Estos herederos, en la mayoría de los casos no poseen el mínimo de militancia partidaria, es más, muchos ni siquiera conocen la ubicación física de la sede.
Todos observamos que en los últimos diez años, los cargos políticos electivos en muchos casos se convirtieron en una dinastía o una empresa familiar que pasa de padres a hijos y esposas:
En mi última publicación, que la titulé “Sentido de pertenencia” *, redactaba sobre los procesos de mutación que sufría un ciudadano al cual le nacía la vocación de ser representante del pueblo, este individuo pasó de ser un ciudadano común a ser un ciudadano con privilegios y ganancias que antes no conocía, lo primero que hizo fue mudarse de su lugar de origen, a poblar countries.
La bicicleta en que se movilizaba en su barrio, se transformó en una 4×4 último modelo, y varios beneficios que en forma conveniente supo adquirir.
Gracias a esa publicación recibí algunos llamados, anónimos, los cuales me reprocharon y en algunos casos recibí hasta amenazas, vaya democracia!!!, al fin y al cabo lo único que escribí es la verdad la cual ya todos conocen, pero muy poca gente se atreve a decir públicamente.
Ahora quisiera entrar en el tema de la herencia política. La palabra herencia, tiene varios significados, según su orientación se puede decir que: sería el traspaso de bienes y propiedades y hasta de las deudas de una persona que fallece, también existen herencias genéticas, herencias culturales, etc.
Hubo en nuestra historia grandes políticos que nos dejaron, sus legados para que las generaciones por venir siguieran el derrotero que ellos iniciaron (Perón, Balbín y El Che, solo por nombrar algunos)..
Podríamos nombrar muchas clases de herencias, pero me voy a referir a una en especial, es la que pasa de familiar a familiar en el campo de la política.
Resulta que en principio es el jefe de una familia, por lo general el padre, quien comienza con las actividades proselitistas, pasado el periodo del cual fue electo (4 años), y si no hay reelección, inmediatamente postula a su hijo o a su mujer, para que ocupe el sitial que el mismo dejó; por lo general este movimiento se lo realiza por herencia, sin ninguna preparación previa, y sin anestesia.
Estos herederos, en la mayoría de los casos no poseen el mínimo de militancia partidaria, es más, muchos ni siquiera conocen la ubicación física de la sede.
Sus padres los postulan siguiendo los dichos de Maquiavelo: “es mejor que esa forma de gobierno sea hereditaria porque así el príncipe que hereda al otro, no cambiará el sistema, y las riendas del poder serán siempre aceptables» (claro para ellos).
Injusticia suprema en estas postulaciones a dedo, en el camino quedan relegados, hombres y mujeres que por no ser familiares, no poseen las cualidades genéticas para sucederlo, y estos militantes, sin embargo dedicaron sus vidas a una causa, vivieron y durmieron en el partido, para que al final salgan favorecidos el hijo de, o a la mujer de.
Entonces esto se convierte en una monarquía , proveniente de la misma familia, y el cetro de mando pasa de un miembro a otro, sin que el verdadero militante, o el hijo o hija de Doña María, tenga la mínima posibilidad de concretar sus justas aspiraciones.
La herencia en política no garantiza la buena gobernabilidad y el bienestar del pueblo, solo deja al desnudo las ansias desmedidas de no perder las riendas del PODER.
La pregunta lógica queda flotando en el aire; para qué querer tener más y más. Existe una ley suprema que es la más justa, y es la del “metro ochenta”, la cual debemos cumplir todos, sin excepción, desde el que empuja el carrito para juntar cartones para conseguir su sustento diario, hasta el que tiene una flota de 4×4, grandes cuentas bancarias, campos, etc, etc, de esta vida nada nos llevamos, solo nuestra sombra y dejamos el recuerdo.
Dijo nuestro Papa Argentino Francisco: “Nunca vi un camión de mudanzas detrás de un cortejo fúnebre”.
* Retitulada: «El antes y el después de un candidato»
http://www.salta21.com/El-antes-y-el-despues-de-un.html
– Por Pedro Martínez
Conciencia Ambiental Tucumán
concienciambientaltuc@hotmail.com