¿Habrá alguna conexión «cósmica» entre Juancito y Johann Wolfgang von Goethe? Los dos nacieron el 28 de agosto, uno es del XVIII y otro del XX y son opuestos ideológicamente. Desde Salta, también se mira lo universal.
«…armamos un incendio que no se apagará jamás…» Juan Ahuerma Salazar
Ahuerma Salazar, el poeta, nació en el 49. Salteño. Escritor. Humorista casi todo el tiempo. Irónico a más no poder. Con chispas que pican y se desparraman. Un bohemio. Un amante de la nocturnidad. Casi casi sin ataduras. Un hombrecito azul del desierto. Cuando se enoja mama mía… Psicólogo recibido en Córdoba.
Sus libros publicados son: «Territorio libre» (poesía, 1974), «Alias Cara de Caballo» ( novela, 1984), «La República Cooperativa del Tucumán» (novela, 1986), «El Ángel que faltaba» (poesía, 1988), «El Espión» (teatro, 1990), «La Metáfora de Manzur al Mansur» (narrativa, 1992), «Lluvia amarilla y perros in the night» (novela, 1995), «Burbujas» (narrativa, 2000), «De los Márgenes a la Marginalidad» (ensayo, 1998), «El Proyecto 72» (novela, 2005), «Yo también visité Ganímides» (narrativa, 2006), «El caso de María T.» (novela, 2008), «Una y Mil Noches del Folclore Salteño» (ensayo, 2005), «Juan panadero (la historia de Juan Riera)» (con otros autores, 2007), «Quizá una sinfonía» (poesía reunida, 2009), «Vestida para matar» (homenaje a Conan Doyle, narrativa, 2010), «La verdadera historia del club de pescadores» (novela, 2010), «Espíritus en el paisaje: el Psicoanálisis de Güemes» (ensayo, 2011), «Dos garzas jugaban en el agua» (cuento dedicado a la memoria de Houria Moumni y Cassandre Bouvier, publicado en Salta 21) y «Mujer perdida en Isonza» (novela, 2012).
Su escritura se puede definir como apoteósica. Sin duda la originalidad lo liga a Goethe. (Y en esto de las conexiones, confieso al lector que cuando Juan Ahuerma Salazar mencionó a la poeta Mecha Chávez (*) durante la entrevista, se me hinchó el alma).
«Andá adentro que hace frío», le digo. «Gracias por cuidarme, querida», me responde. Antes saluda a uno que otro joven poeta que pasa por La Musa. Se ríe de sus aventuras sociales. Habla con el de la otra mesa. Un gorrito para el frío. Estar despeinado es su onda. Le sienta bien lo revuelto. Dialogar con él es una revelación duradera. Y la picardía es un síntoma de su personalidad creativa.
Lejos de los disfraces sociales… Juancito…
Vos, Verita y un par más, son los últimos representantes de la bohemia en Salta. ¿Cómo es ese mundo?
– La bohemia salteña es vieja como el mundo. A mí me tocó conocer a los viejos y hoy que ya ha pasado el tiempo y sus historias son anécdotas entre los más jóvenes, uno puede darse cuenta de que es parte del universo cultural salteño, quizá del Noroeste. Porque ocurre en Tucumán también, en Catamarca, Jujuy o Santiago del Estero. Tiene que ver con el arte y la manera en que sienten y viven los artistas, más allá de las modas artísticas y los estilos pasatistas. Tiene que ver con el ser humano sensible y verdadero que, lejos de los disfraces sociales y las hipocresías que le propone cierto modelo de sociedad, canta y sueña.
¿Hay escritoras bohemias?
– Conocí grandes bohemias de la generación anterior, entre ellas puedo mencionar a la poetisa tucumana Mecha Chávez, a la pintora salteña Porota Gallo, a la gran actriz del teatro Phersu, Clotilde Pites.
Para mí, cuando pusieron en el bar Madrid una cámara por disposición del gobierno, estaban tratando de «espiar» a los bohemios. ¿Por qué les temen? ¿Es «mala» palabra ser bohemio?
– Eso hay que preguntarle a los burócratas, no a los escritores o a los músicos y pintores de Salta. Los muchachos se morían de la risa de las cámaras. Ni bolilla les daban. Si conversar sobre los Maestros o recitar grandes sonetos no constituye en sí mismo un delito ¿Cuál es el problema entonces? Después nos dijeron que las cámaras no funcionaban, que las habían puesto allí nada más que para intimidar.
¿Qué relación hay entre la bohemia y la inspiración?
– La bohemia es una forma de sentir, de respirar el paisaje, una ciudad con sus fantasmas, una manera de vivir la ética y la estética de lo humano, por lo general no haciéndose cargo de los formalismos, de los antivalores, de los inhumano que hay en el hombre en sociedad. No haciéndose cargo de una escala de valores que propone la jerarquía del interés, el autoritarismo, la mezquindad y la producción a destajo en contra de los aspectos más humanos, estéticos y naturales de la vida.
La inspiración tiene que ver con un proceso creativo que no necesariamente tiene relación proporcional con la bohemia. Sor Juana Inés se inspiraba en situaciones inversamente proporcionales a los estilos de la bohemia salteña, aunque probablemente lo hiciera también dentro de la noche.
Imaginemos que Juan Ahuerma Salazar camina por la orilla del río Vaqueros con un chico que quiere ser poeta. ¿Qué le dice?
– Le enseñaría a prender un fuego, a buscar las plantas de poleo, a llevar siempre un poco de azúcar en los bolsillos, y un tarro. No hay cosa que a uno lo aproxime tanto a la libertad como el hacerse un té de poleo rudimentario en el atardecer del río Arias: Eso es lo que me enseñó mi abuelo fotógrafo, mi abuelo artista.
Y cómo le explicarías qué es una metáfora…
– Mañana o pasado te voy a enviar un libro que consta de un solo relato y se titula: La Metáfora de Munzur Al Manzur. Ese relato está muy cerca de mi corazón, te podría decir que es mi preferido. En ese libro pequeño pero intenso intento describir algo inasible que pretende decir de una cosa sin nombrarla: la metáfora. Es un relato más o menos breve y estás autorizada a publicarlo.
¿Qué dirías en la presentación de un libro de Jesús Ramón Vera?
– Su deseo es una orden, Capitana.
¿En qué hora, día, mes y año te convertiste en un escritor polémico?
– Creo ser un escritor salteño, y punto. Se está en deuda con la verdad y eso es irrenunciable. Lo de polémico corre por cuenta de la sociedad de damas de beneficiencia. Un día, ante la requisitoria de una encuesta periodística, creería que con Fernanda Abad, me definí como jíbaro berebere: si no me molestan demasiado, si no me salpican la alfombra, si no me ensucian el paisaje, soy como esos hombres azules del desierto, ando tranquilo con mis camellos dando vueltas por ahí. Ahora, si me sitian, puedo comerles el hígado; y si es de un abogado, mejor.
¿Amás con esa misma fuerza que le ponés a lo que escribís?
– ¿Cómo sabrá ser eso, no…? El amor es una materia indeleble, una turbulencia del aire, una energía fresca y caliente que no te exige para nada algo parecido a un esfuerzo. Solamente te arrastra como un río y si algo de reclamo tiene es que te dejes llevar. ¿A dónde? Por lo general a un paraíso brave y a una pobreza duradera. Por eso los románticos siempre estuvieron en desventaja con el sistema y en el Tarot de los Antiguos el artista está representado por un mendigo que abandona la aldea perseguido por los perros. Es la carta 22 y a la vez una buena metáfora de mi hermano Ramón Vera, ya que lo nombraste.
¿Vivís prejuicios contra tu persona? ¿Estigmatizaciones?
– He aprendido de Beethoven, a disfrutar de una sordera funcional. El oído perfecto funcionaba para la creación musical. Pero era sordo social para no ser lesionado por las críticas. Todo aquél que tiene un Don debería aprender del gran Ludwig Van, aunque sea un Don sencillo, si es que los hubiera. Siempre van a ser criticados por los que lo envidian porque no lo tienen. Por eso las profesoras de letras tienen tendencias inocultables a remitirse con desdén hacia los escritores, al menos en Salta digo, a menos que ya estén muertos.
¿Te motivan los premios literarios?
– Una obra sí me motiva. En cuanto a los premios, como le ocurre a muchos de mis coetáneos en el arte, me considero felizmente un perdedor.
¿Hay un dios en tu vida?
Maestros he tenido muchos en mi vida. La grandeza del discípulo es encontrar a su Maestro, eso es oriental. Desde Güemes hasta Yutronich, la vida siempre ha sido generosa al ponerme en el sendero de los Maestros. Más arriba de ellos aún no se me ha aparecido ninguno.
Eso de ser los libros que se ha leído… ¿es así?
– Por supuesto, uno es el capìtulo inconcluso de un tomo indeterminado que aún no ha sido escrito.
¿Estás tratando de re fundar un espacio como el Cafrune?
– Para nada. Los espacios están ahí, perfuman, nos seducen. Simplemente hay que transitarlos, habitarlos y dejarlos.
Supongamos que viene Lucrecia Martel o Rolando Pardo para hacer una película de alguna de tus obras… ¿cuál sería?
– Nadie me dijo que vendrían. ¿Cuándo sería eso?
La nota que escribiste para Salta 21 sobre las francesas asesinadas está dando vueltas el planeta y muchísimos medios nacionales te llamaron para reportearte. ¿Sentís que te jugaste?
– Imposible, aún estoy en los vestuarios.
¿Cómo está Raquel Escudero hoy?
– Parece que mejor que yo.
¿Y Juan Ahuerma?
– Parece que mejor que Raúl Gómez y el Gringo Aguirre, etc., etc., etc.
Pero no hay que preocuparse, ya se nos va a pasar.
– Notas relacionadas:
(*) http://www.salta21.com/Ariadna-Chaves-el-mundo-esta.html
http://www.salta21.com/Dos-garzas-jugaban-en-el-agua.html
GRACIAS JUAN, POR TENERME EN TU CORAZON ASI COMO YO TE TENGO ENTRE LOS QUE AUN ANDAMOS Y LOS QUE YA SE FUERON, MUY VIVOS EN MI CORAZON
RAQEL ESCUDERO
Juan Ahuerma: «He aprendido de Beethoven, a disfrutar de una sordera funcional»
Me encanta saber que sos parte de mi familia. Te Quiero tío.
Juan Ahuerma: «He aprendido de Beethoven, a disfrutar de una sordera funcional»
Juan Ahuerma, es el gran escritor de esta generación, de Salta, a pesar que la élite intelectual, lo ningunea, pero su obra, habla por si mismo. No hay otra novela, mejor escrita en Salta, que «La República del Tucuman», ni mejor cuento
al que hace alusion el autor «La metafora de Al Munzur, al Manzur», Me deleito con su poemas y su erudición. Muy buena el reportaje . Chala S
Juan Ahuerma: «He aprendido de Beethoven, a disfrutar de una sordera funcional»
Tuve la oportunidad de actuar en una obra de teatro de Juan Ahuerma, junto a Clotilde Pites, título de la obra: «Tren de fiesta», se acordará Juan que la escribió él? Yo fuí Lily en esa obra.
Aún había dictadura y la obra decía muchas cosas irreverentes hacia el sistema, sin embargo gracias a Ramiro Peñalba. director de Cultura por ese tiempo la Obra se puso igual, con algunos problemas y casi a hurtadillas, pero mucha gente la vió casi a escondidas! algo para el recuerdo.
Juan Ahuerma: «He aprendido de Beethoven, a disfrutar de una sordera funcional»
Que lindo reportaje. Felicitaciones Romina.
Julio-
Juan Ahuerma: «He aprendido de Beethoven, a disfrutar de una sordera funcional»
hermoso leer a este gran escritor!!!
Juan Ahuerma: «He aprendido de Beethoven, a disfrutar de una sordera funcional»
Estimada Profesora Romina Chavez Díaz:
Le leí por teléfono este hermoso reportaje a la gran poeta Ariadna Chávez y recordó al poeta y escritor Juan Ahuerma Salazar por el libro «Alias cara de caballo» sobre todo por el original título. Quedó cautivada por las expresiones sobre la «bohemia», sobre todo por la exactitud y sensibilidad de los conceptos vertidos.Consideró muy acertado el manejo conceptual y expresivo sobre la libertad en relación a las vivencias de la bohemia. Me dijo que que el término apareció en la obra «Escenas de la Vida Bohemia» de Henri Murger escrita en los tres últimos años de la década de 1840 y que sirvió de modelo para la zarzuela de Vives y de las óperasde Puccini y Leoncavallo. También señaló que el término se aplicaba a los habitantes de la Bohemia (antigua Checoslovaquia). Señaló que los lugares de encuentro de los bohemios eran los cafés donde se llevaban a cabo conciertos, lecturas de escritos en prosa o poesía y disertaciones sobre todos los aspectos del quehacer cultural. Ariadna agregó que «la bohemia es un compromiso de vida con la libertad del ser humano»