Ante la paridad que se registra en Salta en la elección del gobernador se intenta definirla a favor de Wayar con el uso del aparato estatal, el reparto de mercadería, el voto miedo, el clientelismo y el transporte
En la última semana de las elecciones y en algún caso incluso dentro del período de veda electoral se registró un gran esfuerzo por parte del gobierno para volcar la elección a favor de Wayar y romper en su favor la paridad que marcan las mediciones.
Se trató en primer lugar de hacer llegar a los empleados públicos el mensaje de que debían votar por Wayar porque era la única manera para que pudieran seguir cobrando sus salarios en los primeros días del mes. Urtubey se trasladó al Gran Bourg y a la Ciudad Judicial para expresar a los empleados su decisión de mantener el pago a término de los salarios.
En los últimos días operadores del gobierno se dedicaron a repartir mercaderías y bolsones en los barrios de clase media baja y en asentamientos de la capital, siempre con la recomendación a los beneficiados con la dádiva de que deben votar por Walter Wayar.
Una fotografía muestra una camioneta que reparte mercaderías en la zona de villa Mitre. El vehículo sería -según la fuente que proporcionó la imagen y el dato a Salta 21– nada menos que de Eduardito Romero (conocido como «Titito» para diferenciarlo de su padre el director de El Tribuno) quien es candidato a diputado por el oficialismo. El documento fotográfico se captó el día jueves por la mañana.
Un ejército de punteros trabajaban a destajo incluso dentro del período de veda recorriendo casa por casa para entregar votos, bolsones -y en otros casos incluso dinero- a los beneficiarios de ayuda social canalizada habitualmente a través de ellos. Advertían sobre la necesidad de votar por Wayar para no perder esa fuente de ingresos que es módica pero que en algunos casos es la única que permite la subsistencia alimentaria para algunas familias indigentes.
Para contrarrestar acciones de ese tipo que son habituales en los días previos al comicio una camioneta recorría el pueblo de Cerrillos propalando este mensaje: «cerrillano, si le dan un bolsón recíbalo, pero en el cuarto oscuro no les entregue su voto».
Para completar el panorama del esfuerzo gubernamental en favor de Walter Wayar está en marcha el operativo «transporte». Un ejército de vehículos de punteros y funcionarios además de flotas de taxis y remises han sido puestos al servicio del elector-cliente que es trasladado en ellos al lugar del comicio y de regreso a su hogar. Los remiseros reciben 150 pesos -además del tanque lleno- por su trabajo que comienza a las 7,30 y termina a las 18,30.
Como en Chicoana y Carril se detectó un vuelco en la intención de voto a favor de Urtubey, fuentes opositoras aseguran que por ejemplo el intendente Romano habría dispuesto de 7 mil pesos para «invertir» en el traslado de ciudadanos al lugar donde sufragan e «incentivar» a sufragantes para que voten por Wayar.
En el Norte es habitual que en las comunidades aborígenes se encierren a grupos completos antes de los comicios, se les da de comer y beber y se les retienen sus documenos. Desde allí se los lleva a votar por el candidato «elegido» por la autoridad gubernamental en acuerdo con el cacique.
