COVID-19 también llamado hCov-19, es una de las innumerables enfermedades infecciosas emergentes que son zoonóticas, lo que significa que se transmiten de forma natural de los animales a los seres humanos.
Cuando estas enfermedades se extienden a los humanos, la causa con frecuencia son los comportamientos humanos, incluida la destrucción del hábitat y el comercio ilegal de vida silvestre, siendo esta última la fuente del nuevo coronavirus SARS-CoV-2.
Este brote demuestra la necesidad urgente de poner fin al comercio mundial de vida silvestre.
Mercados para la enfermedad
Comprobado por recientes estudios científicos, el coronavirus SARS-CoV-2 pasó a través de un mamífero, tal vez pangolines (uno de los animales más traficados del planeta), antes de saltar a los humanos.
El profesor George Wittemyer, Biólogo de la Universidad del Estado de Colorado, en su reciente publicación, “El nuevo coronavirus surgió del comercio mundial de vida silvestre”, señala que “la propagación del virus a los humanos se produjo en un mercado húmedo en Wuhan, China, donde se comercian los animales vivos capturados en el medio natural, las especies silvestres criadas en granjas y el ganado donde se mezclan en condiciones insalubres y muy estresantes para los animales. Estas circunstancias son propicias para la infección y la propagación de bacterias y virus”.
“El brote actual es solo el último ejemplo de virus que saltan de animales a humanos. El VIH es quizás el ejemplo más infame, se originó en chimpancés en África Central y todavía mata a cientos de miles de personas anualmente”. Probablemente saltó a los humanos a través del consumo de la carne, como también al entrar en contacto la sangre infectada de los monos con heridas y cortes de los hombres durante las cacerías.
“El virus del Ébola es transmitido al ser humano por el consumo de carne de animales salvajes del África Occidental y se propaga en las poblaciones humanas por transmisión de persona a persona”. Sabemos que hay miles de especies virales que circulan en aves y mamíferos que representan un riesgo directo para los humanos, si consumimos su carne.
El comercio de vida silvestre ha diezmado poblaciones y especies durante milenios. La caza furtiva y el comercio con animales y partes de animales para alimentos, medicinas y otros usos, tiene un valor estimado de cerca de 20 mil millones de dólares anuales solo en China, que es el mercado más grande a nivel mundial para dichos productos.
“Mi propio trabajo, aclara Wittemyer, se centra en los elefantes africanos y asiáticos, que están gravemente amenazados por el comercio de vida silvestre». La demanda de marfil de elefante ha causado la muerte de más de 100.000 elefantes en los últimos 15 años.
”Los conservacionistas han estado trabajando durante años para poner fin al comercio de vida silvestre o hacer cumplir normas estrictas para garantizar que se realice de manera que no amenace la supervivencia de las especies, centrándose en detener el declive de las especies amenazadas. Pero hoy es evidente que este comercio también perjudica a los humanos”.
China y su consumo
En China, asegura Wittemyer, “las ventas y el consumo de animales salvajes están profundamente arraigados culturalmente y representan un sector económico influyente. Las autoridades chinas los ven como un generador de ingresos clave para las comunidades rurales empobrecidas, y han promovido políticas nacionales que fomentan el comercio a pesar de sus riesgos”.
El síndrome respiratorio agudo severo o SARS, una enfermedad causada por un coronavirus zoonótico transmitido a través de los mercados de vida silvestre, surgió por primera vez en la provincia de Gaundong, China en noviembre de 2002. A partir de ahí se propagó a más de 30 países.
Se deben prohibir «los mercados húmedos», denominación que hace referencia, en parte, por la sangre, tripas, escamas, orina, heces y agua que cubren el suelo, donde los animales vivos conviven con los restos de los que son matados in situ.
El propio secretario general de la ONU, Antonio Guterres, hizo una petición para que países como China, abandonen este tipo de mercados desde donde se disparó el virus que está aterrando a la población mundial.
En respuesta, el gobierno chino promulgó regulaciones estrictas diseñadas para poner fin al comercio de vida silvestre y sus riesgos asociados. Pero las políticas luego se debilitaron bajo presión cultural y económica, como sucedió actualmente con la aparición de COVID-19, la pandemia conocida como neumonía de Wuhan, se impulsaron reformas como una prohibición temporal al comercio y consumo de carnes silvestres, que ya fueron levantadas.
Opiniones
“Si juntas animales salvajes y los pones en un mercado con animales domésticos u otros animales, donde hay una oportunidad para que un virus salte especies, estás creando… una superautopista para que los virus pasen de lo salvaje a las personas. No podemos seguir haciendo esto. No podemos tolerar esto más. Estos mercados tienen que prohibirse”, afirma el Dr. Ian Lipkin, Experto en enfermedades infecciosas.
“Los animales salvajes y exóticos se mezclan con especies domesticadas en un entorno que debilita el sistema inmunológico de los animales, lo que genera una combinación de código genético que puede propagarse de una especie a otra”, según el Biólogo Kevin Olival Vicepresidente de Investigación de la EcoHealth Alliance y agregó, “aquí es donde se contraen enfermedades nuevas y emergentes que la población humana nunc había tenido antes”.
El profesor Wittemyer opina que estas medidas no son suficientes. “En mi opinión, poner fin al comercio perjudicial y peligroso de la vida silvestre requerirá una presión global concertada sobre los gobiernos que lo permiten, además de campañas internas, hace falta un cambio cultural para ayudar a poner fin a la demanda que impulsa dicho comercio”.
Video: imágenes del mercado de Wuhan donde se originó el brote y la alerta mundial
Advertimos que algunas imágenes y escenas perturbadoras que involucran animales pueden herir la sensibilidad de algunos observadores.
Conclusión
La mayoría de los animales transportan una variedad de patógenos: virus, bacterias y hongos que pueden causar enfermedades.
Esta crisis pone de manifiesto la fragilidad de nuestro planeta y los impactos globales del comercio ilegal de especies silvestres.
Es probable que esto sea un problema mayor en el futuro, ya que el cambio climático y la globalización alteran la forma en que interactúan los animales y los humanos.
Las naciones deben unirse para poner fin al tráfico de fauna y consumo de vida silvestre.
– Imagen de portada: Mercado húmedo de Wuhan, China donde se matan todo tipos de animales y se incubo el coronavirus SARS-Cov-2
– Por Prof. Norberto Ovando* y Gpque. Adalberto D. Álvarez **
* Presidente y ** Vicepresidente
Asociación Amigos de los Parques Nacionales (AAPN)
Expertos Comisiones Mundial de Áreas Protegidas (WCPA) y,
Educación y Comunicación (CEC)
Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN)