicionan al gran astro deportista.
El engaño de nuestra existencia está en la confusión y en la tozudéz ante posiciones que no son las mejores y que realmente nos engañan. Para no caer en esto, primero se debe tener en claro lo que es bueno, o mejor lo que es el bien (que es lo que todos buscamos, nadie quiere el mal, lo malo, solo un pobre maldito infelíz desea esto y está equivocado y por el bien de él y de todos es mejor que cambie). Esto abre las puertas para otro diálogo porque el tema lo merece. Lo que si sé es que el bien se confunde fácilmente: vicio, facilismos, robos, corrupción, puf! cuántas mierdas más! todos las conocemos porque de este aire todos los dias respìramos.
La «Verdad» de cada cosa es absoluta, simple, una, buena, bella; suena ontológico pero es así. Un árbol es un árbol, lo podrás usar de baño, combustible, para-rayos o lo que sea, pero es un árbol.
Dalilo, tienes un gran don para escribir y aún más, estás en un estadio de formación con los cuales puedes hacer mucho bien…o no…quién sabe.
Atte. Hugo Luis Daher