Jorge Rial en Salta: espectáculo basura, aberrante y bodrio completo

Simpatiza con el público femenino al que alude permanentemente. Rial se representa a sí mismo sin necesidad de ningún personaje que lo medie. Con cámara en mano, filma a los espectadores y cierra respondiendo preguntas. Y las mujeres hasta le piden que se desnude.

Con coreografías de Rubén Cuello para las dos bailarinas que acompañan a Rial y música especialmente compuesta por Martín Bianchedi, se desarrolla la puesta en escena a cargo del director Manuel González Gil.

La “idea” del show es mostrar que nada es lo que parece y que Susana Giménez, Nazarena Vélez, Wanda Nara, Moria Casán, Araceli González, Belén Francese y Mirta Legrand son imperfectas, tienen arrugas, manchas, granos en el culo, etc. etc. Sí, granos en el culo. Se los vimos a Nazarena y Belén, por ejemplo. Y otras porquerías fotografiadas que tienen foto shop pero que sin asco muestra el original, ya que en su revista posan estas mujeres.

Cuenta sobre los monstruos que creó como Wanda Nara a quien le inventó la virginidad y otros chismes de “telos”, como el calzoncillo que aparentemente era de Maradona. El pete de Nara fue un tema, los embarazos ficticios de Nazarena y otras cosas por el estilo.

Mostró en pantalla los escándalos que arman las actrices y las vedettes, también Sofovich; las últimas peleas de Moria (la reina de la pelea), el famoso gesto de Florencia de la V que indica “careta-máscara”…Pasó historia de Botineras como Natalia Fassi con Carlos Tevez, modelo que habría recibido 50 mil dólares por su romance con el futbolista: “por atenderlo” – dijo Rial. Y luego desdibujó todo para evitar “juicios”.

“Pudo haber clavado el puñal y no lo hizo” le dice vaya a saber si Dios o Lucifer, la voz en off que parla con él. Así se presenta su show: En “El Ángel y Demonio del espectáculo” Rial representa a un periodista que, por error, deja la tierra antes de tiempo y que se encuentra en la disyuntiva entre contar todo lo que sabe de la farándula nacional para poder salvar su vida y regresar a la tierra o no hacerlo. Este hecho será el disparador para la revelación de los secretos mejor guardados de la farándula, con un final sorprendente donde el público decidirá la suerte del personaje.

Rial dice lo que las mujeres quieren escuchar: que esas artistas son de mentira, feas, granientas, que cobran por… Le pedían que muestre “celulitis”. No sé quién es peor: si él o ellas… Le pedían que diga si Salazar y Sirio cobran… y cuánto… Blá, blá, blá…

Como pez en el agua Rial. Lo mejor de la noche fue la siguiente frase: “el que no tiene talento para nada va a Intrusos”. Esta pseudo autocrítica es su coartada.

Posó para fotos en medio del show a pedido de las mujeres que se le abalanzaron al escenario cuando se despidió del bodrio. La locura de las mujeres es directamente proporcional con la chifladura de Rial; perversidad equivalente. Finalmente retorna a la tierra para “sembrar hiel”.

Me parece chato, ni mediocre siquiera, porque denigrar a una mujer cualquiera sea su condición, es un acto de bajeza.

Realmente uno ve la necesidad y la falta de orgasmos reales en los “riales” que tuvieron algunas. La endorfina se nutre de la burla hacia las mujeres de la farándula que en realidad no tienen más que una categoría de “objeto”. Esto me recuerda a la antigua Grecia en donde una res valía más que una mujer. Algunas de ellas también son bastante culpables y para colmo de males muchas adolescentes pretenden imitar a Wanda Nara con “fotos” y “videos” pornos colgados en internet o transmitidos vía celular para sus “amigos”.

No me queda más que sentir pena por las elegidas por Rial para el escrache porque es una forma de abuso y de violencia simbólica; y asco por un varón que ni siquiera respeta su oficio miserable. Porque hacer humor es una cosa seria.

Dicen que en la conferencia de prensa que dio en el aeropuerto de Salta estuvo “interesante”. Parece que mostró alguna neurona. Fue el viernes 25, el día del show, a partir de las 13, 30 hs. Por la noche, hizo dos funciones porque el público reventó la taquilla. La última terminó a las 2 de la mañana. Salió por la esquina de Belgrano y Pueyrredón, Teatro del Huerto, se sacó un par de fotos con las fans y partió en vehículo rápidamente.

De Salta se llevó un chisme: El Teto Medina quedó debiendo 10 mil pesos.

Y se autoproclama dueño del circo. Camina encorvado por el escenario. Muy básico. Lejos de los maestros del humor argentino.

En las fotos, Jorge Rial con las bailarinas y con la cámara.