– EL NACIONAL – Martes 06 de Enero de 2009 Ciudadanos/1
El cierre de las emergencias, la transferencia al ministerio y la falta de equipos colapsan los centros de salud
– Por LEIDYS ASUAJE (lasuaje@el-nacional.com)
Nathasha Colina ha intentado tener a su primer bebé en seis salas de parto. El déficit de incubadoras para el cuidado intensivo de neonatos en Ocumare del Tuy, donde está localizada su residencia, la obligó a hacer una procesión por los hospitales de Caracas, pero en la capital del país el problema es otro: nueve emergencias están parcialmente cerradas o las cunas son insuficientes.
Sobre una camilla y aferrada a los brazos de su suegra, Colina hacía ayer la cola para ingresar a la Emergencia Obstétrica del hospital Pérez Carreño. Sin embargo, delante tenía un grupo de 15 embarazadas que también presentaban complicaciones de alto riesgo. «Fuimos al Centro Médico de Ocumare, a las clínicas Paso Real Las Acacias, la Maternidad Concepción Palacios, el Hospital Militar y el Clínico.
El viernes nos atendieron en el Pérez Carreño y nos citaron para hoy; lamentablemente, la cuna se la dieron a otro bebé», relató la paciente.
Sofía Crocco, médico adjunto de la sala de urgencias obstétricas del hospital, recibió la orden de atender a las parturientas en pasillos, camillas o sillas de ruedas. No obstante, reconoce que se está contraviniendo el principio de asepsia, una de las máximas en los pabellones quirúrgicos. «Estamos funcionando al doble de nuestra capacidad. En la sala de parto hay 7 camas y tenemos ahora mismo 20 partos», dijo Crocco.
El cierre parcial de la emergencia de la Maternidad Concepción Palacios, debido a un bote de aguas negras, ha aumentado el ruleteo de las embarazadas. En el Pérez de León, las madres se rotan las camillas según la urgencia del caso. Después, hay pocos minutos para el reposo. «Tenemos la orden de no referir a pacientes que han sido remitidos de varios hospitales, y como no tenemos camas les ofrecemos sillas. Así sea en el piso los atendemos», explicó Mayra Peñuela, jefa encargada del servicio de Emergencia.
Transferencia sin médicos. En el Victorino Santaella, en Los Teques, el vía crucis está asociado con la centralización de los hospitales. Por los pasillos del servicio de traumatología marchaban ayer decenas de pacientes, que finalmente no fueron atendidos porque el área no contaba con especialistas.
«Vine ayer y me dijeron que regresara hoy porque no estaban haciendo placas. Entonces fui a Corposalud, pero el médico está en Cuba; hoy, que vuelvo al hospital, no hay médico», se quejó María de Oropeza, adolorida por los hematomas de un choque que sufrió el 26 de diciembre.
Benedicto Bastidas tampoco ha tenido suerte en los centros de salud de Los Teques. El 31 llegó a la unidad de traumas del Victorino Santaella para la revisión de una placa, y regresó ayer para ver si con el fin del asueto se acababa el ausentismo laboral. «Aquí nos han mandado para todos los pisos del hospital y en Corposalud nos dijeron que el médico vuelve dentro de un mes», añadió.
Mientras, Miguel Álvarez fue llevado al hospital en el techo de un camión 350, porque en el Centro de Atención Integral de Paracotos no disponían de ambulancias para trasladarlo desde la carretera de San Pedro.
Nelly Torres, médico de la Emergencia, confirmó que con la transferencia al Ministerio de Salud renunciaron 5 de los 12 médicos del servicio. Además, los profesionales han luchado con la escasez de productos de uso común, como potasio, solución fisiológica y gasas. «El 27 de diciembre estuve de guardia a solas.
Sin traumatólogos ni residentes ni intensivistas», relató la especialista.
