La vieja receta de que progresando las empresas progresará la población que las circunda –remozado verso del efecto derrame- es un recurso ya gastado.
En el curso de esta semana, la Presidenta de los Argentinos, la señora Cristina Fernández Viuda de Kirchner, ha anunciado con bombos y platillos el descubrimiento de un nuevo yacimiento de petróleo no convencional (shale oil) que alcanza los ciento cincuenta millones de barriles en la provincia de Neuquén, en la proximidad de otro emprendimiento conocido como Loma de la Lata, precisamente en un paraje llamado Vaca Muerta, que comprende un área de cuarenta mil kilómetros cuadrados. La cifra dada de barriles corresponde solamente al sector ya explorado de sólo 25 kilómetros cuadrados, pero se estima que si la proyección se extiende con iguales parámetros en todo el sector previsto, la producción alcanzará los 1.500 millones de barriles. El ministro Julio De Vido acompañó el anuncio de este mega descubrimiento y arriesgó incluso a decir que es de tal magnitud que cambiará y hará repensar el negocio.
Quienes observamos estos comportamientos de jolgorio y hasta euforia, no podemos evitar preguntarnos: ¿Negocio para quién? Y con sólo efectuar un repaso de la situación accionaria de la empresa en su propia página WEB (WWW.YPF.COM y links a los que se remite y vincula) se avizora que en realidad la empresa REPOSL YPF S.A.es un componente mixto del Estado Español, Grupo Financiero La Caixa, Repinves (que administra valores mobiliarios del sector energético español), Pemex Rencon Lux (filial en Luxemburgo de PEMEX –petróleos mexicanos-), y en su mayor parte el capital es de libre cotización en los mercados de valores de Madrid, Nueva York y Buenos Aires, con participación reconocida de corporaciones norteamericanas (Chase Nominee Ltd., Capital Group International Inc. y State Street Bank and Trust) y, últimamente, como se conoce, y también fue presentado como una falsa nacionalización, se cuenta la incorporación minoritaria del Grupo Ezquenazi. La República Argentina, como ocurre desde la venta a vil precio de nuestra original Yacimientos Petrolíferos Fiscales, se alegra por cuenta de terceros, ya que la Nación Argentina participa solamente con la sigla YPF, como un cruel y gastado recuerdo de lo que fuera y ya no es. Conviene entonces recordar que cuando hablamos de YPF no hablamos de nosotros sino de grupos accionarios transnacionales anónimos. Tan anónimos como las acciones que van y vienen en las bolsas de valores. Como se puede deducir muy fácilmente se tratará de nuevos saqueos al patrimonio nacional alentado por la ley de hidrocarburos.
Este mineral no se extrae de forma tradicional, es decir, de forma vertical, sino que, como no se trata de mineral líquido sino extraíble desde la roca, se debe fracturar esa roca donde está contenido el hidrocarburo –ya sea gas o petróleo. Tal procedimiento es mediante inyección de agua y arena y de forma horizontal, lo que extiende el área de terreno que se erosiona. Ello además de la contaminación de aire, suelo y el uso en cantidades industriales de agua que irremediablemente queda contaminada. El Cacique Gabriel CHERQUE de la comunidad Mapuche Kaxipayiñ ha hecho notar que desde la llegada de YPF la zona, donde se le ha extendido la concesión hasta el año 2027, el agua está tan contaminada que por orden judicial la empresa les provee agua envasada. Por supuesto que ni el Estado Nacional ni el Provincial han dado cumplimiento a la consulta previa a las comunidades originarias antes de otorgar las concesiones.
Nuestra Presidenta tomó parte de los anuncios y, mediante una teleconferencia emitida desde el Salón de las Mujeres Argentinas en la Casa de Gobierno, expresó que este descubrimiento importará continuar con el desarrollo de los argentinos y que se aumentarán las reservas de YPF en un 28% y con ello las reservas del crudo del país en un 6%. Pero de acuerdo al componente accionario de REPSOL YPF se deduce fácilmente que quienes aumentan el desarrollo y las reservas no somos los argentinos. En todos estos anuncios y mensajes de alegrías por los negociados de las transnacionales, por supuesto, no hubo una sola palabra para las comunidades originarias.
El asesinato de Roberto LÓPEZ de la comunidad Qom en Formosa con el abierto encubrimiento del gobierno nacional al responsable político y gobernador Gildo Insfrán; el ninguneo de los mismos grupos que no fueron recibidos por la Presidenta después de acampar durante meses en Buenos Aires; la permisividad increíble para que extranjeros adquieran grandes extensiones de tierras en la Patagonia Argentina, cierren caminos y bloqueen el acceso a ríos y lagos; el olvido de las comunidades ancestrales en el norte del país, principalmente en Salta con la ampliación de la frontera agropecuaria; la falta de cumplimiento al pago de la propiedad participada en acciones de los ex empleados de la otrora nacional YPF, y tantos otros ejemplos más que podrían mencionarse en este punto, conforman la radiografía perfecta del doble discurso de las autoridades. Todo es color de rosa en los discursos pre electorales y en los foros internacionales, pero la realidad de cada día es la imagen viva de un Estado empresario, que se aggiorna admirablemente con los grupos concentrados del capital transnacional y posterga y relega como ciudadanos de segunda a los locales. La vieja receta de que progresando las empresas progresará la población que las circunda –remozado verso del efecto derrame- es un recurso ya gastado.
Por eso, cuando vemos a la Presidenta sonriendo ampliamente mientras se hacen estos anuncios, con gestos de exaltación y triunfo, nos preguntamos: ¿Qué festeja? Los motivos de tanta algarabía podrán ser muchos, pero seguramente entre ellos no se contará la defensa de las comunidades originarias, ni la del patrimonio nacional, ni la de la soberanía. Continuar andando por este camino es llamado por la Señora Cristina Fernández: “profundizar el modelo” . Quienes hemos optado en nuestras vidas por respetar a nuestros hermanos primordiales, por recuperar nuestras empresas, defender nuestros recursos naturales y no renunciar a nuestra soberanía, inevitablemente estaremos en contra de ese modelo.