El próximo martes 10 de diciembre comenzará un nuevo ciclo de gobierno en Argentina, asumirá el Presidente electo Alberto FERNÁNDEZ y la vice presidenta Cristina FERNÁNDEZ de KIRCHNER, liderando un movimiento de signo contrario al neoliberal saliente.
La fuerza conservadora argentina dirigida por una elite oligárquica al amparo de una gigantesca campaña mediática, orquestada y dirigida por el Departamento de Estado de EEUU y con más de 340 empresas televisivas, radiales y gráficas nucleadas en el conocido Grupo Clarin, hicieron un trabajo de años de desestabilización continua de la figura presidencial de entonces.
El método fue tan simple como antiguo, y sobre el principio de miente, miente que algo queda, se montaron procesos judiciales sin fundamentos, se violaron garantías constitucionales básicas, y se armaron verdaderos papelones televisivos de topadoras excavando en la Patagonia en la búsqueda de containers con dinero, que fueron rápidamente olvidados por otros brulotes, como los allanamientos a la vivienda de la expresidenta.
Los resultados finales nunca interesaron a los ideólogos de esta campaña sucia, lo importante eran las noticias impuestas como realidades incontrastables, que a fuerza de repetición y coordinación para que el mismo relato se difundiera en todas las señales a la vez, se pudiera aparentar que si de tantos puntos de información –desinformación- se decía lo mismo, el ciudadano desprevenido terminara por convencerse que debía ser cierto.
Las frases usadas para este montaje fueron tan breves como efectivas: “se robaron un PBI”, “la Rosadita”, “Sí, se puede”, “la Chorra”, “los Kukas”, “estamos aislados del mundo”, “gobierno populista” y otras, que la falta de conciencia de clase de gran parte de la población, asimiló como un catecismo memorizado, y como tal, vacío de contenidos.
Este esquema de daño y agresión mediática, siempre con finalidad desestabilizadora y organizado para impedir que cualquier orientación política gobernante distinta al mantenimientos de los privilegios de clase pueda producir cambios, está intacto, fortalecido, agazapado y actuando aun antes del comienzo del nuevo ciclo.
El método es el mismo, y el nuevo capítulo de socavado de las bases constitucionales del sistema republicano que esa minoría sólo respeta si conviene a sus intereses, ya ha sido puesto en marcha, y los mismos actores periodísticos sin ética ni honorabilidad, ya han comenzado a difundir groserías.
La forma es muy poco original, por lo general son escenarios de supuestos programas de opinión, con un conductor o conductora que se dirige permanentemente a varios panelistas, que simulan disentir pero que al final de cada bloque, dejan la impresión de unidad de criterios, todos condenatorios del gobierno que quieren atacar.
No impedir que este sistema se vuelva a reeditar en las pantallas de televisión, será un error fatal para la nueva etapa de gobierno. Se imponen como defensas inmediatas para no caer nuevamente en la ingenuidad, la expropiación de Papel Prensa y la aplicación irrestricta de la Ley de Medios, obligando a los holdings empresarios de medios hegemónicos a dividir las empresas.
Claro que esta vergüenza de falta de institucionalidad y de falta de equilibrio y división de poderes, nunca se podría haber llevado adelante sin la ayuda perversa y explícita de un sistema judicial cómplice, que por acción directa o por cobardes silencios se sumó a la degradación.
Por eso el tercer cambio inmediato deberá ser la revisión de la gestión de magistrados que no se privaron de violar cuanta garantía de debido proceso había, y establecieron doctrinas restrictivas de la libertad individual y del principio de inocencia, sólo para encarcelar opositores, pero que se cuidaron de dictaminar igual cuando empresarios financiadores de la campaña del macrismo quedaron expuestos en casos de corrupción.
La punta de lanza del nuevo ataque de periodistas farsantes, entre otros, ha sido Nelson CASTRO, que ya empezó a acuñar algunas de esas frases que, sería de esperar, esta vez los engañados medio pelo distraídos no digieran sin masticar.
”Alberto está Cristinizado” o “Cristina sigue enferma” son dos de los exabruptos nuevos del médico devenido en conductor televisivo, abriendo el juego de la lista de cipayos que no van a descansar un solo día en su trabajo bien pago de denostar todo signo de cambio que pueda afectar a sus patrones.
Cipayo –que en idioma persa quiere decir soldado- es la definición de secuaz a sueldo, lo que se dice un mercenario, término con el que se definía a los soldados que en la India se empleaban para formar ejércitos al mando de los británicos, para reprimir a sus conciudadanos.
Don Arturo JAURETCHE actualizó ese vocablo para identificar a la elite oligárquica argentina, que para preservar sus intereses personales o de clase, no trepidan en traicionar los intereses de la nación, los recursos del Estado y todo el resto de la población ajena a su círculo.
El nuevo gobierno asumirá la semana entrante, en un panorama desolador de la economía nacional, con un endeudamiento insostenible, con un aparato productivo destrozado, con desocupación de dos dígitos e inflación cercana al 60% anual, todo producto del plan de los cipayos, llevado a cabo durante cuatro años.
El efecto más evidente de una revolución nunca terminada, ha sido la permanencia y el fortalecimiento de esta clase parasitaria y enemiga de la justicia social en todos los tiempos, y el próximo periodo de gobierno tendrá que lidiar con ello.
La gran batalla por ganar del nuevo gobierno, será vencer a los viejos cipayos.
Daniel Tort
FM NOTICIAS 88.1
“La Madre que las Parió”