Mientras esconden el número de suicidios de nuestros chicos y de los no tan chicos para evitar una psicosis colectiva haciendo la vista gorda por temor a hacerse cargo de tremenda realidad, ahí estás legislador legislando la cultura de la muerte.
¿Qué legislan? ¿Qué debate pretenden algunos funcionarios públicos? ¿Velan por el bien del pueblo?
No dejamos en paz a los niños, a los adolescentes, a los jóvenes:
“Vamos a regular una demanda del mercado y por lo tanto social”;
“buscamos consensuar la legislación de los matineés”- dicen estos emisarios de no sé quién, porque evidentemente no están con los necesitados, débiles, pobres o excluidos y mucho menos del lado de la familia. ¿De qué lado están estos emisarios?
No se pudo controlar anteriormente el negocio de “ dispersión de nuestros chicos”.
¡Qué ceguera! No se llega a regular y controlar el consumo de vicios menores como el alcohol y el tabaco, que no por ser menores dejan de causar estragos entre nuestros chicos y no tan chicos. Ni hablar de vicios mayores ante los cuales parece que cualquier intento por erradicarlo se encuentra superado de antemano.
¿Qué vas a legislar, legislador? Si la droga y las armas están al alcance de la inmanejable voluntad de nuestros chicos: ¿la diversión de nuestros pequeños?, ¿el negocio de algunos mayores?
¡Estás legislando la muerte! Mientras se esconden los números de los suicidios de nuestros chicos y los de los no tan chicos, tratando de evitar una psicosis colectiva, o haciendo la vista gorda por temor a hacerse cargo de tremenda realidad, ahí estás legislador, legislando la cultura de la muerte.
¿Qué esperás del matiné? ¿Que sea la diversión sana, pacífica, entre amigos que atan afectos para ayudarse en la vida, o que sea un apoyo a la estabilidad de las familias? ¿No has visto cómo quedan nuestros chicos en estas salidas?
¡Por favor, te imploro, te suplico legislador, legislá la vida para nuestros chicos!
Matinés: ¿qué legislás, legislador?
Seguramente algún funcionario público en connivencia con empresarios ya habrán arreglado como sacarle jugo a miles de niños y jóvenes preparándolos e iniciándolos para la «diversión» nocturna; es sabido que un adolescente no quiere ir al matineé a tomar Coca Cola; que está en proceso de formación y maduración y por lo tanto adolece, es más permeable a adquirir cierto tipo de conducta ya sea para tener mayor seguridadad o como necesidad de afirmarse individualmente para ir consolidando su personalidad, empiezan como consumidores sociales o tambien por la necesidad de pertenencia a un grupo, si todos fumsn o fuman porrito o toman vino o cerveza para no quedarse out o para no ser caretas,forros,nerds o maricones,etc. Muy lucrativo negocio.La noche ahora ya no es la de antes ni tampoco los chicos;los empresarios conocen y provocan el aumento drámático del consumo y de ahí la propaganda o al revés(la propaganda incita al consumo en los jóvenes y niños(las cervecerías aumentaron las ventas 300 o 400 por ciento hace unos años,ahora seguramente más), proceso de decadencia neoliberal iniciado en en los ultimos 18 años dentro del cual los medios de comunicación como la televisión tienen mucho que ver, poque vieron las inmejorables oportunidades oportunidads de mercado, ni nhablar del paco(nada se pierde todo se transforma,hasta el desperdicio de la cocaína es visto en términos de oferta y demanda)anulando conciencias y generando seres no pensantes, y si se mueren mejor, un pobre menos,casi mutantes.Entonces algunos ganan mucho y ya sabemos quienes pierden todo.Hay otras formas de recrear a los adolescentes, por ej oon el deporte y la cultura;habilitando canchas de voley, básquet y fútbol de salón iluninadas en los barrios como forma de contener el ímpetu juvenil alejandolos de los falsos paraísos que propone la noche de este modo.Hace falta un cambio cultural profundo desde el Estado, que gobierne y desde la escuela y el hogar,agentes de socalización primaria, también desde O.N.Gs y desde grupos de acción barrial todos organizados.