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jueves, marzo 28, 2024

Gustavo “Cuchi” Leguizamón: “Hay que levantar un monumento al opa”

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“Cuchi” Leguizamón: ¿Tabú o Mito? Sin duda un “personaje” representativo de la idisioncracia y de la cultura salteña. Polémico, sutil, hilarante. Las opiniones que aquí vierte seguramente abrirán paso al debate, la discusión y la reflexión.

Cada vez la conozco menos de verla igual

Quisiéramos hablar de la ciudad y su cultura…

– Noto que los perros pilas ya tienen mejor cultura porque no se ensucian en las veredas sino en el rincón. Me he encontrado con uno que dice: “estoy enloquecido porque tengo veinte libros nuevos- ¿y los has leído?, -No.” Es una teoría única, la gente compra libros para que la gente crea que los ha leído y no los ha leído nada.

¿Hay una cultura salteña?

– ¡Cómo no! Una cultura de la filosofía salteña sobre todo. Les cuento, yo cometo la opería de tener una filosofía salteña. El otro día fue a buscar un remedio con nombre rarísimo, “si, tenemos; dice el farmacéutico. – Y bueno, ¿cuánto vale?, – Vale tres mil pesos, – ¿cómo lo va a comprar al remedio y lo va a regalar?, -No, mire vea, yo lo compro en realidad por los frasquitos, porque son una maravilla para guardar bicarbonato, y yo lo necesito para coquear”.

Así descubrí que mi filosofía era salteña. Yo compraba los remedios, botaba los remedios y usaba los frasquitos.

Sos un opa más.

– Siempre he sido un opa más. Pero yo soy un opa importante, yo soy opa número uno.

Cómo son los opas?

– El otro día me encontrao con un opa, pobrecito, estaba llorando. “¿Qué te pasa? –le digo. –Nada, es que me caído. -¿Y porqué te has caído? –Primero me han dao pa que masque chicle y estaba mascando chicle. Después ha venío la radio y se ha puesto a tocar una marcha. I querío seguir la marcha, la radio, la marcha y el ritmo y el ritmo del chicle y ahí nomás mi tropezao y mi caído”. Claro, pobrecito, que culpa tiene el opa… no es polirritmico, si hubiese sido polirritmico sale adelante.

¿Los opas solemnes son un tipo especial?

– Son vivísimos, son solemnes porque nadie descubre que son opas. Hay opas que son brillantísimos, sobre todo cuando se jabonan y es por lo general poco frecuente. Hay que levantar un monumento al opa, es una idea de lo más encomiable. Los opas solemnes ensayan frente al espejo. La solemnidad es una cosa muy importante, empezó con el derecho romano y siguió con algunas peticiones de mano. Las peticiones de mano son solemnes… por ahí el opa se equivoca y se tiene que casar con otra, pero son cosas que pasan… a lo mejor… la otra sale mejor. Porque tiene ciertos secretos alicientes, el misterio, el aliciente del misterio es una belleza, el aliciente de la sonrisa secreta y otras, que se tapan la boca y no es porque no tengan dientes sino porque tienen vergüenza.

Los salteños ¿tenemos fama o somos opas?

– Lo que pasa es que hay opas en todos lados. A los salteños los tenemos más cerca para verlos, pero el resto de los opas que hay aquí son espantosos… Un opa porteño que se cree Mitre ¡y es!. La opería es surrealista, yo amo la opería. El opa porteño tiene mayor envase, cuida las apariencias, son opas sobradores. Les voy a contar el cuento de los Chornencho. Se casan, con misa de esponsales y se van. Entonces empieza el opa: “Esto es pa mí, esto pa mi, esto pa mí, esto pa vos (una botella de sidra para la novia). –Opa tacaño –le dice. –Esto pa mí, esto pa mí, esto pa vos (una presa de pollo). –No quiero saber nada con Ud., no quiero verlo más en mi vida, váyase a la mierda.” Se cruza a la plaza. El opa se pone a tomar cerveza, el corazoncito le empieza a bullir.” –Doña Pancracia…, -Qué quiere, – Venga, -No quiero saber nada con Ud., no lo quiero ver nunca más en mi vida, ni muerto, – Entonces, quiere champán?, -No quiero, eso es para Ud., yo sólo tomo sidra” El opa ha empezao a chupar y se ve que estaba aguachetao el corazón. –Doña Pancracia…”, Y la otra ya era tanto el requerimiento que ha empezao a ceder. “-¿Qué quiere?, -Venga, -No quiero. –Venga a umir. –No tengo sueño. –No importa, venga a umir sin sueño:”

¿Cómo sería el monumento al opa?

– Puede ser surrealista. Un opa natural, que ése sería el surrealista. Por ejemplo, encontramos un funcionario, uno muy atariado con mucha prosapia y mucha prosodia.

¿El aceptaría estar en el monumento?

– No le decimos que es del opa porque se enfurecería. Hay que decirle que es del hombre importante, entonces inmediatamente se prende y lo ponemos tras de un escritorio.

Hablamos de la ciudad…¿es colonial?

– Esta ciudad es un masacote que tiene de colonial la cara de los retratos. La han hecho los opas que no son ni maestros de obra y la han cuidado las vacas.

Los turistas dicen que es colonial…

– Vé, ahí están los opas insistidores, dicen que es colonial hasta que los hacen venir a los turistas. Pero mirá, si te descuidás, el colonial es lindo. El otro día una vieja dice: “-¿Ahí vive el Cuchi Leguizamón? –Si, ahí vive. –Decime, ¿ese que toca el piano?, -Pero no creo, yo oigo unas cosas raras pero no sé si será piano si vive al lao de mi casa?.” Esto es auténticamente riguroso. Pero lo que pasa es que los salteños se enojan cuando hablan de los opas y no saben que los opas son lo mejor que tenemos. Ojalá que todos tuvieran las condiciones del opa, sabe ser honesto, por eso cree que lo castigan y no está tan equivocado.

¿Le gusta tomar café al opa ?

-Lo que sea más elegante, es un esteta el opa. Por ejemplo, era muy fácil hacer que el opa deje el vino en la antigüedad. Le decían que no era una bebida distinguida, que había que tomar cerveza. Dejaba el vino y tomaba sólo cerveza. Es obediente como los japoneses.

Por eso ahora nosotros estamos tomando cerveza mientras charlamos. ¿No eran borrachos, entonces?

– Pero como se le ocurre… Yo le preguntao un día “-¿Por qué vos no sos borracho? –Porque a mi me gusta saber cuando estoy bebiendo, cuando uno está borracho no sabe”. Mirá si será inteligente el opa, ese es uno de los niveles más grandes que nos ha dao el opa en Salta. Además es convencional. Una vez a un opa le dijeron: -“Señor, por favor, bájese del tren porque su pasaje no corresponde a la clase. – ¿Por qué? –Por que Ud. tiene pasaje de segunda y este es de primera. -¡Ve qué gracioso! El pasaje será de segunda pero yo soy de primera. Una razón de la sin razón que a mi razón se impone.

Es cierto que antes anunciaban “vendo casa con opa adentro”?

– Sí, vendo casa con opa y todo. El opa era muy útil, cuidaba la higuera. Que los muchachos no se suban a comérsela. ¿Qué sería de Salta si no se cuidaran las higueras? Es mucho más importante que la cultura, porque la cultura no trae higos y el cuidado del opa sí, porque lo cuida y Ud. lo come. ¡Qué le parece! ¡Qué profundidad!

¿Qué era entonces la cultura del opa?

– Higos, por un lado. Por otro, la cultura está en los cuellos palomitas. ¡Qué bonitos eran los cuellos palomitas!, sólo a los opas se deben que los han cuidado mucho tiempo. Es el cuello que va encima para ponerse con alguna ropa de gala.

¿Cuáles son las manifestaciones más importantes de los opas?

– Las manifestaciones geniológicas…

Y las manifestaciones sociales?

– Las manifestaciones sociales… el opa sabe que hay que estar siempre serio, hablar poco. Ese es el secreto que le permitió a mucha gente llegar a gobernador sin que le conozcan el tono de voz. El opa no hablaba nunca, y cómo iban a saber si era inteligente o no. Eran vivísimos, y después tenían frases mesuradas, frases de ocasión.

Sigamos hablando de Salta…

– Salta es una categoría, es un lugar hermoso. Nunca han jugado en Salta los primos con las primas extrañamente, … con las primas lejanas….

¿Cambió mucho la ciudad de un tiempo a esta parte?

– Cada vez la conozco menos de verla igual.

¿Cómo te sentís caminando por la ciudad donde tus amigos se han convertido en estatuas como Juan Carlos Dávalos y Manuel Castilla?

– Las estatuas son siempre muy discretas, pero mis amigos eran más discretos. La copla criolla dice: “En la puerta del cementerio / suspiraba un esqueleto y en el suspiro decía pa que mierda me habré muerto”. Lo veo a Manuel Castilla vivo, yo tengo sentido práctico.

Pero cuando me va mal, cuando te tratan mal, cuando tu corazoncito habla de azotes, uno ve negro. Uno ve negro hasta que prenden las luces. La vida es un caudal de violencia. La violencia es linda, es pura.

Hablemos de otra cosa qué opinas de la universidad?

– Es un mamarracho, es un mamarracho. En vez de estar los opas fuera de la universidad están adentro. Si vos ponés a leer a un opa es capaz de aprender algo, no podés negarle la posibilidad de que aprenda. Pero aquí son opas enojaos, están enojaos con la cultura, porque dicen que la cultura no los saluda ¿cómo los va a saludar si no los conoce?

Los tucumanos han dado un ejemplo de cultura, ahora están en decadencia, pero se han permitido tener hasta conservadores filósofos. Aquí lo más que se ha conseguido de los conservadores es que usen las camisas planchadas. Había cultura en Tucumán, una cultura grande y seria. Ahora el Consejo Académico come choripán y pizza, que querés.

¿Qué tendrían que comer?

– Tendrían que comerse los libros que escriben, pero como no escriben nada se mueren de hambre. Es lo que yo desearía.

¿Has notado que Salta no ha cambiado desde que hay Universidad?

– ¡No, papacita! Salta no ha cambiado ni la muda de ropa. Acá la gente, la única gente brillante de Salta, está al margen de la Universidad porque no la entienden. Uds. escuchan el movimiento poético que hay en Salta… si vos hicieras que un Walter Adet diera una cátedra de literatura, los opas te dirían que no tiene título. ¡Qué hacés con esos opas! Tenés un Jacobo Regen que es el Jacobo Rilke. “-No, ese es un aficionado al vino”. La literatura no es broma, es serio.

Uds. creen que tiene que estudiar así a la chabacanería. Los microbios son bichitos chiquititos, hay que aprender a matarlos. La universidad tiene que tener gente genial o no tenerla, cuando no hay capacidad para un genio, no hay, pero aquí hay.

¿Cómo podría cambiar?

– Exigiendo los que van. Los changos contemporáneos saben más que sus profesores “-Miren badulaques –dicen-, aquí hay que traerlos a fulanos y sultanos”.

¿Son mejores los changos contemporáneos?

– Sin universidad. La universidad es una ficción presupuestaria de pobre gente que va tomar examen y a dar títulos. ¿Vos crees que eso es una Universidad? Hay más opas en el puebo, ya se han hecho semillas. Hay opas radicales y opas peronistas.

Y opas de la Ucedé…

– No han tenido siquiera la autenticidad de ser opas, ellos son taraos pícaros, que no tienen nada que ver con el opa. No merecen ser opas, el opa es surrealista, el opa es metafísico…” -¿Porqué estás tan enamorao? –Y bueno, yo la quiero a la fulana. –¿Y por qué? –Y porque sí…” y se le parte la boca en una sonrisa hermosa. Y ese es el amor. El opa es capaz de definir el amor, porque sí, dice.

¿Por qué has elegido quedarte a vivir aquí?

– Porque aquí es hermoso, porque soy anónimo. Salta es hermosa, no te pide credencial.

La elegiste porque sí.

– También es cierto. El clima de Salta… los recuerdos. Una cosa muy curiosa, muy entrañable. A mí me gusta como a los opas que me conozca todo el mundo , yo soy opa figurón, es lo mejor que tengo, me encantan que me conozcan y que me alaben… y ahora me está gustando que hablen mal de mi.

¿Qué opinás del gobierno de Salta?

Voy a opinar poco, porque está en un estado de indefensión. La indefensión se parece a la inocencia que cuando no tiene los fundamentos de la inocencia me da mucha pena. Lo que sucede en Salta me da mucha pena.

¿Qué opinas de las elecciones de Tucumán?

– Todas las elecciones son un mamarracho. Me parece bien la de Tucumán, la involución es real y hay que soportarla. ¡Qué hermoso que un opa como Bussi se de con que ha ganao! Se va a poner un sobrero negro y va a decir “I ganao porque soy popular”. A ver, pensemos como Bussi, se va a creer buen mozo, a las mujeres les encantan los militares porque tienen buen sueldo. Tucumán prefiere asesinos y no ladrones. La incapacidad moral la dicta un estado enajenatorio de la imaginación y la razón.

¿Sos anarquista?

– Claro, porque no voy a ser anarco. Tengo que comprarme un pantalón y tengo que ir diez veces al sastre para que me quede bien y vos querés que me compre un traje para mi alma.

– Por Estela Vásquez. Revista Puerta Abierta (de la Universidad Nacional de Salta) Diciembre de 1989.

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