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sábado, noviembre 23, 2024

Dakar / muerte

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Se levantaron las voces de referentes sociales en contra de este rally que consideran está lejos de ser un deporte, pero cerca de ser una auténtica carrera de la muerte.

Grandes trabajadores y defensores del deporte y del medio ambiente consideran que el Dakar está lejos de ser un deporte, mucho menos de cuidar y preservar nuestro medio ambiente.

Consultados por nuestro medio la profesora Claudia Correia (profesora educación física) el ambientalista Pedro Martínez, titular de Conciencia Ambiental Tucumán, y Lucas Cerúsico, reconocido entrenador de altetismo, coincidieron en que esta modalidad de carrera extrema dista mucho se ser considerado un deporte.

Dice Correia: «el deporte es parte de las actividades habituales en todo ser humano, tan es así que se lo define como una materia en todos los niveles de la educación, el deporte tiene el concepto indispensable de preservar la vida misma, de mejorar la salud y de evitar todos los riesgos, aunque estén; si bien es cierto existen los deportes extremos, no menos cierto es que en todos y cada uno hay una reglamentación estricta. Tristemente en esta modalidad de carrera se ve año tras año la muerte de participantes o de auxiliares que trabajan en dichos eventos».

Cerúsico cuestionó: «antes de realizarse entre Argentina y Chile, el Rally Dakar se corría en el continente africano y además tenía a la ciudad de París incluida en su nombre. Más de cincuenta muertes y numerosas denuncias de organizaciones sociales, políticas y ambientalistas, lograron el desprestigio de esta competencia en Europa y África, obligando a cambiar el recorrido».

Una de las denuncias con mayor difusión fue la realizada en el 2005 por 24 organizaciones no gubernamentales, ecologistas y sindicales que suscribieron un manifiesto pidiendo la supresión del rally. Allí sostienen, entre otras cosas, que el Rally Dakar se trata de un “rodeo publicitario en el continente de la pobreza” y critican la “utilización de África, destrozada por el SIDA, el hambre y el endeudamiento, como terreno de juego”.

Martínez, por su parte consideró lo siguiente: «el deporte y el medio ambiente, están íntimamente ligados, el deportista es una de las personas más aptas para transmitir valores ambientales, ya que no tiene fronteras, ni creencias religiosas, ni políticas, es universal, esto convierte al deportista en un gran difusor de los preceptos ambientales. Caso contrario a lo que sucede con esta modalidad al que se lo desea acercar al deporte; ya que al lugar verde por donde pasan, dejan sus huellas, modificando la naturaleza misma por donde circulan».

Aparte no se evalúan los daños arqueológicos y paleontológicos y sobre la biodiversidad, esto se sustenta en informes oficiales y académicos que demuestran daños irreparables.

Este tipo de competencias dejan visibles daños físicos por la ruta donde pasan y grandes impactos.

Los daños ambientales provocados por semejantes maquinarias son sumamente prejudiciales para el hábitat del lugar y para la vida misma de cada participante.

Todos los años debemos lamentar y leer en los medios de comunicación que se perdieron vidas humanas, si bien es cierto, la decisión de participar es personal.

Esta carrera me hace recordar a las películas de ciencia ficción en las que se participa en las “carreras de la muerte”, donde es sálvense quien pueda y el ganador obtiene la libertad. Con la naturaleza no se juega, a la larga o a la corta nos cobra los daños que les provocamos.

– Pedro Martínez

Conciencia Ambiental Tucumán

– Claudia Correia Profesora Educación Física

– Lucas Cerúsico, entrenador de atletismo

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