Economistas regulacionistas en Europa hablan de que “la mala política del Presidente aumenta la desigualdad, la pobreza y el déficit presupuestario”.
“Hoy la Argentina está de nuevo en crisis”, aseguró el economista francés de la escuela de la regulación, Pierre Salama. “La mala política económica seguida por la Presidencia para tratar de salir de la trampa de la estanflación aumenta la desigualdad, la pobreza, el déficit presupuestario. Crece la deuda externa y es probable que sea muy caro debido a las perspectivas de mayores tasas de interés, la apreciación del dólar y el riesgo-país alto”, evaluó Salama, quien compartió con sus colegas Jaime Marques Pereira, profesor de la Université de Picardie, y Martín Grandes, investigador del CONICET en una conferencia de la Universidad de París XIII.
Los economistas cuestionaron la apuesta por el Gobierno por el endeudamiento. “Financiar el déficit sólo con deuda hace correr el riesgo de una vuelta a un nivel de endeudamiento llevando a una crisis del balance de pagos”, sostuvo Pereira. “Sin crecimiento no pueden mantener el gasto público. Hacer crecer el endeudamiento transforma este impasse en una amenaza de nueva crisis de la deuda pública”, agregó el investigador.
Para Grandes, el Gobierno “logró corregir parcialmente el rumbo macroeconómico”, aunque terminará el año con un déficit financiero más cerca del 7% del PBI consolidado con provincias. “Y esto sin contar el enorme déficit cuasifiscal del Banco Central por la emisión de letras y notas de corto plazo. Esto no es bueno. Seguimos en una situación estanflacionaria, con el consumo y salarios reales deprimidos y las inversiones sin llegar”, agregó.
Industria. Los economistas ven debilidad del sector industrial para hacer frente a la política de apertura comercial. La Argentina “tiene un tejido industrial bastante antiguo, salvo algunas grandes empresas, incapaz de resistir a la competencia internacional. La economía se primarizó y hoy está más débil que antes para resistir y aprovecharse de la devaluación de su moneda. El proceso económico podría ser ‘stop stop’ y un pequeño ‘go’ en lugar de ‘stop and go’”, ponderó Salama.
“Hay que dinamizar el mercado interno para impulsar inversiones, favorecer una política industrial que no sea rentista para modernizar algunos segmentos del aparato industrial, proteger selectiva y temporariamente algunas ramas que pueden ser dinámicas y mantener un tipo de cambio depreciado”, enumeró el economista. Para Pereira, además hay que buscar nuevas modalidades de financiamiento público que cortan su dependencia de los mercados financieros.
“El Gobierno le abre las puertas al zorro”
El frente externo no será fácil en 2017, aunque una leve recuperación de Brasil ilusiona frente a un contexto de mayor competencia por los mercados globales.
Para el economista argentino Martín Grandes, la lenta recuperación de la economía de Brasil, luego de dos años consecutivos de recesión (éste terminará cayendo cerca del 4% con una crisis política sin comparación histórica), tendrá impacto.
A eso suma “el incremento de las tasas de interés en EE.UU. y, consecuentemente, el encarecimiento de la deuda argentina justo cuando el país sale ‘exitosamente’ de su default”, aunque de todas formas concedió que “la mayor parte del efecto Trump ya fue absorbido por los mercados y países en sus precios relativos y tasas de interés”.
En cuanto al contexto internacional con mercados más cerrados, Pierre Salama consideró que el frente externo no podrá compensar “la debilidad provocada en la demanda interna”. La competencia con los países asiáticos se suma cono un factor a la época de proteccionismo que se abre en los Estados Unidos.
“El gobierno de Macri es liberal sobre todo en los mercados: abre las puertas para que el zorro entre en el gallinero y coma las gallinas, el trabajo de los argentinos”, resumió el economista francés.
– Por Patricia Valli | Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil.