La bella sexóloga portorriqueña llegó a nuestra ciudad la noche del jueves 16 de agosto en el Teatro del Huerto para presentar su charla “Encuentros y desencuentros”, sobre el sexo en la pareja. Sin pelos en la lengua, habló sobre sexualidad y sensualidad.
En una sala distribuida con un 80 % de mujeres y un 20 % de hombres, Alessandra arrancó con el tema del placer cerca de las 22:30 para finalizar dos horas después. El principio del placer fue uno de los referentes claves del show sexual de Rampolla, tan bonita como animada para referirse a problemáticas que hacen cosquillas o ponen coloradas a las personas a la hora de encarar el placer sexual.
Cómo permitirnos el placer cotidiano implica en primer término aprender a diferenciar sensualidad y sexualidad. La sensualidad es la estimulación de los sentidos y no siempre es erótica mientras que la sexualidad, es el acto de erotismo y seducción, y siempre es sensual. “Si el sexo es fácil y cómodo nos aburrimos”– dijo Rampolla.
De esta manera abrió el juego para hablar de los cinco sentidos y sobre cómo estos se involucran en lo sexual, cómo estimular cada uno de ellos depende de una marcada creatividad. No faltaron las recomendaciones sobre cómo hacerlo en el plano táctil, mediante el uso de lubricantes, calor y felación; con el olfato a través de velas perfumadas, incienso y perfumes corporales, así también el aroma 
vaginal y testicular como importantes afrodisíacos sexuales; con la vista remarcó la importancia de la actitud y la expresión (gestos y ademanes), lencería, iluminación adecuada para camuflagear y sugerir, uso de espejos entre otros elementos; en lo auditivo el manejo de palabras que puedan reconectar con lo afectivo, el uso de “cochinadas” extracotidianas que sólo se emplean en momentos de calentura… y la estimulación del gusto, a través del uso de todos los alimentos (chocolate, dulce de leche, miel…). Y agregó el sexto sentido: la imaginación, por la cual es posible la variedad y la novedad sexual. Aclaró que la fantasía sexual nace del cerebro y que una buena “literatura” sobre el tema permite abrirlo.
Las intervenciones con el público fueron permanentes y les pidió realizar una experiencia con el chocolate que se repartió a algunos del público al ingreso: comer uno y luego detenerse en saborearlo, desearlo, desnudarlo…como debiera ser la experiencia de desnudar al otro para tener sexo, sobre todo tratándose de tu persona favorita en el mundo.
“Si el sexo deja de existir deja de existir la pareja”– aseveró Alessandra- y largó un recetario sobre señales de alerta.
Dijo que al principio de una buena relación se logra una excelente conexión porque ambos hablan el mismo idioma, algo que se deteriora cuando se está en crisis, por lo que no hay que perder de vista la comunicación con la pareja.
Acentuó la importancia de realizar ejercicios sexuales con el músculo pubococcigeo para mejorar los orgasmos y pidió al público tal experiencia para comprobar que se había interpretado de qué se trataba. Aconsejó que la mujer los realizara unas 300 veces al día, al igual que el hombre para controlar la eyaculación y potenciar el placer sexual. Cuando el hombre detiene su orina voluntariamente, ese es el punto en el que encuentra el músculo del control…
“El sexo no es algo espontáneo”– aseguró. Y es un punto clave para entender por qué a veces se fracasa en la convivencia: cuando se deja de planificarlo.
El hombre es por tendencia falocéntrico, explicó. Pero el placer testicular se asocia a la penetración vaginal, en ambos casos ni mujeres ni hombres alcanzan el placer sexual. El órgano del placer sexual en la mujer es el clítoris mientras que el del hombre es el pene, la estimulación de ambos órganos genera el placer, aunque esta información es poco consabida y poco practicada… tal es así que aconsejó el intercambio de información.
No faltó la presentación de la vulva mediática y conocida como “Bamba”, las preguntas del público, las frecuentes dudas en la consulta y el uso de juguetes sexuales. El humor estuvo presente y por supuesto, de cara a las cosas, Alessandra Rampolla se animó a contarlo todo. Habló sobre sus propias experiencias, sobre la calidad de vida y sobre las elecciones de pareja: no siempre está bueno quedarse con el lindo, el trabajador, el titulado… sino también con aquel que te mueva de lugar el clítoris… Si las madres aconsejaran a sus hijas mejor, la felicidad sería múltiple.
El punto G del hombre fue un tema, “se debiera tratar del Punto P”– dijo. Y sobre ello señaló que hay muchos prejuicios pues descubrir ese punto de goce, implica dejar que tanto la mujer como el hombre practiquen un tipo de sexualidad diferente.
Todo forma parte de un proceso de conocimiento y autoconocimiento. Sugirió incluso tomarse fotos para redescubrirse (y luego eliminarlas, claro). Dijo que por suerte, se encontró con un público salteño que se animó a hablar de sexo, aunque le habían dicho todo lo contrario.
Rampolla pide creatividad. Es como si hacer el amor con tu persona favorita en el mundo fuese todo un arte. El placer es el único premio que no se obtiene por concurso.
Una excelente charla sobre sexo que puede ayudar a salvar algunos desencuentros siempre y cuando estés con tu persona favorita en el mundo. Si no, disfruta- como dice Rampolla- de un par de revolcones y nada más…
