La crisis que vive la Universidad Católica de Salta recrudeció con la solicitada en la que el Claustro Docente de la Facultad de Ciencias Jurídicas se dirigió al Canciller de la UCASAL, monseñor Mario Cargnello. El rector, Alfredo Puig, muy molesto.
La solicitada está fechada el 1º de abril, pero fue publicada en medios gráficos locales la semana pasada. Está dirigida A S.E.R. («su excelencia reverendísima») MONSEÑOR MARIO A. CARGNELLO EN SU CARACTER DE CANCILLER DE LA UCASAL (Ndr: este es su título), en los siguientes términos:
Los integrantes del «Claustro Docente de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Católica de Salta», vienen por este medio a manifestar su más profunda preocupación frente a la tan inédita como innecesaria situación de confrontación en la que hoy se ve sumida la Universidad (incluso con trascendencia a los medios masivos de comunicación).
Advierten en primer lugar y con toda nitidez que esa situación se origina en una inexplicable e irregular actitud de desconsideración y hostilidad en el trato dispensado a los Docentes de la Universidad, la mayoría de los cuales ha dedicado gran parte de su vida a la consolidación y crecimiento de la UCASAL.
Ello, mediante sorpresivas reestructuraciones (inconsultas con los Departamentos Docentes e inoportunas por su concomitancia con el comienzo de las clases), sumadas a otras sorpresivas notificaciones de desvinculaciones docentes, o de intimaciones a gestionar jubilaciones, o de ambas cosas simultáneas (en contradicción al régimen legal vigente) e inmediatos reemplazos sin los reglamentarios concursos previos. Todo lo cual, con formalidades que guardan absoluta discordancia con el mérito, la jerarquía y la dignidad genuinamente forjada durante décadas en el ejercicio de las funciones docentes y sin adentrarnos en la consideración del elemental estilo de formas que demanda la gestión de cualquier institución educativa y, obviamente, la conducción de una Universidad que medianamente se precie de humanista (Ni que hablar de una Facultad en la que además de la «Ley», se enseña lo atinente al «Derecho», a la «Justicia» y a la «Equidad», con el propósito declarado y confesional de desterrar la arbitrariedad).
Por otra parte advierten también que el innecesario conflicto se lleva adelante con tal frialdad, que pareciera guiarse por el designio más profundo y subterráneo de soslayar los verdaderos problemas actuales de la Universidad, esto es: SU ESENCIA INSTITUCIONAL y LOS ALUMNOS.
En efecto, no se trata aquí de una desvelada defensa de viejos profesores resistiendo el inexorable paso del tiempo. Los reales desafíos que hoy enfrenta la institución universitaria radican en la necesidad de mantener seriamente su prestigio y genuina función académica (para no convertirse en una simple escuela terciaria financieramente competitiva según las tendecias de la actualidad); de readecuar su infraestructura al notable incremento de la matrícula (para superar la ya reiterada situación de alumnos empujándose al intentar sentarse a escuchar una clase de derecho); de EDUCAR en un contexto verdaderamente cristiano (trascendente al simple barniz de la la instrucción técnica elemental), conteniendo a los alumnos con la dignidad que merecen aquellos que en definitiva sustentan económicamente a la Universidad y constituyen el sentido de su existencia. Todo lo cual, no se concretará jamás si no se reorienta la conducción de la Universidad hacia un proceder auténticamente institucional, respetuoso de su estatuto y de sus finalidades, de sus reglamentos, de las leyes, de los derechos y de las dignidades de todos sus integrantes.
Por ello, formulan también su enérgico repudio a las actitudes antes descriptas y manifiestan su total solidaridad y compromiso con los docentes afectados, adhiriendo desde ya a las medidas programadas para lograr el reestablecimiento de las dignidades y de las normativas institucionales afectadas.
Finalmente, y dando por suficientemente evidenciados los extremos aludidos, que son de público y notorio conocimiento y que en términos generales coinciden con aquellos que han dado lugar a la primera convocatoria a huelga que hoy padece la universidad, requieren a S.E. (*Ndr: o sea «su excelencia», trato que le dispensan al «canciller» de la UCASAL, el «reverendísimo» Mario Cargnello, arzobispo de la iglesia católica de Salta y máxima autoridad de esa universidad confesional) que:
1º.- Ordene mantener el status quo con que los docentes de la UCASAL concluyeron el ciclo lectivo del año 2.008, disponiéndose expresamente el inmediato cese de las afrentas y desconsideraciones a los docentes y administrativos de la misma.-
2º- Conforme a los designios u objetivos de S.E., en el sentido de jerarquizar el nivel académico de la UCASAL, es que TAMBIÉN SOLICITAN QUE SE DISPONGA CONVOCAR A LA BREVEDAD POSIBLE, A LOS REGLAMENTARIOS CONCURSOS PÚBLICOS DE ANTECEDENTES Y OPOSICIÓN PARA LAS CÁTEDRAS QUE EL RECTORADO CONSIDERE MENESTER RENOVAR. Ello, tal como se vienen realizando en anteriores gestiones y prácticamente sin costo alguno para la Universidad.-
Ratificando en todos sus términos lo precedentemente expuesto, suscriben a continuación los profesores de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Católica de Salta y demás adherentes de otras Facultades.
Profesores de la Facultad de Cs. de UCASAL firmantes:
DR. EMILIO CORNEJO COSTAS
DR. VICTOR RENE MARTINEZ
DR. MARCELO TORRES GALVEZ
DR. FERNANDO SARAVIA TOLEDO
DR. ROGELIO W. SARAVIA TOLEDO
DR JOSE GERARDO RUIZ
DR. JORGE MONTENEGRO
DR. GUILLERMO DIAZ
DR. JUAN CARLOS NALLIM
DR. RICARDO NICOLAS CASALI REY
DR. JOSE E. DURAND MENDIOROZ,
DR. GUILLERMO CATALANO
DR. CARLOS GOMEZ RINCON
DRA. ADRIANA M. FIGUEROA
DR. JUAN CASABELLA DAVALOS
DR. CARLOS GENOVESE
DR. CARLOS COLQUE
DR. JUAN E. MOLINATI
DR. BENJAMIN PEREZ RUIZ
DR. EDUARDO J. VILLALBA
DR. DIEGO D´ANDREA CORNEJO
DRA. SILVIA G. DEL VALLE NALLIM
DRA. MARIA CECILIA MARTINEZ
DR. JOSE VIOLA MOROSINI
DR. JORGE SOSA VALLEJOS (h)
DR. JUAN DE DIOS A. ABDENUR
DR. MANUEL LOPEZ SANABRIA (H),
DRA. FLORENCIA CUNEO
DRA. CECILIA CABRAL
DRA. GRABRIELA NAYAR
DRA. MARIA EDIT NALLIM.
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Nota de Redacción : en su transcripción respetamos el contenido integral de la solicitada -incluso en el uso de mayúscula en el texto, lo cual es desaconsejable sobre todo en internet donde se prefiere resaltar con negrita-. Pero para aliviar su lectura (en los diarios la letra aparece muy pequeña por la extensión del texto y el tamaño del recuadro) le dimos aire entre párrafos (está más apretado en la publicación gráfica).
Respetamos vacilaciones como colocar con h minúscula la aclaración de que se trata del hijo y no del padre en un caso (Sosa Vallejos) y con H mayúscula en otro (Sanabria) y la colocación de acentos en algunas palabras escritas con mayúsculas y su omisión en la mayoría de los otros casos (la norma es ahora colocar las tildes en las palabras escritas con letra mayúscula reemplazando la costumbre de omitirlas que se instauró a partir de la imposibilidad de hacerlo con las antiguas máquinas de escribir).
También respetamos las mayúsculas con las que se escribieron los nombres de los firmantes, aunque los separamos colocando uno por línea, a diferencia del texto publicado en la gráfica, donde aparecen uno al lado del otro. Nos parece que de este modo se facilita la lectura y se identifica mejor a quienes firman la solicitada. Por supuesto que ésta no lleva las imágenes que colocamos nosotros para ilustrar esta nota.
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NdR II: Llama la atención que todos los profesores que firman la nota sean doctores. Esto estaría indicando un nivel de educadores altísimo en la Universidad Católica de Salta si son todos doctores en el sentido estrictamente académico del término, o sea si alcanzaron el grado máximo de toda carrera universitaria, por el cual hay doctores en física, biología o matemáticas. ¿Ninguno de ellos se ha quedado en un nivel de maestría o de especialista? ¿Todos han alcanzado el grado académico de doctores? En tal caso el cuerpo de docentes de la UCASAL estaría muy por encima de el que tiene la Unsa, donde no todos los docentes son doctores. ¿O es que acaso en un escrito que incumbe a lo académico los firmantes están usando la práctica vulgar de llamar «doctor» a un médico o a un abogado?. Averiguar este punto -o aclararlo- no sería una cuestión menor.
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Link:
Sobre el tema también se puede leer en esta página:
Cesantías, arbitrariedad, amenazas, y bajos salarios en la Católica
http://www.salta21.com/spip.php?article1748
