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domingo, diciembre 22, 2024

“Change in the indexation formula” (¿Lo qué?)

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El pasado 10 de noviembre de 2016 se conoció en Buenos Aires el informe anual del FMI, luego de que éste organismo interviniera directamente en el análisis de las cuentas fiscales Argentinas, lo que durante más de diez años no se le había permitido.

En particular se hizo conocer el denominado Capítulo IV, que analiza en detalle la situación del país, y efectúa recomendaciones precisas sobre lo que –en opinión de sus técnicos- debía hacer el gobierno nacional.

Sólo para dar un parámetro de hasta dónde llega el intervencionismo de este poderoso holding financiero extranjero, puede leerse al final de ese trabajo –textualmente-: “Change is everywhere. … economic agents are once again believing in the official word” (Algo así como “El cambio está en todos lados y los agentes económicos creen una vez más en la palabra oficial”). Los agentes que se mencionan, obvio, son ellos mismos.

Ese paper menciona reiteradamente el populismo del gobierno anterior, su intervencionismo, la falta de credibilidad en el INDEC, la necesidad de reducir retenciones a los exportadores, y la reforma laboral pendiente.

Estas líneas esbozadas detalladamente en esa radiografía de la economía nacional hecha por extranjeros espías –entre otros temas no menos importantes- son ni más ni menos que los renglones principales del catecismo que recitan como loros los funcionarios nacionales –con MACRI a la cabeza- desde hace justamente un año, y claro, no es una casualidad sino el cumplimiento de un mandato.

Veamos más de cerca parte del texto que analizamos, con la imperiosa necesidad de hacerlo en inglés y aclararlo, para comprender que lo que afirmamos es cierto.

Por ejemplo se indica como impostergable en materia previsional: “Change in the indexation formula” (cambio en la fórmula indexatoria), precisamente lo que acaba de proponer el presidente, que rebajará hasta un 20% las jubilaciones y pensiones.

Otro caso patente de la obediencia –no debida- del gobierno nacional al FMI, lo constituye el requerimiento: “Reduce the marginal tax rate on labor” (reducción de aportes patronales en el trabajo), otro proyecto anunciado por el mismo presidente.

Y hay más. En otro párrafo se puede leer: “A gradual increase of retirement age for women” (incremento gradual de la edad jubilatoria para mujeres), lo que no puede ser una casualidad en materia de anuncios ¿verdad?

Y así se podría seguir analizando el citado informe, y se podrá comprobar que nada o casi nada de lo anunciado por el primer mandatario Argentino es de cosecha nacional, sino el dictado milimétrico de un modelo de País hecho por el FMI para pocos. El viejo anhelo de la Patria Chica agroexportadora para la gente como uno.

Como al presidente MACRI se le ha dado ahora por decirse peronista, resulta atinado que le hagamos recordar algunas palabras del mismo Juan D. PERON: “Cuando en 1946 me hice cargo del Gobierno, la primera visita que recibí fue la del Presidente del Fondo Monetario Internacional que venía a invitarnos a que nos adhiriéramos al mismo. Prudentemente le respondí que necesitaba pensarlo y enseguida, destaqué a dos jóvenes técnicos de confianza del equipo de Gobierno (…) El resultado de este informe fue claro y preciso: en síntesis, se trataba de un nuevo engendro putativo del imperialismo. (…) Este Fondo, creado según decían para estabilizar y consolidar las monedas del “Mundo Libre”, no ha hecho sino envilecerlas en la mayor medida. Mientras tanto los Estados Unidos se encargaban, a través de sus empresas y capitales, de apropiarse de las fuentes de riqueza en todos los países donde los tontos o los cipayos le daban lugar” (Juan D. Perón. 1967).

También podemos citarle estas otras: “Si yo entregara el país, me dijo un señor (Braden), en una semana sería el hombre más popular en ciertos países extranjeros. Yo le contesté: A ese precio prefiero ser el más oscuro y desconocido de los argentinos, porque no quiero, y disculpen la expresión, llegar a ser popular en ninguna parte por haber sido un hijo de puta en mi país. (…) Por eso luchamos y seguiremos luchando contra el diablo si fuera necesario. Pero el país la vamos a salvar o nos vamos a hundir con él, pero no lo vamos a entregar. (…) Esta es una carta que se juega una sola vez en la vida, pero no debemos olvidar que estamos escribiendo la historia de la Nación. Si hemos guerreado durante 20 años para conseguir la independencia política, no debemos ser menos que nuestros antepasados y debemos pelear otros 20 años, si fuera necesario, para obtener la independencia económica. Sin ella seremos siempre un país semicolonial”. (7 de agosto de 1945. Perón a sus camaradas de armas).

No hace falta ser un genio –basta con la simple y llana lectura del trabajito del FMI y su cotejo con los anuncios grandilocuentes del presidente- para darse cuenta que el ingeniero está oficiando de vulgar mandadero del imperio, y que de peronista o defensor de la Nación no tiene absolutamente nada.

Tampoco hay que hurgar demasiado en la historia reciente de la Argentina, para comprobar que finalmente y luego de unas décadas, lo que a mediados de los años cuarenta en el siglo XX fuera la fracasada Unión Democrática, es la misma estructura que, fortalecida increíblemente por los votos que no le alcanzaran entonces, nos está gobernando hoy.

Y tanto se parecen a los impresentables de entonces, que el inverosímil “Club del Progreso” (generalmente dedicado al progreso económico de sus integrantes y allegados), acaba de incorporar el presidente MACRI como socio. Toda una señal paqueta del más absoluto cipayaje entreguista.

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