La pareja belga se lució con “Doble Tour” el miércoles 25 a las 22 en la Dávalos. El jueves 26 lo hizo “Tercer cuerpo” de C.A.B.A. Los títeres de Córdoba nos impregnaron con talento humorístico y creatividad. Los que huían del títere volvieron a creer.
A mi manera
Los creadores de “Juan Romeo y Julieta María” son Miguel Oyarzun Pérez y Carlos Piñeiro de “El Chonchón”, quienes merecen un bravísimo. Ponen en escena la clásica tragedia de “Romeo y Julieta” de W. Shakespeare. Con una satírica visión sobre el teatro, la política del INT, la religión y la historia, realizan una parodia de “Romeo y Julieta”.
Incorporan el gajs ocurrente “in situ” de lo que sucede, nombran a Ana (Parodi) que barre, corta boletos, actúa y hace las luces… o al Guaira Castilla y actualizan de manera permanente las localizaciones. Antes del comienzo de la obra se oye una grabación del INT que presenta el Festival, entonces se apagó justo en “nac” y no salió la palabra “nación”. Salen dos títeres presentadores y uno exclama: “deben ser los unitarios de siempre”. Hacen un recorrido de las obras que se vieron en este Internacional como cuando dicen “las chinitas de Tercer cuerpo muestran todo”, por el tema de cambiarse en los camarines. Inician la tragedia presentándola como “más que versión libre es un libertinaje”. Y así continúan: “en la bella Salta La linda, a orillas del claro Río Arenales…” y el público estalla de risa.
Esta tragedia ocurre en Salta y Shakespeare es cordobés. Realmente fantástico. Romeo exclama en un momento: “yo saco la espada porque es moda” o “el amor es más fuerte”, exacerbando la parodia al punto de hacernos desfallecer de risa, un humor inteligente y logrado.
Cuando salen los “títeres de los títeres”, incorporan otro elemento creativo. Ni qué hablar del “cura tercermundista” que va a casar a Romeo y Julieta vestido como el actual Papa, quien antes en sotana, se inclina ante Dios para agradecer que el INT mandó un subsidio y que tuvieron que pasar 200 años para que realicen un Festival…Entonces… frente a un ruido del más allá … el curita pregunta “Oh, Brambilla, ¿eres tú?” Julieta actúa su personaje y dice que se formó con “Stanis” y “Lavsky”, y en una de las escenas le dice a Romeo que no la deja concentrase en el texto mientras él le hace una marquita en el cuello… Uno de los presentadores (que hacen varios personajes) cuando representa al padre de Julieta, títere dentro del títere, se saca el personaje y dice que aprendió manipulación con Guaira Castilla (el nuestro). La escena en la que Romeo y Julieta hacen el amor es excelente y está muy bien planteada. E incorporan la temática del matrimonio gay cuando sale un patético Conde Pais a decirle a Julieta que habló con su padre para casarse y ella le dice “en Buenos Aires se puede…” La frase que sostiene la obra puede ser: “si la clemencia absuelve el crimen, la clemencia es cómplice” . 10 puntos para estos títeres. (Salón Auditórium- 20 hs. 26 de agosto)
Tolcachir se destaca
Me parece que hay mucho de Roberto Arlt en esta obra, “Tercer cuerpo”, en
la que cinco actores con texto y dirección de Claudio Tolcachir, Melisa Hermida, Daniela Pal, José María Marcos, Hernán Grinstein y Magdalena Grondona, entrecruzan sus soledades y conflictos actuales en una oficina destartalada, que funciona como la casa de una pareja, un bar y un consultorio medico. Lo más rico de la puesta es la constitución del espacio simultáneo, luego, los actores que interpretan a Mónica (gran actuación), Sandra y Héctor, se llevan la mejor parte. El drama es de un patetismo superlativo, como que la joven Sofía, pareja de Manuel, se enfrente a Héctor, un tipo cincuentón y casi arruinado, liberado de la madre que acaba de morir y por lo que decide ser él mismo, con quien se acostó su novio. O la desesperación de Sandra por tener un hijo que la lleva incluso a pedirle al ex marido que la embarace, mientras que Mónica, “descasada “, ahora vive en el tercer cuerpo, un lugar abandonado donde nada funciona, salvo sus deseos. Muy buena. (Sala Juan Carlos Dávalos – 22 hs. 26 de agosto)
– Dato: otra vez vuelven a lucirse los técnicos de la Casa de la Cultura.
Doble Tour o reversibles
La Compañía Baladeu’x de Bélgica, con escritura e interpretación de France Perpête y Toon Schuermans, dejó felices a los espectadores que llenaron la Sala Juan Carlos Dávalos el 25 de agosto a las 22. Nadie puede dudar de su creatividad y destrezas circenses para hacer figuras de malabares con las pelotitas blancas. La destreza, recurso técnico perfecto, fue utilizada en el contexto de una dramaturgia idílica – sin texto hablado- sobre una pareja de enamorados. Los artistas trabajan con una puerta “mágica” por donde entran y salen, representa el adentro y afuera de la casa de manera reversible, pues la usan hacia ambos lados intercambiando su sentido. Emplean una multiplicidad de elementos escénicos como la entrada de un canasto con ropa lavada y su salida como ropa doblada y planchada, que va articulando una vida doméstica bien tipificada. Bellísimo. Pero de alguna manera, el espectáculo supera esa dramaturgia convirtiéndose en pura destreza. La hamaca y la conversión de la puerta en distintos elementos, como una cama, fue verdaderamente motivante. Ella se desliza plásticamente por las barras junto a su compañero, y ambos recrean el amor desde un lugar diferente. Muy buena.
– Fotos tomadas por Salta 21 en las respectivas funciones.
– Notas relacionadas:
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“El Chonchón”: buenísimo. Destacados: “Doble Tour” y “Tercer Cuerpo”
Coincido con vos, Alejandro, me molestó mucho la reacción del público en ciertos momentos. Eso impidió mantener la tensión dramática que la obra genera y escuchar algunos diálogos importantes. Lo que mostraban los actores era para llorar y creo que muchos no estaban entendiendo y que esperaban ver una obra cómica. Como espectadora puedo decir que algunas situaciones generan risa nerviosa, pero en este caso dado que se prolongó toda la obra, pienso que fue producto de una mala interpretación del público o un público desacostumbrado a este tipo de teatro.
“El Chonchón”: buenísimo. Destacados: “Doble Tour” y “Tercer Cuerpo”
Ayer tuve la suerte de ver “Tercer cuerpo” de Tolcachir, hace dos años o más que la vengo esperando, desde que fue presentada en el Festival Teatro a mil en Santiago de Chile a un precio desorbitante, con todas las entradas agotadas. Debo no más que agradecer al Instituto nacional del teatro por la excelencia de las obras seleccionadas a un precio que en ningún lugar se puede ver semejantes producciones. Soy de los que me gusta valorar pagando lo que cuesta cada obra, excepto estudiante que me infiltraba en cada teatro cuando no alcanzaban las monedas. También da gusto ver el teatro lleno, cuando he estado la semana anterior en una propuesta de danza con muy poco público; no sé cual es la magia de la taquilla pero también está bueno valorar el movimiento artístico local.
Lo único que me amargó , fue la no siempre acertiva intervención del público, sentí en esa risotada burlona el aparentar comprender, algo a mi juicio complejo, dramático; no condeno lo espontáneo y no soy de los que “sssssssssh sin respeto” pero pienso que no siempre lo patético es mofa y ciertos diálogos más que risas debieran darnos pena, ¿o la obra no nos ha demostrado nuestra cotidianeidad en un marco dramático para hacer crítica de valores en decadencia? Por eso me gusta escuchar el silencio, en vez de risas forzadas ante la estupefacto cuando una mujer quiere inseminarse, un viejo homosexual tiñe su esencia y uno joven está dispuesto a aceptarlo, cuando una mujer sufre o una insoportable compañera no tiene donde vivir.