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viernes, abril 26, 2024

Deficiente cobertura en el sistema de salud de la provincia

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Burocracia e ineficacia. Demoras y baja calidad de atención. Hacer plata con el dolor y el sufrimiento habla de una bajísima actitud humana y todos los días se ve gente desesperada y corriendo tras un derecho simplemente natural como es la salud.

Hay políticos y políticos, y a la medida de cada uno se visualizan frutos en el accionar diario de la función encomendada por el voto popular.

El sistema de salud en la provincia aún no alcanza un nivel óptimo, o al menos digno para los enfermos. Se han realizado grandes esfuerzos estructurales: hospitales, salitas, saneamiento de la cobertura social (IPS, prestadoras, etc..), pero el negociado, de esta necesidad básica para cualquier persona, termina minando tremendos esfuerzos que abarcan también a la profesionalización del agente sanitario en toda la escala organigrámica y al sector privado en todos los niveles.

¿Por qué digo esto? Hay muchos ejemplos que podríamos citar con autoridad y que a diario sufren los enfermos y parientes ante la situación dolorosa que causa la enfermedad.

Voy a redactar el caso de los “bagayeros de los remedios”, por ejemplo, que son aquellos que todos los días tienen que acudir en búsqueda de los remedios para reponer en casos de internación: es una sufriente procesión hacia la sede de la farmacia que debe proveer los remedios porque se paga una obra o seguro social; pero resulta que no todos los remedios están comprendidos en la cobertura y así continúa el rally por las farmacias para conseguir lo que se “adeuda” y de los descartables ni hablar: 0% de reconocimiento por parte del IPS; y de la nutrición ídem. El saqueo a los bolsillos del núcleo familiar y parientes es permanente.

En el caso de enfermedades graves se tiene la posibilidad de acudir a una junta médica (expediente de por medio) para que se considere la gravedad y la factibilidad económica del grupo familiar. Entonces se evaluará y se canalizará la “actitud benevolente” del sistema de salud, en cuestión, hacia estos desgraciados que no pueden abonar entre $200 y $500 diarios de cobertura descubierta por el sistema social de salud. En meses se tendrá una repuesta positiva o negativa si es que un burócrata de por medio (junta médica) no cajonea con su falta de sensibilidad el expediente que llegó a sus manos y se dio cuenta que existe después de casi diez dias de comenzado el trámite por la misma insistencia del que tramita.

Pero también existe la posibilidad divina de que el pariente desesperado se “tope” con algún administrativo ejecutivo de alto rango, y cuasi-humillación de por medio, este tocará sus contactos y activará el trámite en cuestión.

Podemos seguir hablando de números y actitudes que inmersas en el sistema de salud funcionan como pueden en la prestación de un derecho humano básico, garantizado y avalado por la constitución nacional y provincial y desde el cual se supone que se cuelga todo el sistema social de salud para que esta necesidad esté “saldada” para quien sufre el dolor de la enfermedad.

Voy a concluir diciendo que los números que se manejan en la salud son hiper-inflados por la simple razón que el negocio no se toca (o al menos hasta ahora) y que los que lucran con los enfermos (son como las bacterias de la meningitis, el virus del dengue, o algún cáncer), realmente le chupan la sangre a la dignidad de las personas. Hacer plata con el dolor y el sufrimiento habla de una bajísima actitud humana y todos los días se ve gente desesperada y corriendo tras un derecho simplemente natural como es la salud.

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