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domingo, noviembre 24, 2024

Caso Fronda: 33 años de impunidad

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Eduardo Fronda, militante de la juventud peronista, fue asesinado en Salta en enero de 1975. El periodista Luciano Jaime publicó que lo había visto en la Central de Policía. También lo asesinaron. Denuncia de impunidad y críticas a la Justicia Federal.

Un vendedor ambulante de la peatonal exhibe en su carro -en una hoja tamaño oficio fotocopiada- la historia de Eduardo Fronda y el reclamo de justicia de sus familiares. Fronda también se ganaba la vida como vendedor ambulante.

Debajo del título «Nunca Más» se ve a la izquierda en una foto el rostro de Fronda -un morocho de expresión dura, la mirada firme, la quijada apretada en un gesto de lucha-. A la derecha, la tapa del diario El Intransigente con la nota en la que el periodista Luciano Jaime reflejaba el asesinato: se ve el cuerpo del joven sin vida, en el suelo, en posición decúbito dorsal, un brazo abierto hacia el costado y el otro junto al tórax, con la mano sobre el abdomen, su rostro de cara al cielo. «Fronda habría sido torturado antes de ser ultimado a tiros», dice el título principal de tapa del «Intra» y allí mismo se desarrolla la crónica de Jaime.

Con el pequeño afiche los familiares convocaban dos semanas atrás a una concentración en la Plaza 9 de Julio a las 9,30 del 8 de enero, día en el que se cumplieron 33 años del crimen. Desde allí marcharían hasta la Cámara Federal de Salta, para reclamar en contra de la concesión de la prisión domiciliaria en beneficio del comisario Joaquín Guil y para «exigir justicia de una vez por todas».

Este es el texto que resume la historia de Fronda, denuncia la impunidad de los asesinos y critica la acción (o inacción) de la Justicia Federal de Salta:

«La violencia y la represión ocuparon la escena política antes del golpe de estado del 24 de marzo de 1976.

En Salta, el siniestro plan represor de la organización de derecha Alianza Anticomunista Argentina (triple A) comandada por José López Rega y sus secuaces provinciales que al día de hoy continúan impunes, ejecuta la primera víctima por razones políticas: secuestra, tortura y asesina al militante y dirigente de la Juventud Peronista Eduardo Fronda, de 25 años, el día 8 de enero de 1975 a las 4 a.m».

A Fronda lo acribillaron y a Jaime lo dinamitaron

«A Eduardo Fronda lo mataron -según informó el diario El Intransigente- con 30 balazos, sus manos atadas en la espalda, amordazado, sus ojos vendados, golpeado violentamente en la zona hepática, con signos en la entrepierna y el bajo vientre de haber recibido reiterados golpes eléctricos (picana). Luego su cuerpo fue arrojado maniatado en el camino a Lesser, a unos 5 km de la ruta 9, en jurisdicción del municipio de Vaqueros, departamento de La Caldera.

Dos meses después le seguirá la muerte del periodista del diario El Intransigente Luciano Jaime, cronista policial, que por haber comentado y atestiguado públicamente que vió a Fronda detenido el día antes de su muerte (07/01/75) en la dependencia de la central de policía, también es secuestrado, torturado y su cuerpo dinamitado en la Finca El Encón (Rosario de Lerma).

Así trabajaba la triple A, integrada por miembros de las fuerzas armadas, policiales, que se disfrazaban con nombres de comandos y que a partir del 24 de marzo de 1976 dejó de actuar en forma clandestina y comenzó a hacerlo en forma sistemática.

En Salta antes y después del 24 de marzo del 76 el brazo ejecutor fue la policía de Salta, comandada por el comisario Joaquín Guil«.

No se olviden de Menena

«Cabe recordar que el 11 de marzo de 1976 también fue secuestrado el ex gobernador Miguel Ragone, y que el 14 de marzo es hallado en Tartagal el cadáver baleado de Menena Montilla Santillán, de 27 años, visitadora social y militante del justicialismo.

Son más de 200 los muertos y desaparecidos en Salta por motivos políticos antes y después del golpe de estado, crímenes que hasta hoy continúan impunes, sin sentencia ni condena alguna.

La aplicación de la doctrina de la Seguridad Nacional se lleva a cabo cuando se produce la ruptura del orden constitucional y se desata el terrorismo de estado, doctrina ésta que fue jurada por los jueces de aquel entonces (Medina, Pérez) que hoy en día mal pueden hacer justicia si fueron parte de ese plan de exterminio.

Cuando en un país se hacen desaparecer 30.000 personas estamos frente a un verdadero genocidio.

Hombres, mujeres, jóvenes, ancianos y niños fueron salvajemente torturados y asesinados en los campos de concentración de la dictadura militar. Este plan fue ejecutado fríamente para imponer un plan económico. Para ello era necesario destruir las organizaciones del pueblo, quebrar todo tipo de resistencia ideológica en contra de esos objetivos, destruir los sindicatos, clausurar los partidos políticos, anular el poder legislativo y producir el máximo apagón cultural que recuerde nuestro país.

En Salta funcionaron como centros clandestinos de detención las comisarías 1ª, 3ª Y 4ª, la jefatura de Policía, la delegación de la Policía Federal y el paraje Palomitas, entre otros».

El juez Medina los libera

«Estado actual de la causa: la investigación originaria de la muerte de Eduardo Fronda fue abierta con el número 84308/75 y luego reabierta con el número de expediente 481/05 en la Justicia Federal de Salta. Hasta hace unos días la investigación fue solo un número.

El juez Medina tomó inicialmente la causa por el homicidio calificado de Eduardo Fronda y recibió la indagatoria de los imputados Joaquín Guil y Juan Alzugaray y les concedió una libertad simple (¡!).

Luego esa causa estuvo a su cargo durante un año y jamás dictó procesamiento en contra de los policías asesinos. Recién en octubre de 2007 la pasó al juez Abel Cornejo quien ordenó la prisión efectiva de Guil y Alzugaray -asesinos de Eduardo Fronda– y los procesó por homicidio calificado.

Sin embargo hace unos días la Cámara Federal de Salta (integrada por los jueces Aguilar, Pérez y Loutayf Ranea) le otorgó la prisión domiciliaria a Guil.

Un día como hoy (NdR: o sea un 8 de enero) Guil y Cia, su banda de comisarios asesinos, mataba impunemente a Eduardo Fronda. Y hoy Guil está en su casa. Y nosotros, los familiares de Eduardo llevamos 33 años esperando justicia.

A Eduardo Fronda lo mataron de la forma más cruel. Pero no sólo lo mataron a él, también mataron su lucha por un país mejor, sus sueños, sus ideas. Y a esta familia que nunca más volvió a ver el sol, y que solo espera justicia».

Notas relacionadas:

– Eduardo Fronda y Luciano Jaime: crímenes vinculados

http://www.salta21.com/spip.php?article33

– Avanza la causa por el asesinato de Fronda

http://www.salta21.com/spip.php?article39

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