Le tocó encarnar el ideario demócrata tras la noche oscura y sanguinaria de la peor dictadura que asoló el país. Muchos adolescentes de los 80 votamos por él, pegamos afiches con su cara sonriente y sus manos juntas. Hoy entra en la historia.
Integrará el panteón de los grandes de la política nacional que dió el Partido Radical, sin duda. Junto a Alem, Irigoyen, Illía, Balbín.
Un hombre austero que en su humilde grandeza no vió, como se ve hoy, a la política como un camino hacia la acumulación de riqueza o la ostentación del poder personal.
Un hombre que realmente tuvo en su convicción lo mejor del más claro ímpetu argentino de libertad, pluralidad y convivencia.
Fue un abogado con coraje, que se animó a defender los Derechos Humanos en los tiempos aciagos de la dictadura de la manera más concreta: poniendo su capacidad profesional, en forma altruista y valiente, al servicio de ciudadanos cuyos derechos eran pisoteados por los tiranos genocidas.
Luego encarnó en su figura de orador vibrante -lo vimos así en Salta, en la intersección de la calle Belgrano y Pueyrredón- la esperanza de un renacer democrático entusiasta, y recitaba como una oración laica el preámbulo de la Constitución.
Cuando el fascismo peronista pareció aliarse con los militares en retirada para garantizar la impunidad de los criminales que tiranizaron la Nación, denunció el pacto miltitar-sindical y el pueblo percibió que era la auténtica opción democrática frente al intento de continuidad de la dictadura por otros medios.
Ya en el gobierno tuvo grandes aciertos y dolorosos errores. Creó la Conadep y apoyó el enjuicimiento de la Junta Militar. Sin embargo, las fuerzas reaccionarias lograron paralizar los juicios en los niveles inferiores con intentos levantiscos y un general Alais que no llegaba nunca a reprimir a los rebeldes antidemocráticos.
Ello obligó a Alfonsín a autoinmolarse con aquello de «la casa está en orden», con la convicción de que era preferible ceder a sumir al país en un baño de sangre. Las leyes de obediencia debida y punto final marcaron una inflexión de su prestigio.
Hacia el final de su mandato sufrió un golpe económico que junto a desaciertos en el manejo de la economía desataron una hiperinflación.
La ultraderecha económica egoísta y la patria sindical corrupta lo habían acorralado y no le dieron respiro a través de la especulación financiera y la huelga permanente.
Algunos escándalos de corrupción como los pollos de Mazzorín o las irregularidades en la Aduana no lo salpicaron en lo personal, puesto que no tuvo como en el caso de la hipercorrupción menemista o los sobornos del Senado de De la Rúa, complicidad alguna con tales actos repudiables y su gobierno fue de un nivel de honestidad que luego parecería ya irrrecuperable.
Muchos le criticamos el pacto de Olivos, que ayudó a que la corrupción menemista se prolongara a lo largo de una década infame con un capital político fraudulento acumulado por la prestidigitación monetarista del uno a uno que luego sumiría al país en la bancarrota.
Su prestigio Alfonsín lo recuperó merecidamente con el paso del tiempo ya que su figura era respetada más allá de las convicciones personales de cada ciudadano y la coincidencia o no con sus pronunciamientos sobre la coyuntura política circunstancial. Nadie le pudo decir nunca, como a sus sucesores en el sillón de Rivadavia, que fuera un ladrón o un corrupto.
En las últimas horas el país rezaba por él y había gran preocupación por su estado de salud que se había deteriorado hasta un grado crítico.
Con él perdemos un tipo de político como pocos; como Bravo, como Palacios, como Ragone. Una estirpe de argentinos con talento y generosidad infrecuentes que entendieron que la política debe ser una entrega al bien común.
Extrañaremos sus típicas muletillas como «estoy persuadido» y «desde luego»; el talante que en los últimos años tiñó su querida figura de un aire de abuelo cariñoso, de anciano activo, contemporizador y comprensivo, aunque a veces un tanto protestón.
Un poco -o mucho- de lo mejor que dió la política argentina en dos siglos se va con él. Es de esperar que su ejemplo renazca en las nuevas generaciones, para que volvamos a tener mandatarios que realmente nos representen, de los que podamos sentirnos orgullosos.
En el panteón de las glorias argentinas lo reciben, seguramente, con un abrazo cariñoso, Saavedra Lamas, Güemes, Favaloro, San Martín, Gardel, Evita, Borges, Ernesto Guevara, Quinquela Martín, Alicia Moreau de Justo, Cortázar, Leloir, Balbín, Ragone y Fontanarrosa.
un demasiado emocionado adiós a Raúl Alfonsín, un grande de nuestra democracia
mi querido M. Brizuela, lamento no compartir con vos y con los millones de argentinos que van de cámaras por el congreso, la opinión política del mote de buen hombre o político menos malo, respecto a Alfonsín, no es sobre su persona que debemos emitir juicio alguno, sino sobre sus desiciones políticas y responsabilidades consecuentes a las mismas.Es cierto lo del pacto sindical-milicos, pero tambien lo es su pacto con seineldin y cía. para garantizar la impunidad venidera, eso no es solo un recuerdo doloroso, sino un puntapíe bien dado a los familiares de detenidos-desaparecidos,a los miles de exiliados,perseguidos por su oscura ley de los dos demonios, te acordás? a los 30.000 desaparecidos, a los chicos de la Tablada, a los chicos de Malvinas, verdaderos artífices de la democracia y no esta marioneta del FMI y su plan austral, la caja P.A.N. y su alianza con la iglesia para no ceder en la despenalización del aborto, en los subsidios a la educación religiosa y al congreso pedagógico fraudulento, gérmen de la nueva ley federal, incluso pretendía arancelar las universidades, pero no pudo con las enormes manifestaciones de docentes, alumnos y no docentes, sobretodo en las grandes ciudades, vos no te recordarás esto querido amigo?, yo sí. A mí no me conmueve la movilización de la masa detrás de los medios de comunicación, me conmueve que las abuelas estén falleciendo sin saber de sus hijos y sus nietos apropiados. Me conmueve la muerte de miles de mujeres por aborto clandestino, me conmueve el hambre en un país rico en alimentos, me conmueve el analfabetismo creciente en los adolescentes entre otras muchas cosas y por eso creo que Alfonsín fue terriblemente responsable junto a otros, por supuesto, del país que tenemos. Que iba haber derramamiento de sangre?, no lo creo, el pueblo estaba en la calle, yo creo que el verdadero miedo era el salto cualitativo que podía dar el pueblo despues de esa negra noche de la dictadura, Alfonsín traicionó la voluntad del pueblo, vendió la libertad, porque después de la casa está en orden, nunca más pudimos manifestarnos tranquilamente, ya qu al regalarle la impunidad a los represores reaseguró el orden establecido y el poder a las fuerzas de represión, lógicas además al estado burgués, en su cara mas visible como lo es la Republiqueta.
Por esto y otras innumerables cosas, Alfonso querido para vos tampoco ni olvido ni perdón.
Sonia Morales
¿Nostalgias de un ex joven radical alfonsinista?
Querida Sonia:
Alfonsín fue un producto de la clase media. No fue un revolucionario. Fue un político de centro-izquierda.
A mí también me decepcionó que no avanzara más contra la derecha, los militares, la iglesia, las fuerzas reaccionarias. Llegó hasta donde pudo dentro de su visión y de las circunstancias. No era el Che Guevara, por supuesto.
Enfrentó una feroz campaña de la iglesia contra la ley del divorcio -en ese marco aquí en Salta llegaron a sacar al atrio de la catedral a las imágenes del Señor y de la Virgen del Milagro-. Lo acusaban a Alfonsín de querer destruir a la familia cristiana.
En el Congreso Pedagógico quiso avanzar hacia la educación sexual. La ultraderecha católica se opuso. Decía que en ese caso, seguramente, las clases prácticas serían orgías. Ahí atrasamos 20 años.
Sobre el aborto no había por entonces ni por asomo un margen para el debate.
Sí, tal vez Alfonsín no fue todo lo progresista que debió ser. Ahora, con Luder, atípico representante de la derecha peronista no hubiera habido ni siquiera Juicio a la Juntas, sino impunidad total.
En Semana Santa la gente rodeaba los cuarteles. No sé si hubiera habido derramamiento de sangre, como argumentó Alfonsín para justificar la negociación con los carapintadas. ¿A cuántos civiles desarmados podían matar los militares? Ellos tampoco tenían la fuerza suficiente para tomar el poder, para dar otro golpe. Era una situación muy dramática.
Comparado con lo que hubo antes -la tiranía- y lo que vino después -el neoliberalismo depredador y el saqueo desenfrenado- creo que la figura de Alfonsín merece algún reconocimiento y aprecio incluso teniendo en cuenta sus errores y limitaciones.
No sé, querida Sonia. Yo lo veo así. Pero tal vez sea un punto de vista teñido por la nostalgia del joven radical alfonsinista que alguna vez fui…
pequeño análisis político sobre la rabia y el resentimiento
A travez de los años el ser humano adquiere determinadas experiencias que le permiten aventurar, modificar, sostener y exponer ciertas posturas, correctas a la sociedad ó simples a la lógica del existir. A veces esto se hace conciente, a veces no.Lo incorrecto, lo erróneo, lo estúpido es perpetuar,y porque no perpetrar, la estamentalización del poder con su retórica discursiva de la democracia burguesa. A todos nos toca de cerca el tema de la muerte, la de los familiares, de amigos ó la propia, esa circunstancia en particular nos produce dolor, rabia ó resignación, según el modo que se haya producido la brecha entre lo socialmente aceptado y lo políticamente correcto se hace grande, esta disponibilidad, esta simple visión impone el márgen para la discusión política de la rabia, que en el lenguaje oficial, dominante, vacío y manipulador llaman resentimiento, intolerancia y antidemocrático. Como se ve llevamos años de paciencia » democrática» que reflejan el devenir histórico de la masa en sus procesos sociales, por supuesto, ahora, porqué vamos a permitirle al régimen que se recomponga como si nada hubiera ocurrido? Alfonsín, kichner, la rata, Storani, Manzano,chacho Alvarez,de La Rúa,Romero, Urtubey,Farizano, Saravia Day,Ulloa, etc.( todo el pj, el prs, ucr, ari,dc, mid,etc)son exponentes del régimen, que realidad discursiva tienen para nosotros? la única que siempre tuvieron, la explotación, la sumisión, la degradación del hombre, la miserabilidad de la existencia, en una palabra el odio de clase.
Por eso, yo elijo la rebeldía de la risa, la rigurosidad del intelecto,la denuncia militante, en una palabra la dignidad de la rabia. Y en esto, no importa los estadios anteriores, sino la evolución de los mismos. Como diría el loco de Charly «bienvenidos al tren».
saludos
Ellos apuestan a la esperanza, la indiferencia, la resignación…
Bronca, decepción, rabia, son sentimientos y emociones que pueden despertar la situación social y económica y cultural que produce el sistema y sus líderes.
Ellos no dicen: vamos a robar, vamos al gobierno para mantener y acrecentar nuestros privilegios, para hacer negocios para nosotros y nuestros familiares y amigos.
Juegan con la esperanza, la fe, la ilusión, la necesidad, la indiferencia de la gente. Y luego gobiernan para ellos, para su bolsillo.
Estoy de acuerdo, en lo esencial, con tu visión, querida Sonia. En el fondo muchos, la mayoría, no queremos una revolución sino un lugarcito en el orden burgués. Que nos rechaza y nos repele con los bajos salarios y la desocupación. Y nos opifica con la televisión y con el sueño utópico del prode, el loto, la quiniela.
¿Cuántos tienen tu lucidez, tu voluntad de cambio verdadero, tu cultura y tu rabia? Pocos. Muy pocos. No hay conciencia. Y es que en forma artera, creo yo, se ha destruído la única arma que podía servir para arribar a ella: la educación.
Ellos apuestan a la esperanza, la indiferencia, la resignación…
Cuando los cerdos vienen (sonia morales)
En las puertas de mi casa/
colgué un ramo de rosas/
para que en las mañanas/
los cerdos muerdan espinas/
sangren rótulas polvorientas/
y lloren por sus heridas./
Dejo los fuegos al borde,/
atrincherados,/
junto al hato de ciegos/
que engordaron la hacienda/
para el festín de unos cuantos./
Ahora, los cerdos /
están llamando a la puerta,/
son como lazarillos que reniegan/
de las huevas,/
desesperados/
hambrientos,/
como estómago abierto/
al dolor de estas rosas/
en despellejo./
del libro «Anuncio de los cerdos que vuelan» (inédito).
Mi querido amigo Miguel es siempre un gusto intercambiar ideas y opiniones con vos, en honor a nuestra amistad y a este interesante foro virtual, el poema arriba expuesto. Por lo demás esperemos que la lluvia erosione la piedra y todo se haga por decantación. Saludos
Emocionado adiós a Raúl Alfonsín, un grande de nuestra democracia
sólo dos cosas: ley de obediencia y punto final, pacto de olivos.
no fue lo que dicen ahora que es.
Emocionado adiós a Raúl Alfonsín, un grande de nuestra democracia
sonia se denota en tu analisis tu subjetividad y tu resentimiento, quizas para vos no iba a haber derramamiento de sangre,mmm, lo dudo, creo que los elementos que señalas son parciales y subjetivos. al margen de esto creo necesario recordar, los valores que pregonó raul, el consenso, la tolerancia, el dialogo, cosas que hoy en la dirigencia politica brillan por su ausencia.Ojala apreendamos un poco de esto, en este tiempo de gente que se sirve del pueblo, se necesita honestidad. es difil opinar desde el resentimiento.