Desde Conciencia Ambiental Tucumán sostenemos que la falta de gas envasado traerá otro problema ambiental.
Para el pueblo lo que es del pueblo, porque el pueblo se lo ganó, no para los especuladores que miden y juegan con la necesidad de la gente.
Ver las colas que hace el pueblo en las distribuidoras, en busca, muchas veces en vano de una garrafa, es el cuadro dantesco de los años 70 u 80, cuando recién el país estaba saliendo de una bárbara dictadura, que se encargó de arrodillar al pueblo y cegar sus ideas.
En pleno siglo XXI, cuando las comunicaciones se realizan con tan sólo apretar una tecla, o se hacen cosas impensadas hace diez años atrás, gracias a la tecnología que avanza en forma desmesurada y sin pausa, hoy estamos inmersos en un problema que nos hace retroceder en la historia.
El frió comienza a dar sus primeras muestras de agresividad y nos anticipa el rigor que promete, en el cual la energía calórica será un punto fundamental y un derecho inalienable para todo ser humano, sin embargo, nos encontramos en un tire y afloje con especuladores que juegan con la necesidad urgente de la gente.
Tanto el agua como el fuego son recursos fundamentales en la subsistencia humana, sin agua no hay vida, sin energía calórica tampoco. Las familias que utilizan gas envasado son, por lo general aquellos que no tuvieron los recursos necesarios para poner gas natural y utilizan el gas para todas sus actividades y para toda la familia.
El Estado nacional subsidia este rubro para la existencia de una garrafa social, sin embargo y leyendo otras noticias, nos damos cuenta que en todas partes hay “picaros” por ejemplo en Misiones se detectó que estas garrafas subsidiadas por el Estado son desviadas al Brasil, esto lisa y llanamente y con todas las letras se llama “Estafa al Estado Nacional”, ya que este producto subsidiado es escondido o su utilizan miles de artimañas para no vender y especular las ganancias.
Lo planteado no es una injuria, ni un invento, está a la vista de todos y cada uno de los usuarios, hacen largas colas desde la madrugada para que cuando se abre la distribuidora tan sólo se vende un cupo limitado, se entra en la ridiculez de los colores de las garrafas y aquellos que tienen envases de 15 kl les piden la garrafa vieja y dinero para cambiarlas, siglo XX cambalache, problemático y febril, el que no llora no mama y el que no afana es un gil.
Como ambientalista comprometido, ví pocas autoridades hacerse cargo de este drama, el único que a la vista de todos se hizo presente en este conflicto en Tucumán fue el Defensor del Pueblo.
Si este producto está subsidiado por la Nación, por qué no se respeta o hace respetar esta ayuda a la gente que hoy por hoy se está utilizando como percutor de un arma de doble filo.
Por lo pronto a los especuladores, no sigan tirando de la soga, ojo!!! Esta se puede cortar y serán aquellos que guardan las garrafas para provecho personal, los responsables del malestar generalizado de un pueblo que mira con impotencia desde la acera del frente. Señores especuladores no provoquen una actitud no deseada, que la condena social que recibirán de la gente será una cruz, de la cual deberán hacerse cargo.
– El autor pertenece a Conciencia Ambiental Tucumán
Garrafas, un problema socio-ambiental
Muy buena nota, Excelente!!! la verdad dicha con todas las letras, felicito al diario por tener gente que escriba así, sin compromisos de por medio y haga conocer a la gente lo que pasa en realidad. Muy bien!!!