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miércoles, mayo 1, 2024

Dallas Buyers Club es una feroz crítica al sistema de salud privado en Estados Unidos

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Después de una catarata de premios recibidos por Matthew McConaughey y Jared Leto por sus interpretaciones en el film, llegaron los Oscar para ambos. A Matthew como mejor actor protagónico y a Jared como mejor actor de reparto.

Jean-Marc Vallée es un director de cine independiente que supo plasmar el problema del sistema de salud y de la industria farmacéutica a través de un film basado en la historia real de Ron Woodruf a quien le diagnostican SIDA en 1986 con un promedio de vida de 30 días. Si bien el protagonista es toxicómano y homófobo, da en la talla de un ser humano que lucha por su vida y en su afán por su supervivencia, se vuelve contrario a los de FDA, Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, quienes manejan la vida y la muerte de la gente en situación de enfermedad terminal.

Lejos de ser una película sobre las drogas o el sexo hay una crítica al sistema a favor de la vida de las personas que necesitan medicamentos para prolongar su existencia o tener una muerte más digna y que son sometidos a pruebas indeseables mediante las cuales les generan expectativas de curación. Y lo que hacen en realidad es crear una dependencia con la industria que provee AZT y como especie de muertos vivos, suplican ser medicados al riesgo de morir en la prueba o ser descartados por el sistema.

Sin embargo, el film arranca con una escena de sexo entre tres sin prevención en medio de una apuesta clandestina por la corrida de toros. Luego, el consumo indiscriminado de cocaína y alcohol por parte de Ron no sin antes haber pasado por un hospital para recibir un diagnóstico mortal. Entre la necesidad de solventar su tratamiento y la rebeldía contra FDA, el protagonista adquiere drogas ilegales en México y en otros países, que sirven para frenar la muerte. Forma El Club de los Desahuciados, el primero de una cadena de clubes que se abren en la ciudad. Para conseguir los medicamentos, recurre a todo tipo de astucias en complicidad con Rayon, transexual interpretado por Jared Leto quien también tiene SIDA. El tema de la homofobia se marca mucho en una sociedad llena de prejuicios y que el propio protagonista combate a fuerza de un cambio profundo. La guerra por los medicamentes termina en un tribunal y aunque el triunfo del sistema se avizora desde antes, al menos se logra encontrar un mejor uso del AZT que en dosis elevadas, era nocivo y causaba la muerte de los pacientes.

Las memorables actuaciones de McConaughey y Leto acompañadas de un buen libreto, son la combinación justa para una gran película. Matthew bajó más de 20 kg para el papel en el que se ve una verdadera transformación del actor que dejó atrás sus primeros rodajes de comedia romántica y se convirtió en un artista potente, jugado y sólido. Su performance artística viene dándose a partir de trabajos como Killer Joe (2008), Bernie (2008), El chico del periódico (2012) y Mud (2012), para llegar a su consagración definitiva con su última interpretación.

La escena final arriba de un toro es una metáfora de cómo Ron pelea por su vida. Muere 7 años después, pero con las botas puestas. Un film furioso, ágil y crudo.

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