16.4 C
Salta
sábado, abril 20, 2024

Cacho Buenaventura está medio Crazy

Notas más leídas

El viernes 3 de octubre por la noche, a las 22 hs., el Negro presentó el espectáculo “½ Crazy” en el Teatro del Huerto. Con sala colmada de espectadores alegres, la función llegó hasta las 24, 30 de la noche. Si hubiese volado una mosca, nos hubiésemos reído de ella. En este sentido, Cacho Buenaventura lo logró plenamente. Crazy y medio.

A los 52 años, el Negro tiene más anécdotas de vida, más experiencias sencillas desde donde hace humor. Colocarse como personaje de las historias puede ser de mucha exposición: hablar de sus hijos, del amor con su esposa, de sus nietos, del vecino, de los compañeros de villar, de esos personajes solitarios y humildes que transitan su ciudad… Sin embargo, en esa cotidianeidad que le imprime, logra encontrar una singularización genial para hacerlo.

El toque de distinción de Cacho Buenaventura es la singularización. Logra poner lupa a esas situaciones y personajes que no somos capaces de “mirar”: la Cansadora, aunque así llame a su esposa, se nos vuelve, en la estructura humorística del chiste, una mujer de historietas, un personaje más. Saca de lo particular, de ese universo propio, lo que hay día a día en el universo de cada uno para hallar rasgos generalizadores.

La verdad es que creo que este artista se ha ganado un lugar muy importante entre su público. Y párrafo aparte merecen sus historias médicas: cómo se vive el control clínico, los exámenes de rutina, los diagnósticos. Reírse de lo malo y de lo bueno es una actitud sana. Perder la solemnidad del miedo a las enfermedades y a la muerte es prácticamente una lección moral.

Las tiernas humoradas sobre su nieto y la llegada del hermanito, los ponen a este nono, patas para arriba. Pero desde una experiencia madura, te enriquece. Te dice que más importante es charlar con tu nieto y salir con la familia al zoo que ver Crónica TV. Hay críticas sanas al cómo vivir diariamente sin enfermarse. Trabaja con lo antitético como visualizador de la mirada positiva y triunfalista frente a la vida.

Como buen caradura: canta. No es lo mejor de su show, es un condimento. Lo acompañan cuatro músicos, entre los que se encuentran dos jóvenes que se han incorporado recientemente. Uno de ellos es hijo de Pacheco que trabaja junto al Negro hace 36 años; y entre otro de los más antiguos, se encuentra Salazar que hace diez que está en el show.

La serenata final, dedicada a las mujeres y que resignifica el romanticismo cliché, rompe la idea de los hombres frente al absurdo de esta estrategia y se ubica en el lugar de un tercero seductor que le da a ellas lo que ellos no. Y se mete a las mujeres en el bolsillo. Quién no muere a los pies de un hombre que hace locuras hermosas para seducir…

¿Vivir para el dinero? Retoma la idea de la igualdad frente a la muerte. Ricos y pobres se igualan en ese lugar. La anécdota del cajón pequeño para ese hombrón que no cabía en él, fue tan disparatada y tragicómica que la moraleja salta por sí misma.

De sí mismo se ríe siempre como cuando dice: “de chiquito era precioso…” Y cuenta que lo sacaban tanto que en una de esas veces, lo cambiaron…

Alguien se preguntará después de leer esta nota: dónde está el humor. Voy a seguir el consejo del Negro de no salir a contar los chistes que escuchamos porque van a pensar que estamos loquitos. Además de ser irreproducibles porque están puestos dentro de un contexto, al talento lo tiene él.

– Dato: a Cacho le gusta comer empanadas salteñas.

Leer también:

https://www.salta21.com/spip.php?article192 “Contra una persona contenta nadie puede”- dice Cacho Buenaventura

Artículo anterior
Artículo siguiente

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -spot_img

Últimos Artículos