El quinteto de Brahms fue como abrir los oídos del oyente para registrar la exquisitez de una obra que representa el apasionado sentimiento maduro del autor. Si en la primera parte el lucimiento fue evidente, su comprobación en la obra mozartiana fue el extremo cuidado que el grupo tiene sobre el sonido final de su interpretación.
Salta, sábado 27 de agosto de 2016. Teatro de la Fundación. Cuarteto Petrus (Pablo Saraví y Hernán Briático (violin), Adrian Felizia (Viola) y Gloria Pankaeva (violonchelo). Invitado: Mariano Rey (clarinete). Johannes Brahms (1833-1897) Quinteto en si menor op.115. Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) Quinteto en La mayor K. 581. Ciclo del Mozarteum Argentino Filial Salta.
La unión de uno de los mejores Cuartetos de nuestro país con el notable clarinete de Mariano Rey es una de las uniones felices en lo relativo a música de cámara llevada a cabo en nuestro país. Cada uno de sus integrantes, es un aporte de alto nivel al grupo que el Mozarteum invitara para su ciclo 2016. Enjundia sonora, personalidad, impecable afinación, son los mas destacados atributos de este grupo que transita el arte musical.
El quinteto de Brahms fue como abrir los oídos del oyente para registrar la exquisitez de una obra que representa el apasionado sentimiento maduro del autor que detrás de la estructura musical propuesta, muestra que lo importante en su intimidad. Hace caso omiso de lo que se cuenta sobre su tosca personalidad para bucear mas profundo y encontrar un espíritu sutil, romántico delicado. Rey y el Petrus exhibieron texturas cálidas, plenas sin descuidar el matiz expresivo cargado de significados románticos.
Si en la primera parte el lucimiento fue evidente, su comprobación en la obra mozartiana fue el extremo cuidado que el grupo tiene sobre el sonido final de su interpretación. Su rotundo equilibrio, su respeto por la página escrita por el genial Mozart, en un momento difícil de su vida, ya casi sobre el último par de años de su latido vital, una de las cuarenta y cinco obras finales de su corta existencia, en la que hace a un lado su diario sufrir para dedicarse a componer una obra que nada sugiere, nada describe, sino que tiernamente es arte sonoro del más puro que uno pueda imaginar construido dentro de la acostumbrada elegancia del autor.
Visita lujosa, de este cuarteto que tiene en su conformación dos notables violinistas como Saraví y Briático, más dos ex integrantes de la Orquesta Sinfónica de Salta, Felizia y Pankaeva, ésta última, una de las fundadoras de al agrupación sinfónica en la cual fue asistente de solista en su cuerda. A ello, se agrega la presencia del fenomenal Mariano Rey. No termino sin señalar las “master class” brindadas por Saravi y Rey que dejaron su sabiduría para quienes asistieron a ellas.