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martes, abril 23, 2024

El síndrome judío

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Este pensamiento que vengo a exponer es del todo subjetivo y para nada me identifica o identifico al lector con un probable antisemitismo o algo por el estilo.

Mi sentimiento por el pueblo judío es carísimo por la sencilla razón que han sido (y quizás aún lo sean) hijos con predilección de Dios.

Resultan claros algunos síntomas, que no dejan de impresionarme, en el concierto de las figuras e imágenes políticas que se levantan a través de los medios masivos de comunicación: “la imagen lo hace todo” -diría un agente de marketing del sistema de mercado neoliberal. Imagen, reflejo de un objeto que justamente no es el objeto sino lo que se ve de este, lo que se muestra de este. Puede estar muy iluminada, producida, retocada ¡y cuántas cosas más!. En definitiva llega al pobre vidente (televidente, audio escucha, consumidor final) lo que se quiere que llegue a este para lograr el objetivo: vender, que es el intercambio entre lo que te doy y lo que me das.

Es así que en el contexto de la política igualmente se crean o destruyen imágenes para consumir o para borrarlas del ámbito social con la sola intención de producir algún intercambio entre el que las hace y el que las ve. ¿Qué pensar de la imagen de víctima que se genera permanentemente del mundo semita? Da la triste sensación que no hubieron más holocaustos que la Shoah, más genocidios que el semita en la historia de estos dos mil años, o más intentos de exterminio en los exilios que el del pueblo elegido.

Al menos yo, en mi país Argentina, he asistido a un genocidio generacional en la última dictadura y no recuerdo un pronunciamiento eficaz de la corporación judía en nuestra Nación. ¿Omisión?, ¿conveniencia?. Pero sí me consta la cantidad de judios salvados por la Iglesia Católica, y no sólo por esta durante la segunda guerra mundial, y sin embargo, existe una gran susceptibilidad hacia la actuación de estas en la gran guerra. Hasta se llegó a pedir perdón por los errores cometidos por algunos bautizados. Pero ¿y la otra parte? Sigue machacando (medios de comunicación de por medio) con el hecho de ser víctimas.

A sabiendas de toda la Nación, se practicó el exterminio de pueblos originarios de estos territorios y a los ejecutores los veneramos como próceres del país. Y muchas comunidades de inmigrantes solo observan y callan ante la evidencia histórica.

El sistema capitalista profundiza y amplía diariamente la exclusión de miles de personas, sobre todo a jóvenes de los países emergentes y experimentamos atónitos un exterminio masivo de millones de personas de todas las razas y pueblos. Ante esto, sólo nos refugiamos en los problemas cotidianos de cada uno, así parece más normal y menos malvado el tema. La imagen del antisemitismo viene a tapar horrores del presente: vemos niños palestinos masacrados por las armas de Israel, pero dejamos de ver los niños que mueren prematuramente, o antes de su concepción, o en suicidios atroces que parecían endémicos hasta no hace mucho… Esto por reflexionar livianamente desde la realidad de los chicos.

¿Qué hacen las corporaciones ante esto? Se fijan en ellas, y mientras se liquida “la pobreza” humana, la riqueza parece ser absorbida por estas.

No pretendo hacer una acusación que suene anti tal o anti cual, pero la verdad de los hechos me lleva a poner la mirada en otra “clase de gente”, que es esa que realmente está al servicio de los más necesitados y pobres. Nunca vi reconstruir instituciones devastadas como la de los pueblos originarios o la de líneas políticas exterminadas por enemigos contrincantes motivados por no sé qué interés. Un ejemplo claro en nuestro país es el vacío histórico que se hizo de la época rosista o la masacre del pueblo paraguayo en la guerra de la triple alianza comandada por Mitre. Pero sí he visto a estas gentes sufrientes ayudar y disponerse de alguna manera para el más necesitado. ¿Será que conservan el acervo humano que viene del sufrimiento y que te llena de humildad y solidaridad?

¡Ojalá mis ojos vieran cómo las corporaciones y las grandes potencias levantan a los pobres! Pero tristemente tengo que asegurar que estas ven por ellas mismas y que el humilde y desdichado es el arrasado.

Qué lindo que se ve un país como Israel frente a una desdichada Franja de Gaza. O un país como EE.UU. frente a un desdichado Afganistán o Irak o Pakistán o incluso frente a muchos latinos. Una China frente a países como los africanos o a los mismos europeos frente a estos, y así tanta polarización, tantos pobres y tan poco ricos. No veo a instituciones de la colectividad trabajar en las villas por los inmigrantes ilegales bolivianos o peruanos o paraguayos, por dar un ejemplo más cercano. Pero sí se ven claramente la ostentaciones de poder económico y militar en las masacres de pueblos pobres y en las caídas de las bolsas que significa muchos más pobres en un breve plazo.

Quizás algún dia entendamos que todos somos únicos, pero de igual dignidad. Así sentiríamos la inutilidad de atacarse mutuamente y lo edificante de ayudarnos como a pares.

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