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sábado, noviembre 23, 2024

Gasoducto: Camacho refutó la denuncia del PO

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La sensación que quedó en el recinto legislativo salteño tras la comparencia de esta mañana del ministro Sergio Camacho para explicar el supuesto sobreprecio del gasoducto de Anta es que a este round lo ganó el gobierno por nock out. El ministro contraatacó con números y generó la impresión de que la denuncia del PO no estaba suficientemente fundada. ¿No hubo negociado o habrá que investigar más?

El argumento principal de los diputados del Partido Obrero Claudio del Plá y Pablo López en su denuncia de sobreprecio en la construcción del gasoducto de Anta se basa en que una obra de similares características en Santiago del Estero costó tres veces menos.

El ministro de la Producción y el Empleo del gobierno de Salta, ingeniero Sergio Camacho refutó esta acusación señalando que el gasoducto de Santiago tiene una extensión cuatro veces inferior al de Anta y fue realizado en agosto de 2005 cuando los costos estaban por debajo de los actuales en un 30%.

El ministro aseguró que el gasoducto santiagueño tiene una extensión de 45 mil metros y costó 8.500.000 pesos. El de Anta, con una traza de 200 mil metros, cuesta 79.588.959 pesos. Con esta comparación queda una diferencia por explicar: el gasoducto de Anta superaría en más del doble el costo del gasoducto de Santiago. Si el anteño es cuatro veces más extenso que el gasoducto santiagueño y multiplicamos por cuatro el costo de éste obtenemos una cifra de 34 millones. La obra que construye el empresario metanense Walter Conta todavía queda sospechada con estos números de un sobreprecio de ¡45 millones y medio de pesos!

Esta brecha la reduce Camacho señalando que los costos actuales son más altos que los de agosto de 2005, tiempo en que se construyó el gasoducto santiagueño. Según el ministro, con los precios de entonces el gasoducto de Anta costaría 50 millones 700 mil y no los casi 80 millones en que está valuado hoy. Si aceptamos este «índice de deflación retroactivo» el sobreprecio a explicar quedaría reducido a 16 millones.

Camacho demoliciones

Pero he aquí que el ministro de la Producción asegura que el gasoducto de Anta es más costoso porque incluye obras contra el impacto ambiental por 459.800 pesos, instalaciones en superficie por 5.900.000 y cruces especiales por 4.873.153. El de Santiago -señala el funcionario- sólo tiene reguladores que cuestan 360.000 pesos.

También sostiene Camacho que el costo de hora de trabajo por obrero aumentó de acuerdo a los salarios establecidos por la UOCRA (Unión de obreros de la construcción de la República Argentina).

Sergio Camacho remarcó que si consideramos el precio de los materiales que se usarán en el gasoducto de Anta los 80 millones que embolsará Walter Conta no son una exorbitancia.

El ministro informó que en la obra se usarán 170 mil metros de caños de 6 pulgadas que cuestan 62 millones 800 mil pesos y 30 mil metros de caños de 4 pulgadas que salen 5 millones 556 mil pesos. O sea que -según estos números oficiales- sólo en caños la constructora de Conta deberá invertir más de 68 millones de pesos. (Camacho señala que en Santiago sólo se usaron 45 mil metros de caños de 4 pulgadas, a un costo de 7 millones 140 mil pesos).

A la otra objeción del PO acerca de cómo puede ser que en una licitación nacional e internacional de una obra tan importante sólo haya un oferente de Metán que finalmente se queda con la obra, el ministro contestó señalando al sistema de financiación. A diferencia del gasoducto de la Puna (construido por Conta a un costo de 50 millones) que se iba pagando por parte contra certificación de avance de obra, el gasoducto de Anta fue ofrecido con la obligación de financiamiento total del sector privado y el pago contra entrega de la obra terminada.

Según el ministro Camacho el empresario metanense accedió incluso a resignar parte de su ganancia para reducir el costo de la obra. Walter Conta se habría negado a repetir esta concesión con el gasoducto de los Valles Calchaquíes (negocio que todos esperaban que también fuera a sus manos). Este sería el motivo por el que la licitación de esa obra se cayó.

¿Todo bien?

Ante una pregunta del diputado Vilariño (Partido de la Victoria) sobre porqué no se envía esta información al Enargas para que estudie los costos y verifique que no haya ninguna irregularidad, el ministro Camacho replicó que toda la operación cuenta con la autorización de ese organismo, condición necesaria para que se lleve a cabo. Allí fue que el diputado Claudio del Plá aprovechó para señalar que el Enargas está bajo sospecha de connivencia con los sobreprecios detectados en los trabajos de ampliación de los gasoductos del Sur y del Norte y de construcción del gasoducto del Noreste, lo cual ocasionó el alejamiento del cargo de presidente del Ente de Fulvio Madaro quien debe ahora declarar ante el juez de la causa.

¿No hay corrupción ni sobreprecio en el gasoducto de Anta? ¿Los números están muy bien dibujados y habrá que investigar más? Por lo pronto, parece que con las explicaciones de Sergio Camacho en la Legislatura ante diputados y periodistas, quedó la sensación de que el gobierno ganó este round por nock out. Incluso el ministro se dió el lujo de regañar a los diputados del PO que denunciaron el sobreprecio aconsejándoles que primero pidan informes y luego denuncien en vez de denunciar primero y luego pedir informes.

Tanto Walter Conta -próspero empresario metanense cercano al gobierno que gana licitaciones de obra pública por cifras millonarias- como Walter Wayar -sospechado de ser el beneficiario del supuesto sobreprecio del gasoducto de Anta presuntamente canalizado hacia su campaña por la gobernación de la provincia- habrán respirado aliviados tras conocer el resultado de la interpelación de esta mañana al ministro de la Producción y el Empleo en la Legislatura.

Informe: Ariel López

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