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domingo, noviembre 24, 2024

Boca gana hasta perdiendo. Torneo apertura

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– A.D. PRIETO

MADRID.- ¡Cómo sufrió Boca! Estuvo cerca de saltar la sorpresa en el campo de Racing, donde los xeneizes y Tigre se jugaban el título del Torneo Apertura 2008. El marcador reflejó un 1-0 final para Tigre, una victoria insuficiente para ganar el campeonato. Y Boca alzó su 18º título en la última década.

El encuentro no fue bueno, se mascaba la tensión en cada pase. Carlos Ischia, técnico de Boca -que no contaba con Riquelme, sancionado por acumulación de amonestaciones- vio un mal partido de sus jugadores en el choque decisivo del campeonato, jugando sin profundidad, sin circulación de balón.

Quien de verdad se la jugaba esta madrugada, hora española, era Tigre -14º en el último Clausura y representante de la pequeña localidad de Victoria, en el norte de la provincia de Buenos Aires-, que buscaba inscribir por primera vez su nombre en la nómina de campeones de Argentina. Boca, por su parte, no se jugaba nada más que otro título que añadir a los que ya hacen de su currículum uno de los más extensos del planeta.

Tras empatar a puntos en el campeonato, Tigre, San Lorenzo y Boca Juniors celebraron un triangular para dirimir el campeón. Los xeneizes vencieron en su primer duelo por 3-1 a San Lorenzo, que también cayó ante Tigre por 2-1. Así, tras los dos primeros partidos, uno de los rivales quedaba fuera y el tercer choque se convertía en una auténtica final. Boca, con esa leve ventaja en la diferencia de goles, se podía permitir caer por un tanto… y se lo permitió.

El caso es que los jugadores de Tigre tampoco demostraron nada durante el encuentro como para poder hacerse acreedores al título. Mucho pundonor y bastante empuje pero poco fútbol. Eso sí, le dieron emoción a los instantes finales cuando, en el minuto 68, Lazzaro aprovechó una mala salida del portero de Boca Lázaro para marcar el único gol del encuentro. El 1-0 atenazó más las piernas de los boquenses, que se limitaron a despejar balones con eficacia desde su terreno y a lanzarlos lo más lejos posible de su portería. La grada no dejó de gritar; eso era lo único que demostraba que el de anoche era un partido por el título y que se celebraaba en Argentina, país que vive el fútbol como una religión.

Los cánticos de los seguidores de Boca Juniors, que celebraban el título, Gracián -sustituto de Riquelme en el once- tiró a las manos de Ardente, portero de Tigre, una ocasión clara en el minuto 89. Al instante, el balón ya estaba en el área contaria, pero sin generar una auténtica ocasión de gol para los aspirantes.

Boca, ayer de amarillo, tiene más oficio y experiencia jugándose títulos, y lo demostró dejando pasar el tiempo durante toda la segunda mitad. Si le hubiese hecho falta aguantar tres días más con el 1-0 en contra, lo hubiera logrado. Ni sus futbolistas se ponían nerviosos ni los rivales de Tigre suponía una verdadera amenaza futbolística.

El árbitro, Sergio Pezzotta, tampoco anduvo muy por la labor de que el aspirante se proclamase campeón. Más allá de que expulsara al delantero de Boca Palacio en el descuento, desde que Tigre cobró ventaja el colegiado no quiso saber nada de las duras entradas de los boquenses.

Tigre pierde el campeonato ante Boca por diferencia de goles tras ganarle los dos partidos en que se enfrentaron, 2-3 en la fase regular y 1-0 anoche. Fue una victoria amarga para ellos, que buscaban entrar en la historia más que ganar un partido. Quizá eso contribuyó a que todo acabara así. A Boca la derrota no le importó lo más mínimo, es de esos equipos a los que la alegría de un título hace olvidar cómo se llegó a él y, tras 90 minutos de sufrimiento, la piña de los xeneizes sobre el césped dejaba la imagen de casi siempre. Boca campeón.

Fuente: elmundo.es

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